El Madrid también despega a domicilio

Más allá de esta estadística histórica, el Espanyol de Rubi llega al partido inmerso en una racha liguera nefasta, con tres puntos de los últimos 27 en juego tras una victoria y ocho derrotas en nueve encuentros ligueros que le han relegado a la zona media-baja de la tabla, con el descenso acechando ya a tan solo cuatro puntos. Para contrarrestar el pesimismo de semejante dinámica, los periquitos se aferran al último precedente, cuando derrotaron al equipo entonces dirigido por Zidane con un tanto del ahora delantero del Villarreal Gerard Moreno cuando el duelo agonizaba.

Por su parte, el Madrid parece despejar poco a poco los fantasmas de una temporada que gran parte de la afición blanca comenzaba a asumir como perdida y recupera el tono a la par que se vacía su enfermería. Las victorias en el Bernabéu ante el Sevilla en Liga y frente al Girona en la ida de los cuartos de final coperos le han cambiado el paso al equipo de Solari, que extrae varias conclusiones positivas de las últimas citas, como la consolidación de Vinicius, del que el entrenador argentino simplemente asegura que «es fútbol»; la recuperación de Modric como brújula; el liderazgo de Benzema, un ejemplo de «generosidad en su fútbol y en su esfuerzo», según su técnico; el regreso de Casemiro o la endiablada velocidad de Odriozola.

Los brotes verdes se unen además a una enfermería que se va vaciando y en la que solo permanecen Keylor Navas y Jesús Vallejo, toda vez que Toni Kroos y Marcos Llorente se encuentran ya plenamente recuperados, con Marco Asensio y Gareth Bale a disposición de Solari aunque todavía carentes de ritmo de competición. Estos retornos, a priori buenas noticias con el duelo de octavos de Champions ante el Ajax en el horizonte, también generan al técnico argentino un serio dolor de cabeza a la hora de encajar todas sus piezas sin frenar la progresión de hombres como Vinicius, totalmente afianzado el carioca en el once blanco en las últimas semanas. «No es un trabajo fácil cuando hay plantillas numerosas, ya que evidentemente todos los jugadores quieren jugar todos los partidos, algo que es imposible», reconocía el entrenador en la rueda de prensa previa al partido, probablemente de las más tranquilas desde la llegada de el 'Indiecito' al banquillo.

No obstante, en un campeonato en el que a domicilio el equipo de Chamartín ha alternado descalabros sonados como los del Ramón Sánchez Pizjuán, el Camp Nou, Mendizorroza o Ipurua con sufridas victorias como las logradas en Huesca, Vigo o el Villamarín, la versión del Madrid lejos del Bernabéu no ofrece garantías como para excesivas confianzas. Bien lo sabe Solari, que pide a los suyos «toda la intensidad y toda la energía de los últimos partidos con el objetivo de salir con la máxima tensión y sostener los niveles de intensidad» para sumar de nuevo con el Espanyol como anfitrión.

Espanyol: Diego López; Javi López, Lluís, Hermoso, Dídac Vilà; Darder, Marc Roca, Álex López; Baptistao, Sergio García y Borja Iglesias.

Real Madrid: Courtois; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Reguilón; Casemiro, Kroos, Modric; Lucas Vázquez, Vinicius y Benzema.

Árbitro: Gil Manzano (Comité extremeño).

Estadio: RCDE Stadium

Hora y TV: 20.45 horas, Movistar Partidazo.

La cita parecía propicia para que el Real Madrid de Solari, que le había tomado el pulso a la temporada con dos victorias convincentes en el Bernabéu ante Sevilla y Girona, despegase también a domicilio, donde apenas había sumado 14 puntos de los 30 posibles lejos del Bernabéu. El Espanyol, el anfitrión ante el que el equipo blanco más victorias ha sumado en la historia de la Liga, llegaba al partido con ocho derrotas en los nueve últimos partidos. A la estadística se sumó además una toma de contacto con el césped inmejorable para el Madrid, ya que casi sin tiempo para que los equipos se asentasen sobre el verde del RCDE Stadium,

El partido se le ponía cuesta abajo al Madrid y si el panorama lucía despejado,

Solo Baptistao se atrevió a romper el idílico escenario para los blancos con un disparo ante el que Courtois reaccionó con eficacia. Fue un aviso previo al gol del propio delantero brasileño, que a la segunda sí acertó ante el guardameta belga para recortar distancias y asegurar que el Madrid se fuese del verde una vez más sin ser capaz de blindar su portería.

El tanto del brasileño resucitó los miedos de ese Madrid endeble cuando ejerce de visitante, unos fantasmas que el inspirado Benzema se encargó de espantar definitivamente con un remate pleno de calidad en su endiablada rosca, ante la que nada pudo hacer Diego López. Era el tercero del Madrid y hacía justicia a una buena actuación del equipo de Solari en la primera parte.

Sin embargo, las noticias no fueron tan positivas para los blancos al retorno de vestuarios, del que Ramos no tomó parte por lesión. Una mala noticia que no pareció afectar significativamente a un Madrid aupado por un Benzema imperial.

El partido dejó además otra buena noticia con el

Cuando todo parecía más que visto para sentencia, Varane paró en falta un prometedor contraataque periquito en una acción que le costó la expulsión y que precedió a unos minutos de zozobra madridista, en los que un error de Casemiro cerca estuvo de costarle un disgusto al Madrid. Caravajal evitó el segundo del Espanyol con un despeje de cabeza bajo palos.

A partir de ese momento, el Madrid apretó los dientes y se replegó para guardar la ropa y evitar un sufrimiento con el que ya no contaba. El gol de Rosales en una acción en la que Marcelo falló a la hora de tirar el fuera de juego le dio al Espanyol un ápice de esperanza y metió el miedo en el cuerpo al Madrid, que padecía las acometidas de un tanque del área como Borja Iglesias.

Lucas Vázquez pudo evitar al Madrid cualquier tipo de sufrimiento, pero marró ante el arco local. No obstante, la gasolina del Espanyol se había agotado ya por entonces y el partido murió sin mayor amenaza para un Madrid que sigue creciendo aupado por unos resultados que solo dejan la