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Zinedine Zidane da indicaciones en el Metropolitano. Javier Soriano (Afp)
La fe sostiene a un Real Madrid que juega con fuego
Análisis

La fe sostiene a un Real Madrid que juega con fuego

El equipo de Zidane sobrevive a base de goles 'in extremis' y se agarra a un clavo ardiendo, pero su pobre pegada le desnuda

Óscar Bellot

Madrid

Lunes, 8 de marzo 2021, 13:59

El Real Madrid tiene más vidas que un gato. Los blancos se marcharon al descanso en el Metropolitano con una justa derrota por la tibieza con que acometieron a un Atlético valiente y punzante de entrada, pese a que bien pudieron alcanzar el entreacto ... con tablas en el marcador de haber atendido Hernández Hernández su vehemente reclamo de que señalase penalti por mano de Felipe a la salida de un córner. El veredicto del árbitro canario, discutible y cuestionable también si hubiese dictaminado en sentido contrario atendiendo a los precedentes y la laxa normativa actual, que ofrece interpretaciones para todos los gustos, encendió al madridismo, que ya le tenía en la diana por una vasta colección de presuntas afrentas en el pasado, sin que el empate postrero de Benzema atemperase la ira hacia el colegiado. La diana del francés, de nuevo sobre la bocina, mitigó al menos el daño y permite que el equipo de Zinedine Zidane siga agarrándose a un clavo ardiendo.

Apeado a las primeras de cambio de la Copa del Rey, el Real Madrid sobrevive en la Champions y resiste en la Liga a base de fe. Con una plaga de lesiones incesante desde que arrancó el curso que le ha obligado a remendar una y otra vez la retaguardia y una vanguardia en la que Benzema es el único elemento verdaderamente nocivo para el adversario, el conjunto de Chamartín tira de casta para sostener sus esperanzas de sortear un año sin títulos. Permanece dentro del cuadrilátero, pero juega con fuego y cualquier mandoble puede tumbarle definitivamente en la lona.

En los cuatro últimos partidos el vigente campeón de Liga apenas ha marcado cuatro goles. Un magro bagaje para un equipo que tres años atrás presumía de una pegada descomunal. Ese póker de tantos le ha valido dos pírricas victorias y otras tantas tablas de modo agónico. Si ante el Valladolid fue Casemiro quien decantó el choque en el minuto 65 en una jugada de estrategia, frente al Atalanta tuvo que esperar al 86 para que Mendy destrabase el duelo con un derechazo desde fuera del área, pese a que la escuadra bergamasca llevaba casi todo el encuentro en inferioridad numérica. Contra la Real Sociedad rozó el desastre, hasta que Vinicius, en el minuto 89, se sacó de la manga un remate afortunado. Y en el derbi fue Benzema quien socorrió a los blancos cuando restaban dos minutos del tiempo reglamentario.

El tanto del '9' evitó que el líder aumentase la sangría, pero el bloque de Zidane sigue a una distancia considerable, cinco puntos que pueden ser ocho si el Atlético doblega el miércoles al Athletic en partido aplazado. El Real Madrid pierde además comba con el Barça, lanzado desde diciembre y cuya inercia le convierte en una amenaza más seria a día de hoy para los rojiblancos.

La nebulosa de Asensio

Porque más allá de la desventaja en la tabla, está la pobreza de recursos ofensivos que viene lacerando al trece veces rey de Europa desde la marcha de Cristiano Ronaldo. Zidane dispone de un centro del campo ejemplar y un portero soberbio, pero no hay más referente en ataque que Benzema.

El pleito con el Atlético volvió a dejar como señalado a Asensio. El balear tiene potencial para ponerse el mundo por montera, pero su apocamiento es alarmante. En los seis últimos partidos de Liga ni ha rematado a puerta y sus galones de titular solo se explican por el afán de Zidane de rescatarle de esa nebulosa en la que anda sumido desde que se le llenó la mochila de expectativas y de la que no termina de salir, pese a que en ciertos tramos de la temporada pareció plenamente repuesto de las secuelas físicas y psicológicas de la gravísima lesión que sufrió en el verano de 2019. Quizás convendría apretarle más, a fin de que emerja de nuevo ese descaro del meritorio que derribó la puerta a base de golazos cuando aterrizó en el Real Madrid.

Sentir que necesita ganarse el puesto una y otra vez está espoleando por ejemplo a Vinicius, que tras ser determinante frente a la Real Sociedad volvió a mejorar al Real Madrid como revulsivo contra el Atlético. Dejó un gran pase a Benzema que no fue gol por la colosal respuesta de Oblak, pero está ofreciendo buenos minutos desde el banquillo, como Valverde. 'El Pajarito' aporta energía y llegada al centro del campo. Que sean capaces de convencer a Zidane para que avive la pugna por entrar en el once sería una buena noticia para un Madrid que se mueve de modo recurrente sobre el filo de la navaja.

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