LUIS F. GAGO
SEVILLA
Jueves, 20 de febrero 2020, 07:56
El Sevilla comienza una nueva andadura en la fase de eliminatorias de la Europa League con la esperanza de obtener un mejor resultado que el cosechado la temporada pasada, cuando, con Pablo Machín en el banquillo, quedó apeado frente al Slavia de Praga. ... Los sevillistas partían con cierta ventaja tanto por currículo como por calidad de la plantilla frente a los checos, pero de nada sirvió cuando llegó el momento de la verdad, a la misma altura que la actual campaña, con el equipo totalmente en barrena y sin atisbos de mejorar. Por eso la situación que vive actualmente el cuadro andaluz es tan similar un año después.
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Solo cambian los protagonistas, pero el contexto es parejo. En vez de tener a Machín con su irrenunciable esquema de tres centrales, lo que hay en la dirección a pie de césped es un Julen Lopetegui al que ningún cambio de dibujo ni de jugadores parece convencer para reflotar el barco. Un navío que empieza a hacer aguas. Esta vez, con la vuelta de Monchi a la dirección deportiva, los fichajes cuajan, pero el ambiente del vestuario no es el más adecuado para afrontar el duelo ante el Cluj. Con Banega contando con un contrato multimillonario en Arabia Saudí para los próximos tres años, el argentino piensa en más en una carta de libertad que le permita disfrutar del dinero saudí cuanto antes que en hacer una última hazaña en competiciones más serias. Su relación con el técnico vasco tampoco pasa por su mejor momento y la afición empieza a bajarlo de su pedestal.
Ante el Cluj, las sensaciones alrededor de los hispalenses cada vez se tornan con más nubes negras sobre las cabezas de un Lopetegui que ve en Machín un espejo del pasado al que no tiene más remedio que mirarse. Desde la secretaría técnica se piensa que el plantel del equipo es de bastante más calidad que lo demostrado hasta el momento y que el rendimiento tan bajo es como consecuencia de una falta de trabajo táctico desde el banquillo. Además, Unai Emery, otrora ídolo de la afición y en la actualidad en el paro tras su despido en el Arsenal, serviría de revulsivo como opción B para calmar las aguas de la hinchada nervionense.
Con todos los quebraderos de cabeza, al menos al preparador rojiblanco le ayudan los hados del fútbol con la recuperación de un jugador que bien pudiera ser clave en un punto y aparte. Se trata de Óliver Torres, su gran apuesta personal en verano, petición expresa a Monchi y que está llamado a ser el sustituto natural del desangelado Banega. Pero una inoportuna lesión hace un par de semanas le ha impedido ser de utilidad y demostrar que se puede contar con él cuando más lo necesitaba su principal valedor. Ahora viaja a Rumanía con la esperanza de partir de inicio y demostrar todo lo que el sevillismo anhelaba con su llegada. Para Lopetegui sería una ayuda necesaria, toda vez que en Rumanía precisa de una mejor suerte para su vida deportiva en el Sevilla.
Sufrido empate el cosechado por el Sevilla en la ida de los dieciseisavos de la Europa League, el torneo que llevó al equipo andaluz a lo más alto del Viejo Continente. En un duelo sufrido, aguerrido y poco vistoso para el espectador neutral, la realidad es que la escuadra hispalense mostró más síntomas de cansancio y de anarquía en su esquema táctico. Pese a que aterrizaba el Sevilla en tierras rumanas con la intención de dar un salto cualitativo a su juego espeso y sin ideas de las últimas semanas, sobre todo, desde que cayera en la Copa del Rey ante el Mirandés, la realidad fue distinta ante el Cluj. Al menos logró sacar un gol que le da cierta ventaja para la vuelta en el Pizjuán sin lograr despejar ninguna de las dudas con las que llegaba a la ciudad de Europa del Este.
Con el técnico, Julen Lopetegui, cuestionado y en el alambre, una derrota frente al Cluj podría suponer su marcha de la entidad andaluza. No fue así. Pero casi. Solo En-Nesryri salvó el cuello, al menos de forma momentánea, de su entrenador. Nadie en la planta noble del Pizjuán quiere repetir la mala experiencia de la campaña anterior con Pablo Machín, que cayó eliminado en Praga y finiquitó las esperanzas rojiblancas de lograr la ansiada sexta Europa League. Con la nueva temporada, en la que hacer un papel en la competición fetiche rojiblanca es la primera obligación, volver a fallar no entra en los planes de los directivos.
Cluj
Arlauskis; Burca, Manea, Paulo Vinícius, Camora; Deac, Bordeianu, Djokovi, Paun (Hoban, min. 74); L. Traoré (Rondón, min. 84) y Omrani (Golofca, min 86).
1
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1
Sevilla
Vaclik; Jesús Navas (En Nesyri, min. 73), Koundé, Diego Carlos, Escudero; Jordán, Gudelj, Fernando, Suso (Franco Vázquez, min. 91); De Jong y Ocampos (Rony Lopes, min. 78).
goles 1-0: min. 59, Deac, de penalti. 1-1: min. 82, En-Nesyri.
árbitro Deniz Aytekin (Alemán). Amonestó a Fernando y Reguilón.
incidencias Ida de dieciseisavos de la Europa League en el estadio Dr. Constantin Radulescu.
Comenzó el encuentro en Rumanía con cierto retraso por la mala conexión del VAR, que se estrenaba en la competición y sería, a la postre, protagonista. Con los jugadores ya sobre el césped y el tiempo gélido, el fallido pitido inicial provocó cierto enfriamiento cuando empezó a rodar el balón. En una primera mitad sin demasiada historia, con los sevillistas más pendientes de no lesionarse por el mal estado del terreno de juego y los rumanos buscando la espalda de la zaga hispalense, el empate a cero fue lo más llamativo. Los acercamientos en ambas porterías brillaron por su ausencia. Cero remates entre los tres palos. Los rojiblancos lograron tirar nueve veces, pero ninguna pelota se acercó a las inmediaciones de Arlauskis. Por su parte, el Cluj no puso en aprietos a Vaclik, pese a que sus actuaciones en los últimos choques ligueros han dejado muchas dudas sobre el potencial del cancerbero checo.
A la vuelta de vestuarios, el Sevilla siguió dominando el control del juego, con la posesión de la pelota en torno al 70 por cierto, aunque con la carestía de gol que viene teniendo el equipo desde pretemporada. Con De Jong en la punta de ataque solo tampoco podían aspirar a mucho más los sevillanos. El VAR fue protagonista cuando rearbitró una clara mano de Koundé dentro del área, señalando penalti. Deac marcó y adelantó a los suyos poniendo entredicho el futuro en la competición de los andaluces.
Solo el empate casi al final de En-Nesyri fue un soplo de aire fresco. La salida del marroquí a falta de 17 minutos demostró que debe ser la referencia y cuestiona un poco más la supuesta habilidad técnica de Lopetegui. El empate a uno final da algo de oxígeno a los rojiblancos, pero cuestiona mucho más al entrenador antes del encuentro ante el Getafe en Liga, donde se juegan la clasificación para la Champions, piedra angular del proyecto de Monchi.
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