Joshua Kimmich, el perfecto multiusos de Löw

Kimmich llegó la pasada campaña a Baviera procedente del Stuttgart. Con tan solo 18 años, fue pieza clave en el ascenso del RB Leipzig (donde jugó cedido) a segunda, y en la misma campaña, se proclamó campeón de Europa con Alemania sub-19, todo como mediocentro. Para ese papel le fichó el Bayern, concretamente para dosificar el kilometraje en las piernas del veterano Xabi Alonso. Pero a pesar de cumplir con nota cada vez que gozaba de una oportunidad en el centro del campo, las numerosas bajas en defensa forzaron que Guardiola lo adaptase primero al lateral derecho, después al izquierdo, mas tarde al extremo diestro y, por último, al centro de la zaga.

«Me gusta trabajar con jugadores que aprenden y que siempre quieren dar más; él tiene ese deseo y esa pasión», aseguró el técnico de Sampedor tras propinarle una vehemente regañina tras el partido de la vigesimoquinta jornada de liga contra el Borussia Dortmund, encuentro en el que tuvo que desempeñarse como central. Quizá esa sea la clave de esta perla del fútbol alemán: su capacidad para adaptarse a cualquier contexto, fruto de su mentalidad, pero también de sus magníficas condiciones técnicas y físicas. Guardiola reincidió con insistencia en colocarlo como central precisamente por su capacidad para enebrar el juego desde atrás, con todo el campo de cara, elemento clave para esta demarcación en el ideario futbolístico del catalán. Ni si quiera fallos que pudieron costar eliminatorias, como el que cometió en el gol de Dybala en los octavos de final de la Champions frente a la Juventus, arrebataron al ahora técnico del City la idea de que Kimmich era la solución a sus constantes bajas en el centro de la defensa.

En la selección germana el centro de la zaga estaba cubierto, pero como el hueco apareció en el flanco derecho de la zaga, fue ahí donde Kimmich encontró el refugio desde el que mostrar todo su potencial. Como ya hiciera Löw con otros ajustes tácticos de Guardiola en el Bayern, se sirvió de la polivelancia que el jugador ha desarrollado esta temporada bajo el manto del entrenador español. Y parece que, casi por accidente, ha encontrado al que puede ser, por muchos años, el dueño del lateral que hasta 2014 perteneció a Lahm. Aunque su rendimiento esté rozando el sobresaliente, caería en un error Alemania si cerrase la puerta a que, en un futuro, Kimmich regresase a su posición originaria, en la que seguramente pueda alcanzar su techo como futbolista: la de mediocentro. Por el momento, todo apunta a que esta noche será de la partida en la semifinal que enfrenta a alemanes y franceses, su cuarto partido oficial con la elástica del combinado nacional.

Los límites de este «multiusos», a tenor de lo visto hasta ahora, emergen en el horizonte hasta difuminarse en una línea que aún nadie, ni si quiera sus propios entrenadores, son capaces de vislumbrar.