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Ignacio Tylko
Domingo, 15 de mayo 2016, 16:44
Desilusión en el Real Madrid, pero menos de lo que cabe suponer cuando se llega hasta la última jornada con opciones de ganar el título y se muere en la orilla. Sin embargo, como su cuerpo técnico y sus jugadores ya dieron el torneo de ... la regularidad por perdido cuando el equipo blanco se situó a 12 puntos del Barça, nunca dependieron de sí mismos y el 28 de mayo se juegan la temporada en la final de la Champions ante el Atlético, Zinedine Zidane y sus jugadores cambiaron el chip nada más caer en Riazor, felicitaron con deportividad a los campeones y ya piensan en la gran cita de San Siro. Llegar a ese duelo cumbre por la undécima Copa de Europa tras el récord de 12 victorias seguidas en el final de Liga, supone el mejor aval para ser optimistas y combatir la tristeza coyuntural y pasajera.
El Real Madrid murió de pie y acabó segundo, por encima de un Atlético que le aventajó durante más de media temporada, pero acusó sus derrotas en El Molinón y el Ciutat de València, tras sendas resacas continentales después de eliminar al PSV Eindhoven y al Bayern de Múnich. Los dos goles de Cristiano le permitieron al Real Madrid cumplir con su obligación ante el Deportivo y esperar a un milagro en Los Cármenes que no se produjo porque el Barça fue contundente, con el pistolero Luis Suárez como estandarte.
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Tan mal lo vieron los merengues que en el descanso que el portugués se quedó en el vestuario y dejó paso al colombiano James Rodríguez, la última estrella a la que Zizou debe recuperar para la causa. «Estoy bien», subrayó CR7 al abandonar el feudo coruñés. Se marchó por precaución, tras recibir un pisotón involuntario de Arribas, pero su concurso es seguro para Milán.
No bajar los brazos
«Tenemos suerte de jugar la final de la Champions, en la que no hay favorito porque está al 50%, y ahora hay que descansar y prepararla bien. Estamos un poco decepcionados tras el esfuerzo que hicimos, pero ahora pensamos ya sólo en Milán», resumió Zidane tras la triste victoria en Riazor. «Estoy muy orgulloso de todos los jugadores y sólo puedo darles ánimos. No podemos cambiar que el Barcelona sea campeón, pero a los míos les digo chapeau», añadió el técnico galo. A la hora del primer balance del curso, Zidane se mostró «contento de la Liga realizada porque los jugadores nunca bajaron los brazos y lucharon hasta el final».
«No podemos bajar los brazos porque nos espera una final de Champions que no se juega todos lo días y queremos ganar. Cuando se pierde nunca es positivo y ya sabemos que debemos cometer menos errores si se quiere ganar la Liga», resume el portero Keylor Navas. «Tenemos una final para cerrar bien el año. La verdad es que es difícil cuando el Real Madrid no gana un título, pero vamos a trabajar estos 15 días para llegar muy bien a Milan y levantar otra Copa de Europa», argumentó Marcelo.
Los pesos pesados del Real Madrid aprovecharon este período de reflexión para lanzar un mensaje implícito al presidente, Florentino Pérez. No lo dicen abiertamente, pero creen que con Zidane hubieran sido campeones. O lo que es lo mismo, que fue un error el fichaje de Rafa Benítez, el elegido para encabezar el proyecto por José Ángel Sánchez, el director general del club y brazo derecho del máximo dirigente.
Con Zidane, 17 victorias, dos empates y una derrota en 20 partidos. Con Benítez, las sensaciones fueron peores y el resultado resultó más deficiente: 11 triunfos, cuatro empates y tres derrotas. Florentino debe tratar de explicarse por qué el club más rico del mundo sólo ha ganado una Liga de las últimas ocho, la peor racha de los merengues en títulos ligueros desde 1953.
«Es una pena que este último título tampoco figure en nuestros currículos. Nos hemos ido dejando muchos puntos a lo largo del año, pero ya no hay excusas. Hay que felicitar al Barça, aunque nuestro objetivo era tratar de meterles presión hasta el final», insistió Sergio Ramos, convencido de que «hay que aprender de los errores cometidos».
«Hay que evitar dar titulares que no aportan nada. La Liga se acabó y nos sirve para el año que viene ser más regulares, tener más constancia y cometer menos errores», desgranó el capitán, centrado ya también en el derbi europeo que se avecina. «La recta final nos viene muy bien para afrontar la final de Milán y me gustaría salir por la puerta grande».
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