El penúltimo zarpazo de Aduriz

Como se esperaba, el público fue fiel a la cita una jornada más. Llevó en volandas al equipo desde antes del inicio del choque con una pancarta que rezaba: "Guiados por el espíritu del 49". Un bonito recuerdo del Valencia campeón de la Copa Eva Duarte que superó al Barcelona por un contundente 7-4. Parecía complicado repetir el resultado, pero la salida del Valencia hacía presagiar un buen partido. Espoleados por la fiesta en las gradas y el ambiente de las Fallas, el Valencia salió a por todas con una presión alta y una actitud muy diferente a la que acostumbra. Pareció verse sorprendido el Athletic, que en los últimos tiempos le tenía cogida la medida. Muy rápido volvió a aparecer Santi Mina, aprovechando un rechace de Herrerín. El gallego se ha convertido en un hombre clave ante el Rapid de Viena y en la gran esperanza del ataque 'che' en las últimas citas.

La actitud del equipo valencianista, desconocida hasta este momento desde la llegada de Neville al banquillo, chocaba con un apático Athletic. Los rojiblancos deambularon por momentos durante una primera mitad en la que Mestalla enloqueció con sus jugadores. El cuadro vasco sólo supo reaccionar tras el 2-0 marcado por Aderlan Santos de cabeza tras un genial centro de Gayà. Demasiada ventaja cedida por los de Valverde, que no mostraron su mejor cara en ningún momento. La lesión de Muniain a los 25 minutos, con problemas en el aductor, fue el otro gran golpe para los bilbaínos.

Supieron levantarse tras el descanso, aunque mostraron más nerviosismo que ideas sobre el verde. El Valencia optó por echarse atrás y lanzar alguna contra, y cedió la iniciativa al Athletic. Los 'leones' fueron claros dominadores, aunque apenas crearon ningún peligro ante la portería de Ryan. Una jugada rápida fue suficiente. Una acción en la que se reclamó mano -Gary Neville, incluso, acabó viendo el partido en la grada tras ser expulsado por las continuas protestas- y que el 'Pichichi' Aduriz empujó a placer a la red ante la atónita mirada de los defensores. Ese gol ante el que estuvo negado en San Mamés y que en Mestalla valió una clasificación agónica para los cuartos de final de la Liga Europa.

El final todavía deparaba una acción más dramática si cabe para Mestalla. Pudo Paco Alcácer volver a coronarse en casa cuando el partido moría. Lo evitó Herrerín achicando el espacio y con una excelente intervención. Una jornada más fue determinante para el Athletic, que supo sufrir hasta el final. Con una gran piña lo celebraron los jugadores del equipo vasco. Valverde y sus pupilos continúan en liza. El Athletic ya espera rival en cuartos.