La rocosa humildad de Mendilibar frente al orgullo del mediático Mourinho

Suso y Lamela, ambos saliendo desde el banquillo, dieron la vuelta al tanto inicial de Vlahovic y compraron el billete para la gran final de Budapest, donde el conjunto hispalense se enfrentará el próximo 31 de mayo contra la Roma de José Mourinho, que empató en Leverkusen e hizo bueno el 1-0 cosechado en Italia.

En una temporada con aires de ser la más complicada de la historia reciente del club, despidiendo a dos entrenadores, luchando por la permanencia en Liga y sin esperanzas de hacer algo grande en Europa, en Nervión tienen licencia para soñar con la 'séptima'. Y Mendilibar es el gran culpable de ello.

Desde su llegada, en tan solo dos meses, el técnico vasco le ha recordado tanto al Sevilla como al Ramón Sánchez-Pizjuán quienes eran. A partir de la sencillez que le caracteriza e implantando su marca personal en el modelo de juego, el de Zaldibar se ha metido en el bolsillo al vestuario y a la afición.

El Sevilla ha pasado de coquetear con el descenso a imponerse a dos transatlánticos como el Manchester United y la Juventus, ser el mejor equipo de Primera División desde la llegada del técnico vasco al obtener 19 puntos de 24 posibles y estar a un partido de sumar un nuevo título en sus vitrinas y lograr la clasificación para la Liga de Campeones.

Méritos más que suficientes para asegurarse una renovación que siembra dudas en la directiva. «No es momento de tocar plantilla, entrenador ni nada. Nos queda una final en la que podemos tocar plata y no olviden que somos el único equipo español en Europa. Él está centrado en la final y en los cuatro partidos. Cuando termine hablaremos lo que sea necesario», señaló Pepe Castro, el presidente de la entidad.

Siga o no, Mendilibar ya ha pasado a la historia del Sevilla. Acostumbrado a picar piedra y celebrar permanencias, el destino le debía una a un entrenador de toda la vida. «Cuando pasen estos días y esté de vacaciones echaré la vista atrás y diré ostras, hemos conseguido grandes cosas en un buen equipo. Es el equipo más completo técnicamente que he tenido, nunca tuve un grupo tan bueno», afirmó.

De llegar como parche hasta final de temporada para sellar la salvación a disfrutar su primera final europea, un premio para un entrenador debutante en grandes citas que se medirá en la banda a todo un experto en la materia, José Mourinho, con quien se verá las caras de nuevo. «Fuimos a verle entrenar hace un montón de años, cuando estaba en el Real Madrid. Vimos un par de entrenamientos y con él estuve poco, hablamos más con Karanka y con su preparador físico. Vas a jugar con un entrenador que lleva mucho tiempo, igual que yo pero ganando mucho, yo no he ganado tanto«, comentó.

Desde aquella primera UEFA con el Oporto en 2003 hasta la Conference League de 2022, pasando por las Champions conseguidas con el cuadro portuense y el Inter y la Europa League lograda con el Manchester United, el glamuroso técnico portugués disputará su sexta final europea, sin contar tres Supercopas, ganando todas las que ha disputado hasta la fecha.

Después de una desilusionante etapa en el Tottenham, Mourinho sigue empeñado en elevar el estatus del conjunto 'giallorossi' en el Viejo Continente. La temporada pasada, en su primer curso en la capital romana, ganó el primer título europeo en la historia de la Roma y esta campaña, con Dybala como referencia, acompañado por jugadores de gran calidad como Lorenzo Pellegrini, Stephan El Shaarawy o Nemanja Matić, tiene una nueva oportunidad para demostrar por qué fue, es y seguirá siendo uno de los mejores entrenadores del mundo.