Liderato del Espanyol con final de infarto

Bien diferente es lo que se vive en Europa. Ante el Ferencváros (18:55, GOL) será la oportunidad para el Espanyol de volver a disfrutar en una competición en la que se ha desenvuelto, hasta el momento, a la perfección. Lejos del sufrimiento que vive en la Liga, el segundo torneo continental supone una especie de bálsamo para los 'pericos', que han logrado ir de menos a más hasta sellar con holgura la clasificación para los dieciseisavos de final. El viaje para enfrentarse al histórico club húngaro podría servir para certificar la primera posición del Grupo H, pero también para seguir aumentando un bonito récord.

Cada encuentro de Liga Europa es una cita única en el equipo catalán, en la que ya suma un total de 25 partidos sin perder. En la última, Cornellá pudo vibrar con una victoria especial (un contundente 6-0) lograda ante el Ludogorets en un brillante choque. De vencer ante el Ferencváros, además, romperían una imbatibilidad que se alarga ya hasta las 43 citas en su estadio. No lo pondrá fácil el cuadro del mítico Rebrov, que busca mantener vivas las esperanzas de cara al último encuentro.

El fortín de Budapest pondrá a prueba a uno de los equipos más sólidos de la competición (solo un tanto encajado, precisamente en el choque de ida), que desde el comienzo de temporada ha mostrado dos caras extremas, en la Liga y en la Liga Europa. Hasta el punto de haber logrado más goles (8 en la competición doméstica por 10 en el torneo continental) y puntos (9 y 10) en una cita tremendamente ilusionante en la que se sueña con llegar lo más lejos posible.

No menos esperanzadora es la aparición de Campuzano. El delantero ha revolucionado a los 'pericos' en la segunda competición europea, convirtiéndose en el abanderado de la fructífera cantera blanquiazul y siendo un fijo para Machín. Junto al punta, otros futbolistas criados en el fútbol base del Espanyol tendrán la oportunidad de debutar a lo grande. Con la clasificación en el bolsillo, el club se ha permitido dar descanso a futbolistas de la talla de David López, Marc Roca, Wu Lei o Víctor Sánchez. El guardameta Adrián, Iago, defensa, y Moha, delantero, completan una lista atípica.

Regresaba la Liga Europa para el Espanyol y el viaje a Hungría suponía la primera oportunidad para los de Pablo Machín de asegurar el liderato del grupo H ante un equipo necesitado. La magia de la segunda competición continental se disfrutaba, de manera especial, en el descuento del partido en un Groupama Arena que vibró, primero, con el tanto de penalti de Skvarka que daba una momentánea victoria al Ferencvaros, para acabar llevándose las manos en la cabeza en el último suspiro del encuentro. El cabezazo de Darder ponía, en el minuto 96, el empate que mantiene invictos a los pericos en este torneo y los clasifica como primeros de forma matemática. Un final loco en el que el Ferencvaros dispuso de otro penalti -muy discutido y dudoso- que Diego López consiguió atajar al brasileño Isael, que hasta ese momento había sido el hombre más peligroso del conjunto local.

El portero gallego, junto al lateral Pipa Ávila, fue uno de los encargados de sostener a un equipo que apenas generó juego de ataque. Era un partido peligroso ante un rival que ya puso en serias dificultades a los periquitos en Cornellà, y que buscaba, con ahínco, exprimir sus opciones de clasificación para la siguiente ronda. Los de Rebrov saltaron al césped convencidos y animosos, con una hinchada entregada y con Varga monopolizando cada uno de los ataques del conjunto húngaro, que no había logrado ni un solo tanto en Budapest en la fase de grupos de la Liga Europa.

El estreno llegaría de la mano de Siger, en una segunda jugada, tras el lanzamiento de una falta de Isael que se estrelló contra el palo. Un despiste del cuadro catalán, que no dudó en aprovechar el mediocentro para poner en pie a un estadio que lo celebró por todo lo alto. Corría el minuto 23 y el Ferencvaros monopolizaba el ataque. El Espanyol, adormilado, apenas había inquietado el área de Dibusz, un espectador más en la primera media hora del choque. Supuso el tanto un antes y un después para el equio de Pablo Machín, que pareció reaccionar a partir de una gran jugada del Pipa Ávila, que puso a placer el balón a Melendo para que, tras un rebote en Frimpong, pusiera el empate en la primera llegada. Suponía, además, el segundo tanto consecutivo del canterano en partido europeo.

Fueron de menos a más los catalanes, aunque la segunda mitad volvió a comenzar con un claro dominio húngaro y con Isael centrando balones de forma magistral. Estuvo a punto de repetir Siger en un saque de esquina y un excelente disparo del propio Isael besó el larguero de la portería defendida por Diego López. El Ferencvaros atacaba y el Espanyol, que era un flan, también tuvo algunas opciones desbaratadas por Dibusz. Ni Campuzano, raramente inédito en el choque, ni Dídac, fueron capaces de batir al meta local. Todo ocurriría antes de vivir un frenético final en el que los de Rebrov dispusieron de dos penaltis, el segundo anotado por Skvarka, y en el que Darder, de cabeza y tras un genial centro del Pipa Ávila, clasificaría con honores al conjunto barcelonés. Los abrazos y las sonrisas de los jugadores pericos tras finalizar el choque suponían una muestra más de lo especial de una Liga Europa tan bonita como ilusionante en el seno de Cornellà.