Un Athletic efectivo frustra el trabajo del Valladolid

La peor noticia de entrada en el conjunto pucelano es la baja de Sergi Guardiola, lo que modificará el once de Sergio González, más si cabe si finalmente decide salir con tres centrocampistas.

Pero el técnico catalán no es partidario de dar pistas al rival, con lo que solo se puede especular y elegir entre el 4-4-2 que tan buenos resultados les ha dado en su feudo o un 4-3-3, para fortalecer el centro del campo.

Además, está el «problema» de poder elegir entre sus jugadores, puesto que puede contar con todos, tal y como advirtió en la rueda de prensa previa a este encuentro, con la seguridad de que elija a quien elija «va a salir a dar el máximo y a aportar lo necesario» para tratar de contribuir a una nueva victoria.

Un triunfo que, para los vallisoletanos, supondría dar un paso de gigante de cara a la permanencia, pero el conjunto vasco, al que podría pasar factura el desgaste en la Copa del Rey, tampoco querrá distanciarse de los puestos que le permitan jugar competición europea.

Una de las últimas incorporaciones del equipo, que ha estado mejorando su adaptación al juego blanquivioleta en las últimas semanas y el ritmo competitivo, Ben Arfa, podría volver a contar con algún minuto de juego, según vaya transcurriendo un partido que se prevé igualado, puesto que ambos contendientes tienen guarismos parejos.

El gol de Yuri Berchiche en Los Cármenes otorga al Athletic una nueva posibilidad de coronarse en la Copa del Rey y afianza a un equipo que puede acusar un notable cansancio tras la enorme tensión de los 90 minutos del choque de Granada y que se acumula al desgaste acumulado en los dos meses al límite en el torneo copero del conjunto bilbaíno.

Ello supondrá cambios en el once rojiblanco para dar algo de frescura a un equipo en el que serán bajas por sanción Ander Capa y Unai Núñez, titulares el jueves en Granada, y Oscar de Marcos y Asier Villalibre, estos por lesiones de cierta duración.

La ausencia de Núñez probablemente lleve a Garitano a volver a una defensa de cuatro. Algo que, en todo caso, seguro que está valorando el técnico vizcaíno ante los últimos fiascos con tres centrales y el buen partido del domingo anterior ante el Villarreal en San Mamés con cuatro atrás.

La baja de Capa la suplirá Iñigo Lekue, su recambio natural sin De Marcos disponible.

Por delante de la defensa regresará Dani García, el gran ausente en Granada, y es de esperar que varios del resto de titulares, Mikel Vesga, Iker Muniain, Raúl García y/o Iñaki Williams, arranquen el choque desde el banquillo.

En ese sentido es probable el regreso de Iñigo Córdoba a la banda izquierda. También podrían entrar Unai López para dar creatividad a un medio campo casi seco de ideas y para el que ha descartado a Mikel San José, titular el jueves; Ibai Gómez o Gaizka Larrazabal en la banda derecha; y el joven Oihan Sancet en la media punta.

Garitano valorará también si da descanso a su pareja de centrales, Yeray Álvarez e Iñigo Martínez, y al incombustible Yuri. Ante esa posibilidad han entrado en la convocatoria el 'cachorro' Jon Sillero, capitán del Bilbao Athletic y debutante en una citación, y Mikel Balenziaga.

Como también podría jugar Iago Herrerín si el técnico, que le tiene en estima, quiere premiarle después de haberse quedado en el banquillo también en la semifinal de Copa.

Un Athletic Club muy efectivo, que marcó dos goles antes del descanso en las pocas ocasiones que dispuso, y que remató poco antes del final, aprovechando sendos fallos de la defensa local, frustró el buen trabajo del Real Valladolid, que controló el balón pero no supo concretar.

Apenas hubo tiempo para que los equipos se asentaran en el terreno de juego, cuando el Athletic recibía una falta peligrosa, en la vertical del área que Unai López se encargó de transformar, sorprendiendo a un Masip que llegó a tocar el balón para terminar de empujarlo al fondo de la red.

Así, ya en el minuto 3, el cuadro vasco tomaba la iniciativa en el marcador lo que, lejos de apagar a los vallisoletanos, les hizo tomar más impulso y buscar el área de los de Garitano. Esto se tradujo en dos ocasiones, una de Nacho, cuyo tiro salió demasiado cruzado, y otra de Sandro, que lanzó por encima de la portería.

Sergio González sacó tres defensas para poner más énfasis en el centro del campo, controlar más el balón e impedir las llegadas por esa zona del rival, donde es muy peligroso. Pero la creación no encontraba efectividad y tampoco se lograba frenar las penetraciones del conjunto bilbaíno.

De hecho, en otra de sus llegadas, un centro desde la banda izquierda era cabeceado con potencia por Raúl García, que aprovechó el despiste defensivo del Real Valladolid, para subir otro gol al casillero del Athletic Club. No habían transcurrido ni 25 minutos. A los locales les tocaba remar contracorriente.

Volvió a hacerse evidente la falta de gol de los vallisoletanos, con un Ünal que disfrutó de dos claras ocasiones para recortar diferencias pero que no fue capaz de marcar, ni quedándose solo delante del meta vasco, no una vez, sino en dos ocasiones, y prácticamente a bocajarro.

El cuadro blanquivioleta se merecía más, porque jugaba mejor, tenía la posesión del balón e imponía el ritmo de juego, pero sus delanteros no hacían fructificar ese trabajo y esa entrega del equipo. Difícil de gestionar la frustración tanto dentro, como fuera del terreno de juego.

La segunda mitad, ya con varios cambios en las filas de uno y otro equipo, siguió el mismo patrón que la primera, con un conjunto local entregado que no cejaba en su empeño de encontrar la recompensa a su esfuerzo, sin resultados, y un Athletic que se limitaba a plantarse en el campo y tratar de aprovechar algún fallo de los blanquivioletas.

De hecho, de nuevo Ünal pudo inaugurar el casillero de su equipo, pero quedó claro que no era el día del delantero turco. Williams estuvo a punto de romper el partido, mas su disparo fue detenido por Masip. Y tras esta ocasión, fue Sandro el que, tras buenos recortes, alcanzó el vértice del área para sacar un potente disparo que, por fin, superó a Unai Simón.

Pero esta situación, lejos de espolear a los de Pucela, les hizo relajarse, sobre todo en defensa, donde el Athletic encontró varias lagunas. Y lógicamente no las perdonó: los fallos de cesión de Salisu a Masip derivaron en otro gol de Williams, y se añadió otro más, tras un balón muerto dentro del área que empujó Córdoba para establecer el definitivo 1-4.