Aunque las notas finales se ponen en primavera, el Real Madrid deberá afrontar este martes un examen decisivo para su supervivencia en la Champions. Vigesimocuarto clasificado tras cosechar apenas seis puntos en las cinco jornadas disputadas hasta la fecha, el cuadro de Chamartín necesita ganar en Bérgamo para despejar su futuro en el torneo que mayor impacto ha tenido a la hora de bruñir su leyenda. Para lograrlo deberá superar al Atalanta, al que derrotó cuatro meses atrás en la Supercopa de Europa con goles de Valverde y de Mbappé, pero que llega pletórico a la cita. La vuelta a la acción de Vinicius, el gran momento por el que atraviesa Bellingham y los chispazos del todavía irregular Mbappé aportan esperanza a una escuadra que visitará el Gewiss Stadium entre la espada y la pared.
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Se juega la vida el quince veces rey de Europa en tierras lombardas a causa de su pobre rendimiento bajo el nuevo formato de liguilla que vertebra la máxima competición continental desde esta campaña. Los tropiezos ante Lille, Milan y Liverpool han colocado en una situación inusitada a un conjunto que se maneja como nadie en el Viejo Continente. Franquea por los pelos el Real Madrid la frontera que delimita el infierno, con PSG, Shakhtar, Stuttgart y Sparta de Praga pisándole los talones y a un mundo de distancia de la barrera cuyo derribo otorga el pasaporte directo a octavos.
Con el acceso a ese escenario soñado convertido casi en una quimera a estas alturas de la película, asume el cuadro de Chamartín que no le quedará más remedio que pasar por el purgatorio de la repesca, con el perjuicio económico y el descrédito deportivo que ello conlleva para un club de semejante enjundia. Pero incluso ese mal menor puede quedar en entredicho en caso de que los blancos sufran su tercer batacazo consecutivo a domicilio en la Champions, algo que no ocurre desde 2001 y que, de producirse este martes, revestiría con tintes dramáticos los choques ante el Salzburgo y el Brest correspondientes a las dos últimas jornadas.
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Se agarra para evitarlo Carlo Ancelotti al regreso de Vinicius. El brasileño, que se perdió por lesión los cuatro últimos partidos, ha convertido la Champions en su patio de recreo predilecto. Autor de 25 goles y 22 asistencias en los 60 encuentros que ha disputado en el torneo, el '7' de los blancos suma cuatro dianas en sus dos apariciones más recientes a la vera del himno compuesto por Tony Britten y vuelve dispuesto a comandar el rearme del Real Madrid, acostumbrado a sacar su mejor versión cuando desfila al borde del precipicio.
Recupera también Carletto a Rodrygo, baja por molestias frente al Girona pero determinado de nuevo a contribuir en una competición en la que ha vivido algunas de sus mejores noches como madridista y que puede servirle de impulso en un curso hasta ahora gris. El paulista y Brahim se juegan un puesto en el once de un equipo que apunta a repetir el 4-2-3-1 que tan bien le sentó en Montilivi. Dicho esquema potencia aún más la figura de Bellingham al reducir sus labores en fase defensiva y permitir que despliegue con más libertad su repertorio ofensivo. Con Valverde fijo en el doble pivote, la otra plaza podría ser para Modric, en caso de que Ancelotti opte por mantener a Tchouaméni como socio de Rüdiger en el eje de la retaguardia, o para el de Ruan si el técnico se decanta por Asencio atrás.
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Los apuros del Real Madrid contrastan con la desahogada situación con la que concurre al pleito su rival. Quinto en la tabla con once puntos, el Atalanta es uno de los tres equipos que todavía no ha hincado la rodilla en esta Champions, junto a Liverpool e Inter. Un triunfo frente al Real Madrid, adversario con el que ha perdido los tres duelos que ha dirimido previamente, sellaría prácticamente la clasificación para octavos de un bloque que lidera la Serie A, acumula nueve victorias consecutivas y no sucumbe desde el 24 de septiembre, cuando el Como de Césc Fàbregas asaltó el Gewiss Stadium.
Desde aquel enfrentamiento correspondiente a la quinta jornada del campeonato italiano, los hombres de Gian Piero Gasperini se han convertido en una máquina imparable que, sin dejar de lado ese fútbol trepidante que impregna su alma desde que el estratega paimontés tomase el mando de la Dea hace ocho años, ha logrado dotarse de un mejor escudo defensivo. Es el cuarto equipo que más ataques ha ejecutado en la presente edición de la Champions (290), el séptimo que más goles ha anotado (11) y el segundo, junto a Liverpool y Aston Villa, que menos dianas ha encajado (1).
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Ese buen abrigo que tantas veces echó en falta en el pasado permite que brillen aún con más fuerza los números ofensivos de una escuadra que ha conseguido contrarrestar la baja por lesión de Scamacca en vísperas del inicio de curso con un rendimiento estelar de Lookman, De Ketelaere y Retegui. El nigeriano, el belga y el internacional italiano de origen argentino conforman uno de los tridentes más letales del fútbol europeo y amenazan a un Real Madrid que no puede permitirse otro paso en falso.
Atalanta: Carnesecchi, Kossounou, Hien, Kolasinac, Bellanova, De Roon, Éderson, Ruggeri, De Ketelaere, Lookman y Retegui.
Real Madrid: Courtois, Lucas Vázquez, Tchouaméni, Rüdiger, Fran García, Valverde, Modric, Brahim, Bellingham, Vinicius y Mbappé.
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Árbitro: Szymon Marciniak (Polonia).
Hora: 21:00 h.
Estadio: Gewiss Stadium.
TV: Movistar Liga de Campeones.
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