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Daniel Panero
Madrid
Domingo, 12 de marzo 2023, 01:50
Aparcar el 'caso Negreira' y centrarse única y exclusivamente en lo que pasa dentro del terreno de juego. Ese es el objetivo que tiene el Barça este domingo en una de las visitas más complicadas del campeonato liguero. Los culés juegan ante el Athletic en ... San Mamés con la idea de seguir fortaleciendo el liderato y de demostrar que todo el ruido mediático que hay en torno a la entidad no afecta a un grupo que no quiere distracciones y que ha puesto velocidad de crucero hacia el título.
«Es un tema que preocupa y ocupa, pero es pregunta para el presi. Él dice que estemos por el fútbol y en eso estoy. Solo nos desestabilizará lo que pase a nivel deportivo. Ganar o perder no depende de lo que pase en la grada, sino en el campo», afirmó Xavi al ser preguntado este sábado por el 'caso Negreira'. El técnico azulgrana quiso alejar los focos de la polémica y centrarlos sobre el césped, allí donde los suyos pueden dar un nuevo golpe encima de la mesa en un feudo siempre complicado como es San Mamés.
El Barça llega a la cita presionados por el campeón y tras una semana de descanso después del adiós prematuro ante el Manchester United en la Europa League, pero con vientos de marejada por el 'caso Negreira'. Xavi ha optado ante esta situación por hacer una burbuja con el equipo para tratar de abstraerse de un asunto que podría afectar al futuro del club y así trabajar con el reto de mantener la buena dinámica que el equipo ha mostrado en Liga desde que comenzara 2023. Los culés han logrado en este año 24 de los primeros 27 puntos en juego, están en un gran momento y saben que disponen de una situación inmejorable para poder ganar la Liga, la gran meta que se ha propuesto la entidad en el primer año de reconstrucción.
Para ello, el primer paso es ganar en uno de los feudos más difíciles de la Liga. San Mamés mide a un Barça que llega con tres bajas capitales en el engranaje culé. No estarán por lesión Pedri y Dembélé y tampoco lo hará por sanción Araujo. Estos contratiempos obligarán a Xavi a cambiar el plan. El entrenador del líder podría retomar al 4-4-2 con Busquets y Frenkie de Jong en la contención y con Gavi y Kessié como enlaces con una delantera en la que la gran novedad podría ser el regreso de Lewandowski, ya totalmente recuperado de la sobrecarga en el bíceps femoral del muslo izquierdo que sufrió hace dos semanas. El punta polaco podría jugar de inicio después de completar dos entrenamientos con el resto de sus compañeros o esperar desde el banquillo para evitar una posible recaída. Su participación no variaría el nuevo dibujo táctico de Xavi, una garantía para blindarse ante las acometidas de un Athletic que asegura arreones ante su público.
No será un partido sencillo para el Barcelona por el ambiente de San Mamés y tampoco lo será por la situación que atraviesa el Athletic. Los pupilos de Ernesto Valverde llegan a la cita después de tres partidos seguidos sin conocer la victoria ante Atlético, Girona y Rayo, tres pinchazos que han desinflado el globo europeo del equipo y que obligan a una reacción inmediata si no quieren ver cómo ese tren se les escapa. Ganar ante el líder supondría un soplo de aire fresco y una inyección de moral de cara a la recta final de la temporada.
Para ello, Valverde tendrá que sobreponerse a la baja de jugadores importantes. No estarán por lesión Unai Simón, Ander Herrera, Lekue y Morcillo y tampoco podrá jugar por sanción Sancet, uno de los futbolistas más en forma del equipo. Todas estas ausencias condicionarán un once en el que el Txingurri fiará todo su ataque a la velocidad y el dinamismo de los hermanos Williams y al talento de Muniain, una garantía en este tipo de citas.
Athletic: Agirrezabala, De Marcos, Yeray, Iñigo Martínez, Berchiche, Dani García, Vesga, Muniain, Nico Williams, Berenguer e Iñaki Williams.
Barcelona: Ter Stegen, Koundé, Eric García, Christensen, Balde, Busquets, De Jong, Kessié, Gavi, Raphinha y Lewandowski.
Árbitro: Gil Manzano (Extremeño).
Hora: 21:00 h.
Estadio: San Mamés.
TV: Dazn
El Barça suma y sigue. El conjunto que dirige Xavi sufrió de lo lindo este domingo en San Mamés, pero se volvió a llevar un nuevo triunfo por la mínima que le permite mantener la distancia de nueve puntos con el Real Madrid. Los culés vencieron por 0-1 en un choque en el que no mostraron su mejor versión, pero en el que supieron rentabilizar un tanto de Raphinha en la primera mitad en una jugada aislada.
Era un partido grande y se notaba en el ambiente. San Mamés vistió sus mejores galas, se llenó hasta la bandera y comenzó desde antes a jugar un encuentro que se prometía de altos vuelos. Frente a frente estaban dos miuras que ensayan como pocos la presión adelantada y que no conceden ni medio metro al poseedor de balón. Eso es precisamente lo que se pudo ver en unos primeros compases de auténtico vértigo. Xavi retomó al 4-3-3 tradicional, con Gavi, Busquets y De Jong en la medular y con Lewandowski como gran novedad en el frente de ataque. La apuesta le permitió tener armas suficientes para el intercambio de golpes que preparó Valverde, pero le restó control en la parcela ancha, allí donde el Barça comienza a ganar los partidos. En ese escenario se produjo un ida y vuelta en el que los hermanos Williams intimidaban y en el que los culés pudieron hacer el primero en una volea de Ferran Torres y en un mano a mano de Lewandowski que desbarató, muy atento, Agirrezabala.
El Barça no las tenía todas consigo. Había dispuesto de dos ocasiones, pero algo no iba tal y como Xavi tenía en su libreto. Su equipo se había contagiado del ambiente de un San Mamés en el que volaban billetes azulgranas por el 'caso Negreira' y era incapaz de tener posesiones largas con las que bajar las revoluciones al duelo. Los culés no exhibieron su mejor versión en la primera mitad e incluso pudieron marcharse por detrás en el marcador si Ter Stegen no hubiera intervenido ante un disparo de Iñaki Williams o si Raúl García no se hubiese topado con el travesaño en un saque de esquina, pero algo es diferente en los culés este año. La moneda casi siempre sale cara y volvió a salir una vez más al filo del descanso. Busquets encontró a Raphinha dentro del área y el brasileño fusiló con un derechazo para abrir el marcador y hacer bueno el plan culé.
Athletic
Agirrezabala, De Marcos (Capa, min. 84), Vivian, Iñigo, Balenziaga (Yuri, min. 70), Dani García, Vesga (Zarraga, min. 64), Nico, Raúl García (Muniain, min. 64), Berenguer (Guruzeta, min. 84) e Iñaki Williams.
0
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Barcelona
Ter Stegen, Sergi Roberto, Koundé, Christensen, Balde, Busquets, De Jong (Ansu Fati, min. 83), Gavi (Alarcón, min. 95), Raphinha (Marcos Alonso, min. 84), Lewandowski y Ferran Torres (Kessié, min. 68).
Gol: 0-1: min. 45+2, Raphinha.
Árbitro: Gil Manzano (Comité Extremeño). Amonestó a Iñaki Williams, Sergi Roberto y Zarraga.
Incidencias: Partido correspondiente a la 25ª jornada de Liga, disputado en San Mamés ante 49.741 espectadores.
Tras la reanudación, el Barça consiguió por fin tener un poco más de control sobre el partido. Busquets se hizo con los mandos, Gavi y De Jong ensancharon el centro del campo y ahí comenzaron a aparecer espacios para romper líneas desde atrás y para que Lewandowski, una isla en la primera mitad, pudiera descolgarse e intervenir más. Fueron los mejores minutos de un Barça que encontró una autopista por banda izquierda con Balde, muy activo durante todo el encuentro, y que tuvo la ocasión más clara para silenciar San Mamés en un cabezazo de Lewandowski que se marchó desviado por poco ante la atónita mirada de Agirrezabala, ya totalmente vencido.
Para entonces, el Barça se encontraba en ese punto en el que no sabía si cubrirse con la manta la cabeza o los pies. Los culés este año han tenido problemas para cerrar los partidos y Xavi, que esperaba un último arreón del Athletic, decidió cortar por lo sano metiendo músculo en la medular. El técnico de Tarrasa volvió al 4-4-2 dando entrada a Kessié por Ferran Torres y los suyos dieron un paso atrás que pudo salirles caro.
El Athletic se volcó y tuvo hasta cuatro ocasiones inmejorables en la recta final. Berenguer envió el balón al palo tras un disparo que rebotó en Christensen, Ter Stegen voló para evitar un gol de Muniain, el VAR evitó que subiera al marcador un gol de Iñaki Williams por mano en la jugada previa de Muniain y, por último, Marcos Alonso sacó sobre la línea otro balón para delirio de un San Mamés desesperado ante un Barça infranqueable que sigue a ritmo de récord en la parcela defensiva. Solo ha recibido 8 goles en 25 jornadas y mantiene intacta la distancia de nueve puntos en la pugna con el Real Madrid.
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