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«Los escándalos de corrupción nacional e internacional han empañado la imagen del deporte y deberíamos plantearnos si las actuaciones han sido suficientes». Con estas palabras se refirió José Ramón Lete, secretario de Estado para el Deporte, a la convulsión provocada por casos como el ‘ ... FIFAgate’ o la ‘operación Soule’ en una industria que representa el 3% del PIB de España y que constituye una de sus más poderosas ventanas al mundo, por lo que la limpieza de las competiciones y de las instituciones reguladoras de las mismas se antoja capital. «La próxima reforma legal (de la Ley del Deporte de 1990) tendrá que buscar los mayores consensos posibles, nuevas prácticas de buena gobernanza y una cultura de transparencia y financiación sostenible», agregó el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD) en la apertura del foro ‘Comunicación, fútbol y gestión deportiva’ que tuvo lugar este martes en Madrid. Una reforma que, incidió, incluirá «nuevos instrumentos de control y contrapoder».
Citó Lete una declaración del Parlamento Europeo que señala que «la buena gobernanza, la accesibilidad y la integridad» son «los tres pilares para la gestión deportiva» que deben acometer clubes, instituciones y deportistas. Elementos que pasan por la transparencia y la separación de poderes dentro de los organismos reguladores del deporte, así como por «una política de tolerancia cero con la corrupción». Destacó en este sentido el secretario de Estado para el Deporte que España cuenta con numerosos mecanismos de seguimiento de las malas prácticas dentro de la actividad deportiva y con organismos independientes y autónomos como el CSD, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) o la Agencia Antidopaje. Y destacó especialmente la necesidad de combatir actuaciones que dañan gravemente la credibilidad de las competiciones como la manipulación de resultados para embolsarse suculentos beneficios con las apuestas. «No hay integridad sin la puesta en marcha de un tipo delictivo para el amaño de partidos y sin la colaboración internacional entre autoridades, casas de apuestas y otros organismos para incoar acciones judiciales», manifestó.
«El deporte es uno de los fenómenos sociales más importantes de nuestro tiempo», apuntó Lete, que señaló que su impacto se deja sentir en ámbitos tales como la economía, el empleo o el turismo. «El deporte y la actividad física son las medicinas del siglo XXI», abundó el presidente del CSD, lo que, remarcó, «exige más atención por parte de los poderes públicos». Así, recordó que las diferentes federaciones deportivas españolas tienen la obligación, en virtud de la Ley de Transparencia, de facilitar datos de índole institucional y financiera para poder recibir ayudas públicas.
Destacó Lete que la adopción de buenas prácticas ha permitido una significativa reducción del endeudamiento del fútbol español y que LaLiga sumó el último año un beneficio de 150 millones de euros, el cuarto curso consecutivo con números verdes.
Al discurso de Lete siguió una mesa redonda que contó con la participación de distintas personalidades del ámbito deportivo como Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del Real Madrid; el exfutbolista y ahora entrenador Rubén de la Red; Alfredo Lorenzo, director de Seguridad e Integridad de LaLiga, Alfredo Eljarrat, CEO de Sportium; Carlos Cutropia, CEO de 380 Around Marketing; o Nacho Martínez Trujillo, experto en gestión disruptiva de marca.
Resaltó Eljarrat la creciente importancia que las casas de apuestas tienen en el fútbol español, recordando que los patrocinios aportan unos ingresos de más de 600 millones de euros por temporada dentro del fútbol de élite y que de los 20 clubes de Primera, 15 cuentan con una firma de apuestas entre sus patrocinadores, el 75% del total. Además, tienen una enorme incidencia en los bloques publicitarios con que los operadores televisivos recuperan la formidable inversión que realizan para adquirir los derechos de retransmisión de los partidos. Suponen este tipo de spots el 40% del total, apuntó. Una presión publicitaria que «no se justifica» por el valor que hoy en día tiene la industria de las apuestas, sino «por el futuro crecimiento» que pueda tener.
Subrayó Eljarrat que las casas de apuestas son «actores proactivos con las instituciones» para evitar irregularidades como el amaño de partidos y que el objetivo es «luchar todos a una contra esta lacra». Apuntó en este sentido Alfredo Lorenzo que LaLiga, desde 2013, «viene trabajando en la protección de la competición» mediante la «prevención y la concienciación» pero también a través del seguimiento y las denuncias de irregularidades cuando se producen. «Nos jugamos mucho por la imagen y el impacto que tiene el fútbol», comentó el director de Seguridad e Integridad de LaLiga, quien reclamó que aquellos que tengan constancia de este tipo de actividades den un paso al frente ya que, manifestó, «cuando se produce un delito no cabe hablar de silencio de vestuario».
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