El Valencia, en octavos con daños colaterales

Buscan esos aficionados un rayo de sol levantino y una remontada histórica, una última gesta para un grande venido a menos, huérfano de triunfos más allá del campeonato doméstico, que desde el descenso del Rangers en 2012 ha perdido el poco pedigrí que le quedaba. Es otra de las ligas socavadas por la Ley Bosman.

Ni siquiera en Celtic Park pudieron los verdiblancos meter miedo al Valencia, en su momento de máxima confianza esta temporada. Marcelino García Toral se limitó a ejecutar su plan de cabecera -robar y correr- para aniquilar a un equipo limitado con el balón y tiernísimo sin él: 0-2 y el pase a octavos en el bolsillo para los españoles con poco más de un millón de euros extra para las arcas del club. Todo cuenta.

Sin exigencias en el guión, la visita del Celtic puede valerle a Marcelino para gestionar esfuerzos de cara al último tercio de temporada, crucial para el Valencia en tres competiciones: además de la Europa League tiene abierto el pase a la final de Copa (2-2 en la ida ante el Betis) y el camino hacia la Champions en Liga (es noveno pero a sólo cinco puntos del cuarto).

Aunque el de Villaviciosa no se fía del Celtic. «No podemos relajarnos ni pensar en que está todo hecho. La relajación es mala compañera de viaje. El objetivo siempre debe ser ganar con independencia de lo que haya sucedido en el partido anterior. El máximo esfuerzo es el camino para estar en octavos de final», recalcó en la rueda de prensa previa, en la que no dio pistas sobre las rotaciones. «Tendremos en cuenta los esfuerzos acumulados y el que tendremos que hacer el domingo, pero dando prioridad a este. Todos los que van convocados tienen opciones de participar», afirmó.

Sancionado Kondogbia, el técnico asturiano no forzará con Rodrigo ni con Gabriel, a quienes se espera el domingo en Butarque, y tampoco con Piccini, presumiblemente listo para la vuelta copera la próxima semana. Neto, que juega con una férula en el índice de su mano derecha desde la ida ante el Celtic, podría incluso cederle su sitio a Jaume Domènech; y Parejo, que ya descansó en la segunda parte en Glasgow, podría descansar de inicio si Marcelino decide juntar a Coquelin y Soler en el eje.

Respecto al choque del pasado jueves, el preparador recupera a Gayà y también a Santi Mina, pero todo hace indicar que será Rubén Sobrino quien ejerza de punta de lanza. Después de brillar en Celtic Park, el nuevo '23' del Valencia ya ha hecho olvidar el fracaso de Michy Batshuayi, anterior dueño del dorsal.

Pero es otro 'fichaje' el que desea ver brillar la grada de Mestalla. Gonçalo Guedes se ha perdido esta temporada más partidos de los que ha disputado, y con cada vez más minutos en las piernas desde su último regreso, Marcelino podría devolverle al once. «Está para jugar de inicio», aseguró el técnico. Que el luso recupere la forma que llevó al Valencia a pagar 40 millones por él se antoja crucial para el éxito del club en el año del centenario.

Brendan Rodgers tenía claro lo que debía hacer para que el Celtic mantuviera unas mínimas opciones de estar en octavos. Marcelino García Toral tenía claro lo que debía hacer para que el Valencia no perdiera todas las papeletas que se había ganado en Glasgow. El uno, fortalecer se débil defensa. El otro, no desvertebrar a su equipo con demasiadas rotaciones. Hasta el minuto 37 vencía a los puntos el plan del norirlandés.

Entonces, paradojas de este deporte, el jugador más preparado del Celtic para jugar en la élite cometió un error imperdonable. Jeremy Toljan brilló en 2017 en la selección alemana que ganó a la generación de Asensio y Saúl la final del Europeo sub21, como antes había deslumbrado, un verano atrás, en los Juegos, donde sólo la Brasil de Neymar privó a los teutones del oro olímpico. Desdichado desde aquella final ante la 'Rojita', el lateral derecho cazó a Guedes en un desmarque hacia el área: segunda amarilla y a la ducha.

Hasta ese momento el Celtic contabilizaba ocho ocasiones sobre la portería de Neto, por ninguna del Valencia. Únicamente la limitada calidad de los escoceses había evitado el maremoto en Mestalla. Primero, en un córner que Ajer no aceró a rematar entre palos ni con izquierda ni con derecha. Después, y hasta en dos ocasiones, Burke demasiado impreciso para embocar sendos contragolpes en el área local. Por último, una volea franca de Hayes que empaló mordida y desviada el carrilero zurdo.

En todo caso, la peor noticia de ese periodo –y de la eliminatoria- para el Valencia fue la lesión de Garay. Hasta en una rotura demuestra compostura el central argentino, por fin el cacique que necesitaba Mestalla: reculaba ante Burke, sintió el pinchazo en el muslo y se mantuvo impasible para interceptar el disparo del delantero en el área antes de pedir el cambio. Con Gabriel lesionado –se le espera este domingo- y Roncaglia sancionado hasta cuartos, Marcelino reza para que lo de Garay lo solucione la fisioterapia en un par de sesiones. Más que nada porque la próxima semana también se juega estar en la final de Copa.

La roja de Toljan desató a un Valencia demasiado sobrio, que había sabido sufrir en el buen arranque escocés. Se soltó Soler, mediocentro sin Kondogbia, con un disparo lejano, y le siguieron el juego Parejo, Ferrán y Santi Mina. Solo Bain, el mejor del Celtic en toda la serie, detuvo un vendaval en la Malvarrosa con paradones al capitán y al delantero antes del descanso.

Anestesiado por la expulsión y el arreón local, el Celtic ni buscó adelantarse tras el entretiempo. Es más, fue Wass –un puñal por la derecha- quien tuvo más cerca la diana, aunque su pase de la muerte no encontró a Sobrino. Luego Ajer se adelantaría a Neto en una falta lateral para recordar que, sin goles del Valencia, aún habría tiempo para un par de sustos.

Pero Parejo no quería más sobresaltos en lo que se presumía una tarde plácida; con la lesión de Garay era suficiente. Sacó el capitán el catalejo y divisó en el horizonte el penúltimo desmarque de Wass, dibujó el envío con la precisión de un 'quarterback' de fútbol americano y entre el danés y Gameiro hicieron el 1-0 en el área pequeña. Con todavía 20 minutos por jugarse, definitivamente no había ya más eliminatoria.