España saca pecho de cara a un envenenado sorteo de la Champions

Un año después de que Italia lograse clasificar a tres de sus equipos para la segunda ronda de eliminatorias (Inter de Milán, Nápoles y Milan) mientras que solo el Real Madrid defendía el pabellón español en dicha instancia, cambian las tornas y es nuestro país el que presume del avance firme de tres escuadras que compiten en LaLiga. Un dato que viene a demostrar la lozanía de una competición puesta en duda a cada resbalón que sufre alguno de sus miembros en el Viejo Continente.

La historia señala que España e Inglaterra son los dos países que más apariciones han registrado en los cuartos de final del torneo estrella de clubes. Un ranking que lidera España con 89 presencias de sus equipos en el antepenúltimo escalón hacia la 'orejona', seguida de Inglaterra con 78.

Esta vez volverán a ser, de nuevo, Real Madrid, Barcelona y Atlético los que enarbolen la bandera del fútbol español en un sorteo que intimida a cualquiera con la sola mención de los equipos que figurarán en las bolas. Manchester City, PSG, Bayern de Múnich, Arsenal y Borussia Dortmund completan un listado en el que aparece lo más granado del Viejo Continente y asegura cruces volcánicos.

Cabe recordar que se tratará de un sorteo puro, lo que significa que existe la posibilidad de ver tanto un clásico como un derbi capitalino. Duelos que garantizarían emociones fuertes y que, viéndole el lado positivo al asunto, certificarían el pase de al menos un representante español a las semifinales de la Liga de Campeones.

No es probable, sin embargo, que en los despachos de Real Madrid, Barça y Atlético contemplen con agrado esa posibilidad, que dispararía aún más la tensión entre clubes enemistados y con una corta aunque significativa lista de agravios que han tenido la Champions como telón de fondo.

Real Madrid y Barça se han visto las caras en cuatro eliminatorias de la máxima competición continental, siendo tres de ellas ni más ni menos que unas semifinales. Los blancos lograron el pase en dos ocasiones y los azulgranas en las dos restantes. El enfrentamiento más reciente entre ambos data de la campaña 2010-11, cuando el Barça de Pep Guardiola tumbó al Real Madrid de José Mourinho camino de la 'orejona' que levantó semanas después en Wembley, el mismo estadio que acogerá este año en el duelo decisivo por el título.

Real Madrid y Atlético tienen también muchas rencillas pasadas en Europa. Se han cruzado una vez en cuartos de final, otras dos en semifinales y dos más en la final. El balance, en este caso, resulta demoledor para los rojiblancos, que siempre cayeron a manos de su archirrival capitalino y tienen muy vivas las derrotas sufridas en Lisboa y Milán que precipitaron la Décima y la Undécima de los blancos. Más benévolos para el Atlético fueron los dos enfrentamientos a vida o muerte que mantuvieron con el Barça en los cuartos de final de las Champions 2013-14 y 2015-16, saldadas en ambos casos con el pase del conjunto rojiblanco.

Más allá de ese posible componente fratricida para el fútbol español, el sorteo de cuartos de final de la Liga de Campeones puede arrojar otros cruces envenenados. El PSG vuelve a asomar de nuevo en el horizonte del Real Madrid, lo que situaría a Kylian Mbappé en el epicentro de las suspicacias. También existe la opción de que el Barça vuelva a cruzarse en el camino del Bayern de Múnich, autor de la humillación más dolorosa de los azulgranas en Europa, el 2-8 de Lisboa. O que Xavi Hernández libre un duelo a capa y espada con Pep Guardiola, la figura que atormenta al técnico egarense con su inalcanzable estela, en caso de que la lotería empareje a los culés con el Manchester City.

El de Santpedor dirimiría otro pulso con mucha pimienta si el sorteo acuerda una riña entre los 'citizens' y el Arsenal que comanda otro de sus discípulos, Mikel Arteta. E incluso se podría arreglar otro 'Klassiker' en Europa once años después de que el Bayern de Múnich se entronizase en la final de 2013, tras pasar por encima del Borussia Dortmund en Wembley. Un recinto al que los ocho supervivientes miran de nuevo con las ilusiones intactas de cara al 1 de junio.