Ignacio Tylko
Viernes, 6 de mayo 2016, 09:27
Aunque en el Real Madrid nadie considere que el triunfo de hace dos años sirva como aval para el próximo derbi de Europa y en el Atlético se evite hablar del deseo de venganza, la realidad es que la final que les enfrentó en Lisboa ... marca la batalla por la Champions que estos dos colosos del fútbol español dirimirán, el próximo 28 de mayo, en el estadio San Siro de Milán.
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El histórico cabezazo de Sergio Ramos en el minuto 93 que forzó la prórroga y preludió el paseo triunfal de los merengues hacia la décima, con los goles de Bale, Marcelo y Cristiano, de penalti, en la segunda parte del tiempo extra, envuelve la enorme final de Champions que se avecina.
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Será la decimocuarta de los merengues, de las que sólo perdieron ante el Benfica (1962), Inter de Milán (1964) y Liverpool (1981), y la tercera del Atlético, que en caso de derrota se convertiría en el primer equipo que cae en tres finales sin levantar título alguno. Se convertiría en el ámbito de clubes en lo que es Holanda en clave de selecciones nacionales.
Si hasta 2014 nunca se habían enfrentado dos equipos de la misma ciudad en una final de la Copa de Europa, Madrid duplica el récord con la reedición en Milán del duelo celebrado en Da Luz. Un registro muy difícil de igualar en el futuro por cualquier otra gran ciudad del Viejo Continente. Se demuestra la supremacía de la Liga sobre el resto de competiciones europeas.
La resaca del choque ante el City deja a Zidane como figura central, ya que después de sólo cuatro meses en el cargo ha sabido conducir al Real Madrid a la final, un logro impensable cuando a primeros de enero recogió el testigo de Rafa Benítez. Tranquilo, mesurado, respetuoso y educado con los rivales, pese a su inexperiencia en los banquillos ha sabido relajar el ambiente, purificar la atmósfera en el vestuario, ganarse a la mayoría de los jugadores para la causa y estabilizar el entorno.
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Zizou ha dado con la tecla para equilibrar a un conjunto que ya juega más como bloque porque hasta las estrellas se sacrifican en defensa. Prueba de ello es que el Real Madrid encadena 10 victorias en Liga desde que cayó ante el Atlético, no ha encajado ningún gol en casa en esta Champions y Keylor Navas sólo ha recibido dos en toda la competición continental, cinco menos que Oblak, el guardián del equipo que mejor defiende del planeta.
«Estoy contento sobre todo por los jugadores porque han hecho un trabajo fantástico para llegar a la final», resumió Zidane tras sellar el billete para Milán. Héroe de la novena con su volea ante el Bayer Leverkusen en Glasgow, ayudante de Ancelotti en la décima de Lisboa y protagonista principal en la que se avecina, admite que «se sufre mucho más en el banquillo que como futbolista».
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Aunque la historia, los títulos y las individualidades marcan más el favoritismo que el momento de forma puntual de los equipos, Zidane asegura que «la final está al 50%» y mide a «dos equipos clasificados con justicia y mérito». Tras impartir una lección de compromiso pese al riesgo de recaída, Cristiano alabó a su técnico. «Está haciendo un gran trabajo, y con tranquilidad. Nos ayuda y nosotros a él. Deseo que siga con nosotros; le admiro como persona y como entrenador. Es humilde y todos es más fácil porque le gusta escuchar a los jugadores».
Resurgir merengue
«Hace cinco meses vivimos momentos duros, pero supimos estar unidos», destacó Sergio Ramos, el capitán, que invitó a Casillas a la final, si el cuestionado guardameta del Oporto quiere estar. «En Lisboa demostramos que sabemos ganar la Champions al Atlético y vamos a volver a intentarlo, aunque es un gran equipo», añadió.
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Dani Carvajal coincidió en la capacidad de reacción de un equipo al que se le daba casi por muerto. «Ha sido un año difícil, pero estamos en la final de la Champions y peleando por la Liga».
Nadie se atreve a decir que el Madrid es ahora el gran candidato al título, máxime si se tiene en cuenta que desde la final de Lisboa los blancos sólo han ganado uno de 10 derbis ante el Atlético. Y perdieron 0-1 el único con Zidane y Simeone en los banquillos. «El Atlético ha demostrado que es un grandísimo equipo y le tenemos el máximo respeto», sostiene Marcelo.
«Nos enfrentamos hace dos años y sabemos lo difícil que fue. Ojalá se repita el mismo resultado», desea el croata Luka Modric. «No veo favorito claro; el Atlético no está de moda, lleva tiempo jugando así y con éxitos. Hemos tenido dificultades con ellos con el pasado. Que sea una final española es reflejo de que es la mejor Liga», esgrime el alemán Toni Kroos. «Estamos deseando que llegue la final, pero siempre es difícil jugar contra ellos», advierte Gareth Bale, la estrella blanca del momento. En los colchoneros hay conjura para la primera, pero se elude hablar de vendetta.
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