Con el título certificado por el Barcelona hace tres jornadas, dos descendidos ya a Segunda y un tercero condenado de modo virtual ya que sólo un milagro de proporciones bíblicas permitiría al Girona salvar la categoría, la pugna por los últimos billetes para Europa ... focaliza la atención este fin de semana en el cierre de la Liga.
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Valencia, Getafe y Sevilla dirimirán quién acompaña a Barcelona, Atlético y Real Madrid en la próxima edición de la Liga de Campeones. Los ches tienen las mejores cartas, ya que dependen de sí mismos. Una victoria del conjunto de Marcelino García Toral (cuarto con 58 puntos), que visita en Zorrilla a un Valladolid que amarró la permanencia la pasada jornada, sellaría la decimotercera participación en la máxima competición continental de una entidad que celebra este año su centenario y que ansía poner el broche a una campaña en la que ha ido de menos a más levantando la Copa del Rey el día 25 en el Benito Villamarín.
Empatado a puntos con el Valencia pero con el 'golaverage' perdido, el Getafe necesita ganarle al Villarreal en el Coliseum Alfonso Pérez y que los levantinos tropiecen para colarse por primera vez en su historia entre los mejores del continente, aunque también le valdría el empate en caso de victoria del Valladolid. Más complicado lo tiene el Sevilla (sexto con 56 puntos), que recibe en el Ramón Sánchez-Pizjuán a un Athletic que se juega la Liga Europa con la ineludible necesidad de ganar y aguardar un fallo de ches y azulones.
El conjunto hispalense tiene asegurada su presencia en Europa la próxima campaña puesto que si no juega la Champions disputará la Liga Europa, torneo del que es rey con cinco títulos. De lo que ocurra en el Sánchez-Pizjuán dependerá también la suerte del Athletic, que defiende la séptima plaza con tres puntos más que Real Sociedad y Espanyol, los otros dos postulantes y que miden fuerzas en Cornellà-El Prat, por lo que le bastaría con un empate o firmar el mismo resultado que catalanes y donostiarras para asegurarse un lugar en el que pocos pensaban cuando el cuadro vasco pisaba la zona baja de la tabla.
Por abajo, al Girona sólo una proeza le salvaría de acompañar a Rayo Vallecano y Huesca al pozo de Segunda. Decimoctavo y con 37 puntos, tres menos que el Celta, el equipo que tutela Eusebio Sacristán necesita que los celestes sucumban en Balaídos ante el Rayo y firmar una goleada ante el Alavés en Mendizorroza que le permita cubrir la ventaja de seis goles con que cuenta en su favor la escuadra gallega (-9 del Celta frente a -15 del Girona).
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