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Ángel María Villar gestionó, al menos durante la última década, la Real Federación Española de Fútbol (FEF) como si de un cortijo propio se tratara, usando el dinero de la institución no solo para enriquecerse y enriquecer a sus más cercanos, sino para financiar una ... vastísima red clientelar entre las federaciones territoriales y locales que garantizaban su continuidad. Así lo revelan las investigaciones de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y de Anticorrupción, que ponen el acento en que el todavía presidente RFEF y sus prácticas corruptas causaron un tremendo agujero patrimonial a la federación, valorado en decenas de millones de euros.
Un “fraude masivo y continuado”, en palabras de uno de los agentes de la ‘operación Soule’, que tiene, al menos, diez patas diferentes, según recogen los atestados de la UCO y los documentos en poder del juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz. El mayor agujero, cercano a los 44 millones de euros, fue la “adjudicación de contratos relacionados con la cesión de derechos comerciales (de la selección) al Grupo Santa Mónica (propiedad del ya fallecido Jesús Samper) con unos márgenes de ganancias muy elevados para la empresa”, según los atestados oficiales.
Los informes revelan que la firma dejó sin pagar 24 millones de euros y que el presidente en febrero de 2013 “acordó la resolución de los contratos con dicha entidad con cláusulas muy favorables a la misma”, pagando por el fin de esa relació otros 20 millones de euros adicionales. “Estas condiciones leoninas puede subyacer motivos de gratitud hacia el Grupo Santa Mónica”, apuntan los informes.
Miguel Cardenal, entonces presidente del CSD, tras pedir explicaciones a Villar y no obtenerlas, acudió a la Fiscalía, que en 2016 comenzó las investigaciones, que no se han quedado, ni mucho menos, ahí. Pedraz afirma que Villar “habría concedido beneficios” de “trascendencia económica” a algunos presidentes de federaciones territoriales como “compensación” a su apoyo a su reelección.
Según los investigadores, el presidente habría hecho la vista gorda para que los directivos territoriales que le apoyaban y a los que tenía dentro de su red clientelar también saquearan la caja de diversas maneras. “Habría consentido –apuntan los documentos de la Audiencia Nacional- “que ciertos presidentes de las federaciones territoriales tuvieran de manera encubierta un sueldo de la RFEF incompatible con su condición de miembros de la Junta Directiva”.
Al margen de que desviaban “fondos de las federaciones que presiden a sociedades de su titularidad”. Es esta parte de la ‘operación Soule’ la que afecta directamente a las las federaciones de Andalucía, Comunidad Valenciana, Baleares, Las Palmas, Tenerife, Extremadura, Ceuta y Melilla y en la que estarían involucrados el vicepresidente de la Federación y presidente de la Tinerfeña, Juan Padrón, y el secretario de esa territorial, Ramón Hernández Baussou, detenidos el martes junto a Villar y al hijo de este último, Gorka.
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