El Barça se da un homenaje ante el Betis

Dispuesto a dar el enésimo golpe encima de la mesa. Así salió el Barcelona a jugar contra el equipo verdiblanco. Xavi retomó el 4-4-2 con Busquets, Pedri, De Jong y Gavi como enlace con la punta de ataque y la apuesta no le pudo salir mejor en el inicio. Los culés supieron dejar sin efecto la presión en campo contrario de su rival, domar a las fieras a través del balón y encontrar la grieta en los costados.

Fue por ahí donde Balde y Raphinha comenzaron a ver un punto débil en el conjunto de Manuel Pellegrini y fue por ahí por donde la balanza se empezó a desequilibrar después de que el brasileño pusiera un balón de esos que da gusto rematar. Un regalo para cualquier delantero e incluso para Christensen, para quien fue volver y besar el santo. El danés entró en el área y con un cabezazo sutil hizo que el Camp Nou explotara y se quitara un peso de encima al ver que los suyos habían hecho lo más difícil en este tramo de la temporada, marcar un dichoso gol.

El tanto y la lluvia fueron un mal presagio para un Betis que se fue viniendo abajo a base de golpes, uno detrás de otro. Édgar González entró por Luiz Felipe, lesionado, y en apenas 33 minutos vio dos amarillas, la primera más que discutible, y encendió todas las alarmas en los andaluces. Ya con uno menos, los verdiblancos vieron cómo el Barça les pasaba por encima con un arreón que llevó el choque al descanso con un 3-0 demoledor. Lewandowski hizo el segundo después de un centro lateral de Koundé y Raphinha, omnipresente en todo el primer acto, anotó el tercero después de un pase a la espalda de los centrales que aprovechó, VAR mediante, para batir a Rui Silva y dejar el encuentro visto para sentencia antes del paso por vestuarios.

Tras la reanudación el partido tenía una sola dirección y era contra la portería de Rui Silva. Y eso que Pellegrini trató de recomponer la estructura defensiva de su equipo con la entrada Paul por Luiz Henrique, pero ni por esas logró frenar el empuje de un Barça que tenía ganas de darse un homenaje antes de finalizar el curso. Lewandowski se topó con el palo tras un pase filtrado por Pedri y Xavi dobló la apuesta con la entrada de Marcos Alonso y Ansu Fati, dos cambios que sirvieron para aumentar aún más las consignas de ambos equipos. Los azulgranas querían más y tenían a Pedri como maestro de ceremonias. El canario demostró que los problemas físicos son historia y dio una 'master class' de cómo dirigir el juego posicional de su equipo. Jugó en corto, jugó en largo y jugó al ritmo que tanto ha echado de menos su equipo mientras él estaba ausente.

La fiesta del Camp Nou ya era redonda, pero los cambios la fueron haciendo aún más dulce. Joaquín se llevó los aplausos del público y Dembélé hizo que la platea se viniera abajo con su regreso más de dos meses después. Al galo se le pudo ver aún falto de ritmo en un último tramo de partido en el que el Betis se quedó con nueve después de que tuviera que despedir de forma prematura a Joaquín por lesión tras una acción fortuita con Koundé. Pudo ser la gota que colmó el vaso para los verdiblancos de no ser porque todavía tendría tiempo para hacer Guido Rodríguez el cuarto tanto al introducir un centro de Ansu Fati en su propia portería.