Borrar
El espejo danés

El espejo danés

Análisis ·

España va a llegar a la Euro en las peores condiciones de preparación, de manera que sólo queda recordar y tomar ejemplo de la selección de Dinamarca de 1992

Martes, 8 de junio 2021, 00:17

El positivo de Sergio Busquets vuelve a enfrentar a la selección española a un terremoto de muy alta graduación en vísperas de un gran torneo. Mientras se sucedían los comentarios sobre la repercusiones del caso, ayer fue inevitable pensar en el bombazo que supuso ... en el Mundial de Rusia el despido de Julen Lopetegui. Los más memoriosos incluso recordaron que a la Eurocopa de 2016 España llegó también envuelta en los miasmas del famoso 'caso Torbe', que vinculó a David de Gea con un presunto delito de abuso de menores y explotación sexual. En fin, que La Roja empieza a acostumbrarse a llegar a las grandes citas de la peor manera posible; es decir, no sólo con dudas razonables sobre su potencial sino azotada por una inestabilidad insospechada.

Noticia Relacionada

Qué lejos quedan aquellos tiempos, entre 2008 y 2012, en los que España se presentó en las Eurocopas y en el Mundial de Sudáfrica rebosante de convicción y sin apenas alteraciones en su entorno. Por supuesto que también en aquella época triunfal hubo algunas polémicas, pero eran las típicas que flotan siempre sobre el equipo nacional y de hecho forman parte del paisaje español tanto como el toro de Osborne. Por lo general se trata de cuestiones menores, vinculadas a filias y fobias, a viejos duelos Madrid-Barcelona, controversias de poca monta que se hinchan como globos aerostáticos precisamente en las situaciones de mayor normalidad.

Esto -la apacible normalidad- es lo que ha perdido la selección. ¿Desde cuándo? Siempre es arriesgado poner fechas a los cambios de ciclo, pero a veces hay que atreverse. Yo diría que desde el 13 de junio de 2014, desde aquella noche lluviosa en Salvador de Bahía en la que Holanda aplastó al equipo de Del Bosque con un 1-5 histórico. Lo cierto es que nada ha sido igual desde entonces. Y no sólo en lo deportivo. A España parece haberle alcanzado de nuevo la mala suerte histórica, su antigua leyenda negra, las viejas desgracias en forma de fallos de Cardeñosa o Julio Salinas, del gol de Armstrong en el Mundial de 1982, de arbitrajes como los de Sandor Puhl o Al Ghandour, de las tandas de penaltis en las Eurocopas de Inglaterra u Holanda...

La incertidumbre es total en este momento. Aunque los futbolistas vayan a ser vacunados, la contingencia más alarmante, por supuesto, es que aparezcan más positivos, algo que tendría toda la lógica del mundo teniendo en cuenta que Busquets lleva días entrenando con sus compañeros y el domingo, sin ir más lejos, todos los internacionales compartieron una comida de hermandad en Torrelodones. Habrá que ver lo que sucede en los próximos días. Hay algo, sin embargo, que ya se puede dar por descontado: la preparación de España va a quedar seriamente afectada. Para empezar, se queda sin jugar el amistoso que tenía previsto hoy contra Lituania. Y lo que es peor: los entrenamientos sólo podrán hacerse en pequeños grupos burbuja de jugadores, nunca de forma colectiva. Las condiciones son las peores posibles. Lo serían para cualquier selección pero especialmente para una como España, joven, todavía tierna, necesitada de armonizarse, de fortalecerse como grupo.

Aunque en esta situación es lógico temerse lo peor, el fútbol es impredecible y a veces nos depara sorpresas maravillosas. Cómo olvidar el ejemplo paradigmático de Dinamarca en la Eurocopa de Suecia en 1992. Recordarán que, tras la expulsión de Yugoslavia por la guerra de los Balcanes, los daneses fueron llamados deprisa y corriendo para que ocuparan su plaza. La mayoría de sus jugadores llevaban ya dos o tres semanas de vacaciones en playas exóticas. Se ha escrito tanto sobre cómo les fue captando su seleccionador, Richard Moller-Nielsen, que ahora me entra la duda de si alguno lo secuestraron mientras tomaba el sol en una colchoneta a dos millas de la costa. El caso es que acabaron ganando la Euro y rompiendo para siempre todos los esquemas académicos sobre las mejores preparaciones posibles de una gran competición. España debería mirarse en el espejo danés. No pierde nada con ello. Y no tiene otro mejor.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

leonoticias El espejo danés