El Barça se divierte en Nápoles

«Será una batalla de quién tiene el balón y la posesión. Es Europa y es difícil. El Nápoles tiene nivel Champions, pero es una buena prueba para comprobar que el Barça puede competir. Estamos esperanzados y tenemos ilusión», afirmó Xavi en la rueda de prensa previa al choque. El técnico catalán sabe que disputa uno de los partidos más importantes desde que se hiciera con los mandos de la nave azulgrana. La Europa League es la vía más importante a un título este curso y una más para estar el próximo año en la Champions. Eso es lo que se juega el Barça en Nápoles.

El equipo de Xavi llega al compromiso en Italia con aires renovados. Los pinchazos ante Espanyol y Nápoles quedaron atrás el pasado domingo con un triunfo de peso en un campo siempre complicado como Mestalla. El Barça recuperó ante los de José Bordalás el gol que le faltó en la Europa League y la garra que no tuvo en el derbi catalán para mantener la ventaja en el marcador. La suma de esas dos cosas serán clave para sobrevivir en un Diego Armando Maradona que, bajo el nombre de San Paolo y con el Pelusa sobre el césped, ya sabe lo que es ganar la segunda competición continental y que quiere ahora reverdecer viejos laureles.

Para esa final, Xavi podrá contar con su pareja titular de centrales. Ronald Araujo regresa a la convocatoria tras superar sus problemas físicos y Gerard Piqué vuelve después de cumplir el pasado fin de semana ante el Valencia su sanción en la Liga. Ambos saldrán de inicio en un equipo en el que no podrán estar por lesión Sergi Roberto, Lenglet, Umtiti, Balde, Ansu Fati y Memphis Depay, y en el que tampoco estará un Dani Alves que quedó fuera de la competición por decisión técnica al no poder inscribir a todos los jugadores incorporados en el mercado de invierno. Con todas estas ausencias en cuenta, Xavi recuperará para la causa a Pedri tras su descanso de inicio en Mestalla. El canario formará junto a Busquets y Frenkie de Jong en el centro del campo. En punta dispondrá de Ferran Torres, Aubameyang y la velocidad de Adama Traoré, muy activo en la ida en el Camp Nou.

No será un partido sencillo para el Barcelona. El Nápoles sobrevivió a un auténtico asedio en el Camp Nou y ahora, ante su público, buscará sacar a relucir su mejor versión en una competición en la que tiene puestas grandes esperanzas para lograr un título este curso. Los de Luciano Spalletti son un equipo sólido, el menos goleado de toda la Serie A, pero los últimos resultados han pinchado un globo que ya volaba por todo el sur de Italia. Los partenopeos dejaron escapar vivo al Inter hace dos jornadas y, tras el empate en la Europa League contra el Barça, no pudieron pasar de las tablas el pasado fin de semana contra el Cagliari en un choque que les podría haber situado como colíderes de la Serie A junto al Milan.

Para este partido, Spalletti tendrá que recomponer el grupo ante las numerosas bajas que asolan al equipo. El técnico italiano no podrá contar por lesión con Insigne, Lobotka, Lozano, Malcuit, Anguissa y Tuanzebe. Todas estas ausencias condicionarán un once en el que Fabián Ruiz volverá a llevar la batuta y en el que Elmas, Zielinski e Insigne escoltarán a Osimhen en ataque.

El Barça se dio un auténtico festín en el estadio Diego Armando Maradona. El conjunto de Xavi se impuso al Nápoles por 2-4 en un choque en el que se pudo ver la mejor versión de los blaugranas. Los tantos de Jordi Alba, Frenkie de Jong, Piqué y Aubameyang confirman la mejoría de los culés y abren un nuevo horizonte en la Europa League, una competición que cada vez se ve con mejores ojos en la ciudad condal.

Ver para creer. Del juego posicional y la falta de gol vivida en el Camp Nou al vértigo y la pegada exhibida en el Diego Armando Maradona. Esa es la transición que se pudo ver en el equipo de Xavi en apenas una semana. Los culés replegaron filas en los primeros minutos y en un abrir y cerrar de ojos demostraron que la historia en esta ocasión iba a ser diferente. Sin muchos rodeos, Adama Traoré sacó la moto al contragolpe, arrasó con todo a su paso al más puro estilo de la NFL y habilitó a Jordi Alba para que abriera el marcador y demostrara que lo de Mestalla no fue casualidad, que hay gol.

'¡Vaya si lo hay!', debió pensar Frenkie de Jong. Sin tiempo para digerir la primera diana, el neerlandés, apático en muchos momentos de la temporada, avanzó metros y decidió que era el día para animarse desde fuera del área. Su disparo fue certero, a la escuadra, un golpe a la moral de los napolitanos, mudos ante la metamorfosis inicial de los de Xavi. El Barça se divertía tras trece minutos de juego y ni siquiera los contratiempos iban a cambiar esa alegría. Insigne recortó distancias tras un penalti de Ter Stegen sobre Osimhen, un bache que los de Xavi iban a sortear continuando con un plan de juego basado en la velocidad en los costados, centros laterales y llegada de los jugadores desde atrás. Así gozaron de ocasiones Ferran Torres, Adama Traoré y Aubameyang, y así llegó el tanto de Gerard Piqué antes del descanso. El central cazó un rechace y se sacó de la manga un zurdazo que suponía un nuevo jarro de agua fría para los locales.

Tras la reanudación se pudo ver un Barça ya metido de lleno en su plan habitual. Busquets, Pedri y Frenkie de Jong tenían los mandos y Adama Traoré las llaves para abrir a la mejor defensa de la Serie A. El ex del Wolverhampton fue una pesadilla para los de Spalletti y un centro suyo iba a ser definitivo para que los culés cerraran la eliminatoria. Aubameyang recogió el envío y al primer toque, como suelen hacer los buenos delanteros, puso el balón lejos del alcance de Meret para acabar con las esperanzas de remontada del Nápoles. Fue el último chispazo de un Barça que dejó correr el cronómetro y logró, pese al gol final de Politano, un pase a la siguiente ronda más plácido de lo que se podía esperar.