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Gareth Bale anota un gol en el Camp Nou, anulado por fuera de juego previo de Mendy. AFP
Sin Cristiano no hay paraíso
Jornada 10

Sin Cristiano no hay paraíso

El osado y notable Real Madrid volvió a echar de menos a un depredador único

ignacio Tylko

Madrid

Miércoles, 18 de diciembre 2019, 22:10

El Madrid lució su grandeza con una puesta en escena espectacular a la que, como ocurrió en Mestalla, le faltó gol. Un lastre para un equipo que aspira a todo y añora a Cristiano Ronaldo, único e irrepetible en la especie de ... los depredadores. Aunque sufrió un par de sustos en el primer acto por dos apariciones esporádicas de Leo Messi, los de Zidane silenciaron enseguida el Camp Nou por actitud, aptitud, orden, excelente ocupación de los espacios, atrevimiento y capacidad combinativa. Defensa adelantada y presión alta para marcar territorio en tierra hostil. En el período inicial, récord de llegadas merengues en este escenario desde el curso 03-04 y mayor registro de tiros recibidos por los azulgrana en esta campaña.

Mención especial para Sergio Ramos, el líder natural y el hombre récord de los clásicos (43), uno más que Sanchís, Gento, Xavi y Messi, por su enorme influencia y su notable lectura del juego. En su papel el omnipresente Casemiro tras descansar en Mestalla y sobresaliente Fede Valverde, cuyo crecimiento exponencial coincide con la mejoría del Madrid, que se fue del Camp Nou con una racha 12 partidos seguidos sin perder, ocho de ellos en Liga. Cortó, mandó, atosigó al rival y se atrevió a lanzar sendos disparos desde fuera del área que pusieron un nudo en la garganta de los culés. Tremendo el uruguayo en ese 4-4-2 que a Zidane le dio la decimosegunda en Cardiff, recuperado para la causa Isco, titular en detrimento de Modric, y versátil e inteligente, como casi siempre, Karim Benzema.

Gareth Bale, la apuesta intimidatoria de 'Zizou', pasó como un alma en pena. Le faltó siempre al galés una marcha más o estar enchufado, con las baterías física y mental bien cargadas para entrar en modo eléctrico. Su sola presencia da más miedo al opotente que las Rodrygo y Vinicius, dos diamantes por pulir, pero el galés sigue en su mundo. Al menos guardó bien su zona, más retrasada, cuando, a la hora de defender, el Madrid se situó con frecuencia en un 4-1-4-1.

El Madrid dejó pasar su mejor momento y permitió un duelo mucho más abierto, de ida y vuelta, tras la reanudación. Bale confirmó su mala noche al lanzar al exterior de la red, tras pase soberbio del desbordante Valverde. Confirmó su candidatura al cambio por una fea entrada a Griezmann, castigada con amarilla. Para colmo, se le anuló un gol por un fuera de juego previo de Mendy. Cuestión de centímetros. Zidane, sin embargo, retiró a Valverde, junto a Isco, 11 del final. Modric y Rodrygo, sin protagonismo. El galo sigue sin perder en el Camp Nou.

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