El Liverpool, muy superior al Oporto, pone pie y medio en semifinales

El Liverpool y el Oporto vuelven a encontrarse en la máxima competición, de nuevo con el equipo inglés como clarísimo favorito para superar una eliminatoria a la que llegó el equipo portugués gracias a un gol de penalti decidido por el VAR al final de la prórroga frente a la Roma. Además de Casillas, en el Oporto también estará Militao, en el que será el debut en la Champions del defensa que ha costado al Real Madrid 50 millones de euros, aunque no Pepe, ya que el veterano central portugués está sancionado. Tampoco jugará en el centro del campo, por el mismo motivo, el mexicano Héctor Herrera, que con seguridad jugará en el Atlético de Madrid a partir de la próxima temporada. Por parte del Liverpool, verdugo del Bayern de Múnich en octavos, ya no está Karius en la portería y es Alisson Becker quien defiende la meta del líder de la Premier, a quien le han marcado sólo ocho goles en esta Champions, con una defensa liderada por Van Dijk.

Casillas acaba de renovar recientemente con el Oporto hasta los 40 años y, como portero menos goleado de la lista lusa, afronta el desafío de enfrentarse a tres de los máximos artilleros de la Premier y de la Champions, aunque Salah ha estado ocho partido sin ver portería hasta que el viernes rompió su mala racha con un golazo en la victoria ante el Southampton. Salah acumula 18 goles en la liga inglesa, uno más que Mané, mientras que en la competición continental ambos llevan tres tantos. Firmino lleva una docena en el campeonato doméstico y un par de ellos en la Champions, donde el Liverpool tuvo la suerte en el sorteo de quedar emparejado con una de las cenicientas entre los cuartofinalistas, con el vencedor del cruce entre el Manchester United y el Barça en el horizonte.

Con el castigo a Pepe no será Militao el encargado de ocupar el lateral derecho del Oporto para intentar frenar a Mané, la desequilibrante estrella senegalesa, ya que el nuevo defensa madridista ocupará una plaza en el centro de la zaga junto a Felipe, escoltados por Maxi Pereira y por Alex Telles, si no se lo impide su bursitis en la cadera. En el Liverpool su ausencia más importante será la del lateral izquierdo Robertson. El técnico del Liverpool, Jürgen Klopp, asegura que los 'reds' encaran esta a priori desequilibrada eliminatoria contra el Oporto «con el mismo respeto» con el que afrontaron la anterior frente al Bayern, cuando tras el 0-0 de la ida de octavos los ingleses superaron la eliminatoria en Múnich (1-3), con un doblete de Mané, con un tanto entre medias del logrado por Van Dijk, el defensa más caro de la historia.

El Liverpool confirmó su favoritismo ante el endeble equipo luso y puso pie y medio en las semifinales de la Champions, gracias a una victoria que se quedó incluso corta para haber sentenciado ya en Anfield la desequilibrada eliminatoria. Tras un comienzo atrevido y prometedor del Oporto, desde que Keita abrió en el primer ataque del Liverpool, culminado con un remate afortunado que tocó en Óliver Torres sin que Casillas pudiese hacer nada, el vigente subcampeón de Europa fue muy superior a un rival al que ya endosó un 0-5 la pasada temporada en Do Dragao, en la ida de octavos.

Entre los integrantes del demoledor tridente de ataque del Liverpool, Firmino volvió a marcar, para conseguir su tercer gol en la presente Liga de Campeones e igualar así a Mané y Salah, que aunque no tuvo pegada sí hizo sufrir muchísimo con su desborde a la defensa del Oporto. Sobre todo, al tocado Alex Telles, a quien no pudo acompañar en el centro de la zaga el sancionado Pepe, cuyo puesto fue ocupado por el nuevo fichaje madridista, Militao. El Liverpool desnudó las carencias del Oporto, que mermado también por la ausencia en el centro del campo del mexicano Héctor Herrera, fue desarbolado por momentos por la velocidad y movilidad de un adversario poderoso, muy ambicioso y ofensivo antes del descanso.

Aunque el Oporto reclamó un posible penalti a la media hora de partido por una clara mano de Alexander-Arnold, el VAR no marcó la pena máxima, probablemente por entender que el balón ya había salido cuando el lateral del Liverpool cortó el balón con el brazo. La polémica acción ocurrió inmediatamente después de que Allison salvase a su equipo con un paradón a remate de Marega en una de las escasas ocasiones que tuvieron los visitantes. Porque el dominio, el fútbol, el físico, la calidad, las oportunidades, y también el control cuando fue preciso, fueron del Liverpool, al que sólo le faltó mayor contundencia en el área rival para ampliar el marcador.

El Liverpool volvió a demostrar un peligro enorme, más que en la elaboración, al robar y salir con velocidad frente a la temerosa zaga del Oporto, demasiado echado atrás en cuanto encajó el primero, aunque tras el descanso sí consiguieron los lusos frenar algo las contras y tapar los espacios de los 'reds'. Se cerró aún más el Oporto en la primera fase de la segunda mitad, en la que el Liverpool prefirió tranquilizarse y jugar con paciencia esperando dar otro zarpazo. Después de que a Mané se le anulase un gol al inicio de la segunda parte por fuera de juego, el Oporto, hasta la salida de Brahimi, decidió fortalecerse atrás y esperar al contragolpe, pero no tuvo opción. El Liverpool, midiendo los tiempos, apostó con dejar jugar entonces durante varios minutos al Oporto, para tener controlado al rival y confiar en que se le presentase otra ocasión a la contra, que es la suerte que mejor se le da al líder de la Premier para aniquilar adversarios.