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Luis Rubiales abraza a Jenni Hermoso. Foto: Hannah Mckay (Reuters) | Vídeo: EP
Tribunales

El juez imputa a Rubiales y le cita a declarar este viernes

El expresidente de la Federación Española de Fútbol tendrá que comparecer por un delito de agresión sexual y otro de coacciones a Jenni Hermoso

Óscar Bellot

Madrid

Martes, 12 de septiembre 2023, 13:01

El juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge ha citado a declarar como imputado el viernes 15 de septiembre al expresidente de la Federación Española de Fútbol (FEF), Luis Rubiales, por el beso no consentido a la jugadora de la selección española ... Jenni Hermoso al término de la final del Mundial femenino disputada el pasado 20 de agosto en Sídney. El titular del Juzgado Central de Instrucción Número 1 ha convocado a partir de las 12:00 horas a Rubiales, que deberá acudir de forma presencial a la sede del tribunal.

El juez admitió a trámite este lunes la querella presentada por la Fiscalía contra Rubiales por un delito de agresión sexual y otro de coacciones a Jenni Hermoso, como consecuencia del beso no consentido y sus posteriores presiones a la campeona del mundo.

En el auto, el magistrado acordó una serie de diligencias, entre las cuales se encuentra la petición a RTVE del vídeo o vídeos «que tengan en sus archivos, que recojan el momento desde todos los ángulos en el que el querellado besa a la denunciante», así como «los minutos inmediatamente anteriores y posteriores» al episodio vivido durante la ceremonia de entrega de medallas del Mundial femenino.

El magistrado solicitó también el vídeo de la celebración en el vestuario que tiene colgado en internet El País, el vídeo «de los momentos del beso y cualesquiera otros relacionados con estos hechos» publicado por el diario deportivo As, y el polémico vídeo grabado en el autobús de la selección española tras la conquista del título del mundo que tiene La Vanguardia. Una grabación, esta última, en la que Jenni Hermoso y sus compañeras no parecen dar importancia al hecho y bromean sobre la actitud de Rubiales con la jugadora madrileña.

Entre uno y cuatro años de cárcel

Rubiales se expone a una condena de entre uno y cuatro años de cárcel, aunque sustituible la pena de prisión en su grado mínimo por una multa, por su bochornoso comportamiento, que le costó también el puesto como presidente de la FEF y el cargo que ostentaba como vicepresidente de la UEFA. El motrileño, suspendido inicialmente por la FIFA por un periodo de 90 días y acorralado por el Gobierno y la condena social, acabó presentado su dimisión el pasado domingo, después de tres semanas que dinamitaron el fútbol español.

La Fiscalía de la Audiencia Nacional presentó el pasado viernes una querella contra Rubiales «por la presunta comisión de un delito de agresión sexual y un delito de coacciones», sancionado este último con una pena de entre seis meses y tres años de cárcel. Lo hizo tres días después de que Jenni Hermoso denunciase al entonces dirigente. Un paso imprescindible para abrir la vía penal ante la Audiencia Nacional, al haberse producido los hechos en el extranjero.

El Ministerio Fiscal considera que Rubiales cometió ambos delitos castigados con prisión en el Código Penal, el primero de ellos y más grave, por dar un beso en la boca a la futbolista, mientras «agarraba con las dos manos la cabeza de Jenni Hermoso sin el consentimiento de esta».

En cuanto al delito de coacciones, la querella recoge que Jenni Hermoso, así como su entorno más próximo (familia y amistades), «sufrió una presión constante y reiterada por parte del señor Rubiales y el entorno profesional de este». El Ministerio Público remarca, en este sentido, que el objetivo de Rubiales era que Jenni Hermoso «públicamente justificara y aprobara el acto cometido contra su voluntad», sufriendo por ello «una situación de hostigamiento, en contra del desarrollo de su vida en paz, tranquilidad y libremente».

En vista del revuelo generado por su deleznable comportamiento en el estadio de Sídney, Rubiales intentó que Jenni Hermoso le quitase hierro al asunto, hasta el punto de pedirle, durante el vuelo que trasladó de regreso a Madrid a las campeonas del mundo, que le acompañase en el vídeo que preparó la Federación a modo de disculpas por lo sucedido. «Mi puesto está en juego, hazlo aunque sea por mis hijas. Necesito que salgas conmigo», le dijo el dirigente a la atacante del Pachuca mexicano. La futbolista rechazó dicha petición y el motrileño involucró al entonces seleccionador femenino Jorge Vilda, que se acercó sin éxito a los familiares de la jugadora.

Posteriormente la Federación, todavía bajo el mando de Rubiales, trató de desacreditar la versión de la futbolista, emitiendo un comunicado horas antes de que el granadino fuese suspendido por la FIFA en el que aportaba una serie de fotografías que intentaban poner de manifiesto que había sido la jugadora la que propició el acercamiento. Dicha nota fue retirada por la FEF horas después, en una de las primeras decisiones que adoptó Pedro Rocha como presidente interino.

«El significado del beso a Jenni habría sido exactamente el mismo que el de un beso a una de mis hijas. Entre amigos y familiares, eso es muy, muy común», sostuvo Rubiales en la entrevista que concedió el pasado domingo al periodista Piers Morgan, de acuerdo con un extracto adelantado por el rotativo británico The Sun.

«El gesto de tocarme los genitales en el palco me da mucha vergüenza»

Luis Rubiales insiste en que su beso a Jenni Hermoso, «bajo ninguna circunstancia es una agresión sexual», y asegura tener «plena confianza en que la verdad saldrá a la luz y todo estará bien». «Mírame a la cara, soy un buen tío», le dice el expresidente de la Federación Española de Fútbol (FEF) al periodista Piers Morgan, a quien adelantó su dimisión la noche del domingo. «Mis intenciones eran nobles, entusiastas, 100% no sexuales, 100%, repito, 100%», reitera el exdirigente granadino, que considera que con su actitud «no hubo daño» a Jenni Hermoso. Rubiales reconoce que durante la entrega de medallas sobre el césped del estadio Australia de Sídney, donde se disputó la final del Mundial femenino el pasado 20 de agosto, debería haber «actuado de manera más solemne, fría y diplomática». Aunque admite que cometió «un error» y volvió a pedir perdón por su beso, sin demasiado convencimiento, insiste en que en su comportamiento «no hubo ni contenido sexual, ni agresión ni nada de eso».

También pidió perdón, durante la entrevista con el periodista británico, por su gesto de agarrarse los genitales en el palco de autoridades a escasos metros de la reina Letizia y la infanta Sofía, cuando España se proclamó campeona del mundo al derrotar en la final a Inglaterra. «Esto me da mucha vergüenza… No hay excusas. En España, tanto con los hombres como con las mujeres, hay una expresión que probablemente se traduciría en algo así como 'olé mis huevos' o algo por el estilo. Entonces, esta expresión vulgar, básicamente lo que significa es: bravo, bien hecho. Pido disculpas porque no es el comportamiento que debería haber tenido», admite Rubiales. Tanto su beso no consentido, como su grosera celebración, le costaron una inhabilitación provisional de 90 días por parte de la FIFA, pero fueron calificadas como infracciones «graves» por el TAD, y no «muy graves».

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