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RAFAEL LAMELAS
Jueves, 5 de noviembre 2020, 07:29
El Granada visita Chipre con la intención de seguir avanzando en su sueño europeo. El conjunto nazarí, que encabeza el Grupo E tras vencer a domicilio al PSV y empatar en el Nuevo Los Cármenes con el PAOK, se mide por primera vez en su ... historia al Omonia Nicosia, el rival a priori más débil de los que le tocaron en suerte, con el objetivo de sumar otros tres puntos que le acerquen a los dieciseisavos de final de la Liga Europa.
Los rojiblancos afrontan el sexto partido en veinte días. Un intenso ritmo de competición que convierte la fatiga en un elemento a tener en cuenta. Más aún atendiendo al tremendo esfuerzo que tuvieron que hacer el pasado domingo para rascar un punto ante el Levante, en un partido en el que la expulsión del francés Maxime Gonalons obligó al equipo de Diego Martínez a disputar 75 minutos en inferioridad numérica. Pese a ello, el cuadro andaluz logró resistir el asedio granota y arrancó unas tablas que le permitieron mantener su buen paso en Liga.
Con la moral alta por esa notable dinámica que arrastra del curso pasado pero sometido a un gran desgaste, el Granada comparece en tierras chipriotas mermado por la covid-19, que se ha cebado especialmente con su cuerpo técnico. El resultado no concluyente que registró Diego Martínez en las pruebas repetidas a la plantilla tras la localización de los casos positivos del central Jesús Vallejo y los miembros del staff Raúl Espínola y José Alfonso Morcillo dejaron en la ciudad andaluza al técnico vigués, por lo que será el preparador físico Víctor Lafuente el encargado de dirigir a los nazaríes frente al Omonia, último clasificado del grupo con un punto en su casillero.
Regresa el lateral francés Dimitri Foulquier, que se perdió los dos últimos partidos por una lesión muscular, aunque está por ver si será o no titular. El delantero Roberto Soldado permanece de baja tras dar positivo por coronavirus hace dos semanas y tampoco están disponibles por lesión el centrocampista nigeriano Ramon Azeez y los defensas Víctor Díaz, Joaquín Martín 'Quini' y el colombiano Neyder Lozano, además del media punta Fede Vico, que no está inscrito para esta fase de grupos.
Pese a ello, Víctor Lafuente alineará un once de plenas garantías para hacer frente al Omonia Nicosia, un equipo que al igual que el Granada debuta este año en la Liga Europa y que necesita sumar para mantenerse con vida. Líder de la liga chipriota la pasada campaña hasta que el torneo se dio por finalizado a causa de la pandemia del coronavirus, la escuadra que entrena el noruego Henning Berg se aferra para lograrlo a su fortaleza en el GSP Stadium, donde acumulaba siete partidos consecutivos sin perder en competición europea hasta que sucumbió el pasado jueves frente al PSV por 1-2.
Un equipo de los considerados de autor como el Granada se emancipó del padre de la obra para dedicarle un triunfo que aclara el camino a los dieciseisavos de final de la Europa League. Los rojiblancos, esta vez de negro, impusieron su liderazgo con puño de hierro y se abstrajeron de todos los problemas que han rodeado este desplazamiento: el positivo por Covid-19 de Diego Martínez, que vio la victoria por la tele desde casa; y la última situación con Antonio Puertas y Manolo Lucena, que se quedaron aislados en el hotel de concentración por sufrir síntomas en apariencia de la dichosa enfermedad, pendiente de diagnóstico, arrastrando al delegado del club por ser contacto directo.
Yangel Herrera siguió con su idilio con la diana y Luis Suárez se sacó un peso de encima con su primer tanto del ejercicio. El Omonia apenas arrojó resistencia, con una expulsión a las puertas del descanso que le desangró, aunque se removiera algo cuando la diferencia en el marcador se agravó.
Víctor Lafuente ejerció de portavoz del 'chamán' en Nicosia, voz rotunda y aplauso continuo para sus pupilos, que aparcaron cualquier distracción para centrarse en aquello que hacen fenomenal. La principal variación era la titularidad del canterano Pepe, el quinto lateral derecho de la temporada. No se complicó la vida y cumplió con creces hasta que se lesionó en los minutos finales, víctima del maleficio sobre esa posición. Parece mal de ojo.
Omonia
Fabiano; Hubocan, Luftner, Lang, Lecjaks; Vitor Gomes, Jordi Gómez (Shehu, m. 46), Tzionis; Bautheac (Asante, m. 46), Papoulis (Kousoloulos, m. 46) y Duris.
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Granada
Rui Silva; Pepe (Nehuén, m. 90), Domingos Duarte, Germán, Carlos Neva; Gonalons, Montoro (Luis Milla, m. 46), Yangel Herrera (Eteki, m. 90); Kenedy (Soro, m. 75), Machís y Luis Suárez (Jorge Molina, m. 75).
Goles: 0-1: min. 4, Yangel Herrera. 0-2: min. 63, Luis Suárez.
Árbitro: Ivan Bebek (Croacia). Expulsó por doble amarilla a Duris (m. 41) y mostró amarilla al técnico local Henning Berg (m. 65). Amonestó a sus compañeros Lang (m. 84); y a los visitantes Carlos Neva (m. 34),
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 3 de la fase de grupos de la Europa League, disputado en el GSP Stadium, sin público en las gradas.
Salió el cuadro nazarí con energía y decisión al verde del GSP Stadium, deseoso de garantizar que el preparador gallego podía estar tranquilo en el sofá. Tras un primer córner del Omonia, en el que el español Jordi Gómez intentó el gol olímpico, Montoro se lanzó como extremo por la derecha y reclamó un posible penalti en un centro que interceptó su marcador. Protestó pero detectó suelto a Yangel Herrera, que en Europa parece alemán. Danzó en el alambre y sacó un chut con la izquierda como una bala de cañón que sorprendió a Fabiano, gelatinoso en su reacción, aunque espabilara después. Seis muescas en toda la campaña lleva el venezolano entre un torneo y otro, juntando las previas.
El Granada ejemplificó su capacidad de aislamiento y empezó una circulación precisa y frecuente que dejaba a los locales persiguiendo siluetas. La diferencia de nivel se evidenciaba a cada minuto, con llegadas fulgurantes en las que Machís se obsesionó con anotar y vio poco a Luis Suárez, que busca comprensión a su estilo profundo, necesitado de envíos a la espalda de la retaguardia rival. Herrera no ajustó bien en una de esas llegadas. Si la mezcla Suárez-Machís no acababa de asentarse, la de Kenedy con el colombiano funcionó en una dejada de tacón con disparo del 'Bisonte' que despejó Fabiano. Machís le buscó las costuras con uno de sus culebreos genuinos, que de nuevo desarmó el arquero.
Perdonaba el Granada cuando debía sentenciar y Suárez se ofuscaba porque los demás no le buscaban con la reiteración que imploraba. El Omonia seguía sin rebelarse y para colmo perdió a Duris por dos entradas absurdas. Machís siguió probando y antes del descanso hubo cierta polémica por un empujón de Neva a Bautheac en una disputa en el área que el croata Ivan Bebek no consideró punible.
No hubo esfuerzo extra para Montoro, que se quedó en la caseta para que se integrara Milla tras el entreacto. Revolucionó el técnico Henning Berg su maltrecho conjunto con Shehu, Kousoulos y Asante, de perdidos al río. Lo cierto es que el Omonia mejoró un poco con la pelota, sin muchos alardes. La posición dominante era la rojiblanca y el contexto, con ventaja y un contrario en inferioridad, establecía un hábitat favorable para la naturaleza de Luis Suárez, con pradera por la que correr. Germán se anticipó en un corte y la pelota rodó hasta Milla, que se la puso al cafetero tal y como le encanta. Por fin pudo medirse en carrera con los zagueros hasta culminar arrasando a Fabiano en su salida, con un rebote afortunado para dejar en siniestro total a los chipriotas.
Liberó ansiedad Suárez como si fuera la celebración de un Mundial, síntoma de que requería ya esta medicina para salir del trance. Se sintió sin grilletes desde entonces, exhibiendo facultades mientras el Omonia se derretía, con un ambiente enrarecido entre los pocos presentes en el campo, en teoría empleados del club de Nicosia. Todo parecía empapelado cuando Thiago, nada más salir, obligó a que Rui Silva bajara a ras de hierba para abortar su tiro. Oxigenaron Soro y Molina, el ritmo decayó pero la victoria no corrió peligro, aunque sí la diferencia, tras una estampida de Lecjaks que tampoco pudo enhebrar Thiago porque Rui no lo toleró.
El triunfo rojiblanco tuvo dedicatoria para todos los compañeros, tanto de la plantilla como del cuerpo técnico, a los que el 'bicho' dejó fuera. Incluido un Diego Martínez que seguro que estará muy orgulloso de que cumplieran con tamaña profesionalidad.
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