El Real Madrid se impone con pólvora y polémica

El estreno liguero en San Sebastián dejó un sabor agridulce al vigente campeón. Dominó en muchas fases del encuentro y mostró buen juego mientras le duraron las fuerzas, pero apenas generó ocasiones de auténtico peligro para la meta de Remiro, pese a disponer una novedosa línea de tres a la espalda de Benzema. Más toque que dinamita, el pecado recurrente de las dos últimas temporadas.

Cerrada la puerta a incorporaciones por la crisis económica que sacude al fútbol, Zidane tendrá que exprimir los recursos de una plantilla que considera «la mejor», pero a la que las lesiones dejó diezmada en San Sebastián. Vuelven respecto a ese partido Lucas Vázquez e Isco. No así Asensio y Hazard, con los que su entrenador prefiere ser cauteloso, pese a que ya entraron esta semana en la dinámica de grupo. El prematuro regreso del belga impidió que mostrarse una buena versión en el tramo final de la última campaña y en Valdebebas no quieren volver a cometer el mismo error con un futbolista al que aún le faltan entrenamientos para coger forma. Algo similar sucede con el balear, cuya rodilla izquierda se cuida con extremo mimo desde que se rompiera el cruzado.

Si estará disponible Odegaard, superado el susto de su falso positivo por coronavirus. El nórdico ha vuelto con galones e incluso Zidane mutó el dibujo la pasada semana para que estuviese más cerca del área rival, pero el vikingo precisa de mayor terreno para explotar su capacidad de romper líneas en conducción o filtrando pases. Casemiro recobrará su condición de lugarteniente para evitar que el Real Madrid, todavía justo de gasolina, termine partiéndose, como sucedió en San Sebastián. A ello debería contribuir también la inclusión de Valverde como cuarto centrocampista.

Atrás Mendy seguirá en el lateral izquierdo, ya que Marcelo se cayó a última hora de la convocatoria por molestias en la espalda. Son bajas también Militao, que sigue recuperándose de las molestias musculares que arrastra desde el amistoso contra el Getafe, y Mariano, convaleciente de su operación de amigdalitis.

En el bando verdiblanco está poniendo orden un viejo conocido del Real Madrid. Pellegrini salió de Chamartín herido de muerte por el 'Alcorconazo' y tras ver cómo se le escapaba ante el Barça una Liga en la que sumó 96 puntos. El 'Ingeniero' se fue dolido por no tener más tiempo para desarrollar su proyecto, en un año en el que aterrizaron en el Bernabéu figuras del calibre de Kaká, Xabi Alonso, Cristiano Ronaldo o Benzema. Solo el último permanece en la nómina del club y se ha convertido en un verdadero tormento para el Betis, al que ha marcado en cinco de sus seis últimas visitas al Villamarín. Pero los verdiblancos también presumen de estadística frente al Real Madrid, equipo al que han ganado en tres de sus seis duelos más recientes y que solo sumó un punto en los dos pulsos que mantuvieron la pasada temporada.

Tras debutar con una victoria agónica frente al Alavés en Mendizorroza y sumar también los tres puntos con más tranquilidad frente al Valladolid en casa, el Betis mira al Madrid desde lo más alto de la tabla, escalón que comparte con el Granada. Por tercera vez en su historia ha sido capaz de ganar los dos primeros partidos sin ver mancillada su portería y en Heliópolis afrontan con ilusión el futuro. Pellegrini tiene lesionado a Guardado y Sanabria formará en la punta de ataque en lugar de Borja Iglesias, que no marca desde enero.

El Real Madrid logró su primera victoria del curso en el Benito Villamarín. Allá donde las tropas de Zinedine Zidane cayeron por última vez en Liga justo antes del parón por la pandemia, sacó el conjunto de Chamartín tres puntos que cobran más valor por lo trabajado de un triunfo que le obligó a exprimirse al límite. Un

El marsellés había ordenado un rombo en el centro del campo y tejido una sociedad entre Jovic y Benzema para combatir esa falta de filo que lució la semana anterior en el Reale Arena. La ausencia de extremos daba vuelo a los carrileros del Real Madrid, pero fue el '9' el que cayó a banda derecha para iluminar a su equipo en el 0-1.

No se amilanó pese a ello el Betis que, repuesto del soponcio inicial, empuñó el bastón de mando. Fekir tuvo el empate en sus botas, mas su tiro ajustado salió lamiendo la cepa del palo. Canales afinaba el violín y Sanabria abría opciones con sus desmarques.

Los trescuartistas verdiblancos hacían estragos en la retaguardia del Madrid, incapaz de descifrar la movilidad de sus oponentes.

No encajaba dos goles el conjunto de Zidane en la primera parte de un partido de Liga desde el clásico de octubre de 2018 que fulminó a Lopetegui. Kroos estuvo a punto de enmendar el desaguisado con un envío de quarterback a Benzema, pero el delantero tardó en armar la pierna y Joel desbarató la acción. Fue el último servicio del teutón antes de retirarse lesionado con una sobrecarga en el glúteo y dejar sitio a Modric antes del intermedio.

Retiró Zidane a Odegaard a vuelta de vestuarios para dar entrada a Isco. Cambio de cromos en un equipo que encontró alivio a sus penas en una internada de Carvajal que acabó con Emerson introduciendo el balón en su portería por su afán por negarle el remate a Benzema.

La inclusión de Modric dio otro aire al Real Madrid, pero el pleito podía caer de cualquier lado por la inspiración verdiblanca ante una zaga menos rocosa de lo que acostumbró la campaña pasada. El Betis atacaba de forma compacta. El Madrid lo hacía a tirones. Suficiente para comprometer a su oponente. De uno de ellos llegó la acción que dejó en inferioridad numérica al equipo de Pellegrini,

No pudo lucirse Jovic, gran sorpresa en el once de Zidane, pero su presencia permitió moverse con más soltura a Benzema, alfa y omega del ataque del Madrid. Relevó el marsellés al serbio por Borja Mayoral, de nuevo con la elástica merengue más de dos años después. Y el canterano terminó siendo decisivo, al provocar el penalti que convertiría Sergio Ramos para dar la primera victoria del curso a un equipo que sufrió otra vez lo indecible en Heliópolis pero que logró extraer