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Han transcurrido tres meses y medio desde que el Real Madrid levantase la Decimoquinta en Londres y el equipo que dirige Carlo Ancelotti no se encuentra a sí mismo. Lacerado por el adiós de Toni Kroos y golpeado por las lesiones, ha protagonizado un inicio de curso gris pese al aterrizaje de Kylian Mbappé, seguramente el futbolista más desequilibrante del planeta. Pero el regreso de la Champions este martes ofrece al conjunto de Chamartín una oportunidad para virar de rumbo.
Enfrente estará el Stuttgart, un rival inédito que compite por cuarta vez en el torneo estrella de clubes pero que llega avalado por el brillante subcampeonato de la Bundesliga que logró la campaña anterior y espoleado por el contundente triunfo que cosechó el sábado a domicilio frente al Borussia Mönchengladbach. El cuadro germano supondrá un exigente test para el rey de Europa, que debe explorar un nuevo camino en su defensa del trono.
«El Stuttgart el año pasado lo hizo muy bien y que estén aquí habla muy bien del trabajo de su entrenador. Es muy buen equipo y está muy bien organizado. Seguro que será un partido entretenido», auguró Ancelotti en la previa de un duelo que puede servirle al Real Madrid para rearmarse en una Champions renovada, pero con los favoritos consabidos.
«Cambia el formato, pero son siempre los mismos, incluido el Real Madrid», recordó un técnico inquieto por la falta de fluidez que aqueja a sus pupilos, aunque convencido de que las piezas acabarán encajando. «Podíamos tener dos puntos más en la Liga, pero estamos donde queríamos estar. Ganamos el primer título de la temporada y era previsible tener problemas porque los jugadores llegaron el 9 de agosto. Para preparar a un jugador necesitas cinco semanas y terminarían hoy. Por ello, esto ha sido un periodo de pretemporada para nosotros», adujo la víspera del reencuentro con una competición en la que tanto él como su escuadra se manejan como nadie.
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Hacer que esa experiencia sea un grado este martes es el propósito con el que concurre Ancelotti a una cita para la que recupera efectivos en el centro del campo, precisamente la línea que estuvo bajo mínimos el pasado sábado en el Reale Arena. El regreso de Tchouaméni, una vez solventadas las molestias en ese pie izquierdo que tantos quebraderos de cabeza le ha dado al pivote francés en los últimos meses, y de Bellingham, restablecido de la lesión en el músculo delgado plantar de la pierna derecha que ha mantenido al inglés casi cuatro semanas en el dique seco, refuerzan la sala de máquinas del quince veces campeón de Europa, precisada de chispa toda vez que Camavinga y Ceballos siguen convalecientes.
El paso al frente de ambos se antoja vital para que se produzca esa mejoría que tanto demanda Ancelotti por parte de un equipo que echa en falta un constructor de juego y anda justo de recursos en defensa. Con Alaba todavía sin fecha de vuelta, el susto que dio Militao ante la Real Sociedad puso en vilo a Carletto, que ha de conducirse con tiento. El paulista se ejercitó en solitario este lunes, aunque el transalpino aseguró que estará «disponible al cien por cien» este martes. Por si acaso, probó con Carvajal como acompañante de Rüdiger en el eje de la retaguardia. Arriba las balas volverán a ser el afligido Rodrygo, un Vinicius de nuevo objeto de discordia y Mbappé, que disfrutará de su primera noche europea vestido de blanco.
Aguarle la fiesta al prodigio de Bondy y a sus compañeros es el objetivo del Stuttgart, que vuelve a la Champions quince campañas después para estrenar el formato de liguilla. En su última aparición en la máxima competición continental, llegó hasta octavos, donde cayó ante el Barça. Ahora vuelve a codearse con la aristocracia europea tras finalizar segundo la campaña anterior en la Bundesliga, a 17 puntos del Leverkusen pero uno por encima del todopoderoso Bayern. Fue su mejor resultado en la principal competición doméstica desde que alzó el último de sus cinco títulos de liga en la temporada 2006-07 y refrendó el extraordinario trabajo de Sebastian Hoeness, sobrino de Uli Hoeness y técnico en su día del filial del Bayern que llegó a la Bundesliga de la mano del Hoffenheim.
En ese tránsito del conjunto suabo resultó clave Serhou Guirassy, autor de 30 goles la pasada campaña, 28 de ellos en la Bundesliga. Sin el franco-guineano, vendido en verano al Dortmund, la responsabilidad ofensiva recae sobre todo en Deniz Undav, delantero de raíces kurdas e internacional germano de nuevo cuño por cuyos servicios el Stuttgart ha desembolsado 26,7 millones de euros al Brighton, después de tenerle como cedido la campaña anterior, así como en el bosnio Ermedin Demirovic, fichado a cambio de otros 21 millones para el Augsburgo. Ambos vieron puerta en el triunfo del sábado ante el Mönchengladbach que ha permitido al Stuttgart remontar hasta la décima posición de la Bundesliga tras sumar solo un punto en las dos primeras jornadas del campeonato.
Real Madrid: Courtois, Carvajal, Militao, Rüdiger, Mendy, Valverde, Tchouaméni, Bellingham, Rodrygo, Mbappé y Vinicius.
Stuttgart: Nübel, Stenzel, Chase, Chabot, Mittelstädt, Rieder, Stiller, Karazor, Leweling, Undav y Demirovic.
Árbitro: Umut Meler (Turquía).
Hora: 21:00 h.
Estadio: Santiago Bernabéu.
TV: Movistar Liga de Campeones.
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