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Christian Eriksen sigue con su proceso de recuperación. Cada día que pasa, su situación mejora, y lo sucedido el sábado queda como una terrible pesadilla. No obstante, el centrocampista del Inter deberá someterse a una intervención para colocarle un desfibrilador automático implantable, un mecanismo ... que se situará en el pecho del deportista danés para monitorizar su ritmo cardiaco y detectar posibles latidos irregulares. De momento, eso sí, los médicos de la Federación Danesa de Fútbol no han querido pronunciarse sobre si podrá volver a situarse en el terreno de juego. Existe esa duda. Sin embargo, hay ejemplos de futbolistas que han seguido con su carrera después de someterse a esta operación.
El faro de la selección nórdica tiene un ejemplo cercano. Se trata de Darey Blind, internacional con Países Bajos y que coincidió con Eriksen en el Ajax. El verano pasado, se desvaneció en un amistoso entre el conjunto de Ámsterdam y el Hertha de Berlín. A falta de diez minutos para el final, se cayó. Su desfribilador había fallado. Se lo habían implantado después de que, en diciembre de 2019, sufriera mareos en un duelo de la Liga de Campeones contra el Valencia. Le examinaron y se concluyó que precisaba este aparato. Estuvo dos meses apartado de la competición, pero regresó justo antes de que la pandemia detuviera el fútbol en 2020. Y, después de lo ocurrido en agosto, ahora es uno de los elegidos para la Eurocopa. El camino a seguir para su antiguo colega de vestuario.
Antes, hubo otros jugadores que regatearon la retirada a pesar de sus problemas cardiacos. Entre ellos, Khalilou Fadiga. Tenía 29 años, como el danés, cuando en octubre de 2004 se desplomó en el calentamiento de un choque entre el Bolton y el Tottenham. Se los instaló un desfribilador y la recomendación de los médicos fue que dejara el balón. Él no escuchó. Regresó a finales de enero de 2005 y tuvo minutos en cinco choques, e incluso disputó duela UEFA. Luego jugó en Bélgica, y se retiró en 2012. De la misma experiencia pueden hablar Daniel Engelbrecht y Anthony Van Loo. El primero jugaba en la tercera alemana. Se desplomó en 2013 y le realizaron cuatro intervenciones. Se le colocó un desfribilador y volvió a jugar a finales de 2014. Y a marcar. «Es uno de los momentos más bellos de mi vida… un reconocimiento maravilloso a la lucha que he librado hasta ahora», aseguró tras sus primeros goles. Eso sí, se retiró con 26 años.
¿Qué ocurrirá con Eriksen? De momento, resulta una incógnita. Los doctores han anunciado la colocación del dispositivo y luego habrá que esperar. Él sonríe por estar vivo, aunque en primer momento maldijo su mala suerte: «Maldita sea, solo tengo 29 años», fueron sus primeras palabras según el médico que le reanimó.
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