¡Julián, qué bueno que viniste!. Un doblete del delantero argentino, un jugador diferencial que derocha clase, coraje y corazón, rubricó una remontada memorable desde lo anímico del Atlético ante un Bayer Leverkusen que fue mucho mejor al principio, pero no supo gestionar el choque y pecó de inexperto desde que Pablo Barrios fue expulsado a los 23 minutos. Y mucho menos aún en la segunda mitad, cuando el ejército Xabi Alonso sucumbió ante un rival extraordinario desde la fe, no tanto desde el juego.
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Para que el Atlético afronte la última jornada en Salzburgo entre los ocho mejores, resultó clave el empate que se sacó casi de la nada la Araña en los primeros compases de la segunda mitad y también la expulsión de ecuatoriano Hincapié a un cuarto de hora del final gracias al infatigable Giuliano, un tipo joven pero que, como buen argentino, maneja de maravilla ese otro fútbol que en el catecismo del Cholo es un mandamiento innegociable.
Atlético
Oblak, Giuliano (Lino, min. 87), Molina, Giménez, Lenglet, Galán (Reinildo, min. 46), Llorente, De Paul, Barrios, Griezmann (Correa, min. 87) y Julián Álvarez (Gallagher, min. 90+2)
2
-
1
Bayer Leverkusen
Kovar, Mukiele (Schick, min. 46), Tapsoba, Tah, Hincapie, Frimpong (Arthur, min. 82), Xhaka, Palacios, Grimaldo, Wirtz (Aleix García, min. 89) y Tella (Hofmann, min. 68).
Goles 0-1: min. 45+1, Hincapié. 1-1: min. 52, Julián Álvarez. 2-1: min. 90, Julián Alvarez.
Árbitro Davide Massa (Italia). Roja directa a Barrios (min. 23) y por doble amarilla a Hincapié (min. 76). Amarilla a Wirtz, Giménez, Tella, y Giuliano.
Incidencias Davide Massa (Italia). Roja directa a Barrios (min. 23) y por doble amarilla a Hincapié (min. 76). Amarilla a Wirtz, Giménez, Tella, y Giuliano.
El milagro colchonero se consumó tras una porfía de Correa que terminó Julián Álvarez con grandeza en el 90. Le quedaron fuerzas incluso para driblar al portero y definir con poco ángulo. Fue uno de esos choques con el espíritu del Calderón que siempre se recordará en el Metropolitano.Es solo la fase de grupos, pero este tipo de victorias refuerzan la moral y los principios.
Salió a escena el Atlético con complejo de inferioridad respecto a un rival sin gran historia pero campeón invicto de la Bundesliga y presente en el Metropolitano tras nada menos que once victorias consecutivas. En cierta medida era lógico el miedo del Cholo a un rival capaz de someter desde el toque, pero también a base de transiciones, pero no suele irles muy bien a los técnicos que cambian su dibujo en función del adversario.
Había funcionado muy bien el Atlético en los últimos tiempos con cuatro en el fondo, pero esta vez Simeone sorprendió con cinco zagueros. Al ver el once parecía que que quería doblar las bandas y que Giuliano jugaría por la izquierda, pero la realidad fue que el Cholito se ubicó de carrilero derecho. Respecto al grupo que cayó en Butarque, entró también Llorente en lugar de Samu Lino. Un 5-4-1 en el que Griezmann tenía que defender más que atacar y Julián Álvarez ejercía de ariete de referencia cuando no lo es. Un desbarajuste,
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Curioso que Xabi Alonso también modificó su sistema pensando en lo que harían los colchoneros y apostó por un 4-4-2 en vez de sus habituales tres centrales. Más allá de esquemas, lo que sucedió fue que los ambiciosos teutones se apoderaron desde el inicio del balón y del dominio. Aunque jugaba ante su parroquia, el Atlético se comportaba como un equipo menor. Por el lado de Galán, poco ayudado por Griezmann, encontró espacios Frimpong. También por la otra banda Grimaldo aprovechaba los desajustes entre Giuliano y Molina, anoche central derecho.
Palacios, Hincapié y Tella, al que se le anuló un gol por fuera de juego en el arranque de Grimaldo, habían rondado el gol ya antes de que Pablo Barrios fuera expulsado por una entrada imprudente a Mukiele. El canterano se lanzó al césped de manera innecesaria y golpeó con la plancha el gemelo del francés, que, como hacen casi todos, teatralizó hasta que el VAR alertó al trencilla. No hubo fuerza excesiva pero era roja de manual.
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Con un mundo por delante, al Atlético se le planteaba un enorme ejercicio de supervivencia. Defendió mejor en inferioridad, o el Leverkusen le atacó peor, pero encajó el temible gol en el descuento. Centro pasado y cabezazo soberbio de Hincapié, más solo que la una en el segundo palo. Con uno menos, se echaba aún más de menos a Sorloth, el típico ariete estupendo para recibir de espaldas y sacar petróleo.
Regresaron los ejércitos con sendos cambios a la batalla. Reinildo en lugar de Galán, normal porque el mozambiqueño es más defensa, y un punta como Schick en vez de Mukiele. El duelo se desarrollaba con las mismas trazas, pero, de repente, Griezmann envió un buen balón a Julián Álvarez, que se lo guisó y se lo comió para firmar un golazo imposible. Vitamina para el Atlético.
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Durante algunos minutos, los madrileños lograron sacar de quicio a los germanos. Julián estuvo a punto de forzar la segunda amarilla de Wirtz. En directo parecía de libro, pero a cámara lenta quizá no era ni falta. El punta argentino cayó de maduro. Quien si logró el objetivo fue Giuliano, que percutió hasta que Hincapié le derribó y el ecuatoriano vio la segunda amonestación. Otro partido en el tramo final, resuelto sobre la bocina tras otra genialidad de la Araña con la inestimable colaboración de Correa. Julián parece haber nacido para jugar en el Atlético.
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