La doble vida de Isco

Salió Isco de El Molinón en medio del aplauso generalizado. Completó ante la escuadra de Rubi una de sus actuaciones más deslumbrantes desde que llegó al Real Madrid con el trofeo Golden Boy, que le acreditaba como el mejor jugador joven de Europa, bajo el brazo. Un control orientado al que siguió un slálom en una baldosa le permitió poner el cuero en la escuadra derecha de Cuellar tras sortear a tres defensas para firmar el empate a 1. Un derechazo seco pegado al palo cuando el encuentro moría le sirvió para dar tres puntos de oro a su equipo. Y aún pudo ser mayor la fiesta del andaluz de no haberse quedado sin gasolina cuando se puso a caracolear en el área tras domar el esférico en el mediocampo con el temple reservado sólo a los más grandes. Una obra de arte nacida de la ventaja que le proporciona ese poderoso tren inferior que comparte con otras estrellas como Messi y que les hace inabordables cuando arrancan con la pelota cosida al pie.

El sentir de sus compañeros fue unánime. Isco había salvado los muebles a base de arte y coraje. «¡Esta es de papi!», le espetó Sergio Ramos. Mikel Vesga, cuyo gol en la segunda parte dejó en anécdota el ex del Málaga con el suyo, no se andó con rodeos. «Isco nos ha vuelto locos», reseñó en 'El Larguero'. Zidane tuvo que rendirse a la evidencia. «Sus goles nos han dado el triunfo», admitió el técnico, antes de proclamar que el Madrid es el «sitio» del malacitano. El aludido, cuya disconformidad con el papel otorgado por el francés en la presente temporada ha bloqueado hasta el momento la renovación de un contrato que expira en junio de 2018, quiso congraciarse con la afición también de palabra, manifestando su deseo de permanecer en el club «muchos años».

Continuidad en juego

Undécimo jugador más utilizado por Zidane en Liga, donde acumula 1.387 minutos, es el vigésimo segundo en Champions, donde sólo ha contado con 67 frente al Sporting de Portugal en la fase de grupos y otros diez ante el Nápoles en la vuelta de octavos. Sólo Mariano, con cinco ante el Legia, y Yáñez, tercer portero e inédito en la máxima competición continental, han contado menos para el entrenador galo. Hasta Coentrao, con 96, le sobrepasa. Un dato que contrasta con los 711 minutos de que gozó en los once encuentros en que participó en la anterior edición de la Liga de Campeones.

Isco, que con su doblete frente al Sporting igualó a Benzema como tercer máximo artillero del Real Madrid en Liga, con nueve tantos para cada uno, por detrás de Cristiano Ronaldo y Morata, ha participado en 26 encuentros de la competición nacional. Ha intervenido en ocho goles en sus últimos ocho encuentros como titular, seis tantos y dos asistencias. Marca o asiste cada 106 minutos en Liga, cuando Benzema precisa de 130 y Bale de 154. Hacia el galés, que lleva dos goles menos que el malagueño en los mismos minutos, apuntan muchos de quienes demandan la titularidad de Isco también en Champions, ese escaparate del que Zidane le ha mantenido apartado y al que podría retornar el martes aprovechando la baja del '11'. Al Real Madrid podría irle en ello su continuidad en el club.