La presión alta de «Tikitalia»

«El triunfo frente a España nos da confianza, pero debemos mantener este hambre para ganar algo. Tengo que estar atento para que esta actitud siga», enfatizó el técnico de Lecce, todavía en París. «Ahora nos viene Alemania y no nos hemos olvidado que nos ganó en marzo por 4-1», la única victoria de la 'Mannschaft' sobre la 'Azzurra' en los últimos diez años, recordó el ya nombrado técnico del Chelsea.

«Vamos a jugar contra el mejor equipo de la competición. Debemos tener un apetito enorme contra ellos. Tenemos que recuperar nuestra energía y a algunos lesionados, y preparar el choque con las mismas ganas e intensidad que ante España. Vamos a necesitar algo extraordinario para vencerles», añadió el preparador italiano, de nuevo inmerso en el papel de víctima que tanto le gusta.

Conte insiste en que la fórmula del éxito de esta selección renovada y carente de estrellas es jugar como un conjunto. «Desde el principio dije que la única manera de lograr un poco de éxito es intentar ser un equipo. No podemos ser un grupo de jugadores, tenemos que jugar como si fuéramos un club», dijo. «No podemos esconder que éste no es un momento de talento del fútbol italiano. No disponemos de jugadores de gran clase y tenemos que ser compactos y solidarios. He trabajado estos dos años para que la gente se dé cuenta de esto y poder dar la sorpresa, tal y como ya hemos hecho. Pero hay que seguir», subrayó siempre inconformista.

Para explicar el repaso táctico y estratégico a España, es clave analizar las confesiones del delantero italobrasileño Éder Citadin Martins, quien ha desvelado en una entrevista a Fifa.com que ya empezaron a organizarse para un eventual enfrentamiento con 'La Roja' desde el amistoso jugado entre ambas, el 25 de marzo pasado en Udine (1-1). «Preparamos muy bien el partido de Saint-Denis. Conocemos a España y sabíamos que es un equipo con excelente posesión del balón. Así que era importante para nosotros evitar que nos obligaran a caer en su ritmo», explica el ariete del Inter. El plan concreto para acabar con su 'bestia negra' de los últimos años fue el siguiente: «La decisión fue presionar más arriba de lo normal para obligar a que el portero despejara el balón en largo. Sabíamos que con la potencia de nuestros defensas y medios defensivos, eso nos ayudaría a recuperar la pelota más fácilmente. Y así sucedió».

Éder, cuya nacionalización produjo tanta controversia en Italia como la de Diego Costa en España, es un fiel exponente de lo que representa esta corajuda y organizada Italia. Casi tanto como compañero en ataque Graziano Pellè, uno de esos jornaleros del área que se tuvo que ir primero a Holanda y luego al modesto Southampton de la Premier para hacerse un hueco en Italia que el anterior seleccionador, Cesare Prandelli, nunca le brindó.

Aclamados

Pese a llegar bien entrada la madrugada a su cuartel general en Montpellier, el combinado italiano fue recibido por unos 300 entusiastas aficionados que aguardaron a las puertas del hotel Grammont para aclamar a sus héroes, tras lo que consideran una gesta: acabar con la hegemonía de la selección española. Por la mañana, suave sesión de recuperación para los titulares ante España y más física para los suplentes.

 Gigi Buffon, como es habitual después de cada partido, se quedó en el gimnasio. Preocupan las lesiones de Antonio Candreva, todavía de baja por un problema en el aductor derecho que se produjo en el partido de la primera fase ante Suecia, y Daniele de Rossi, que sufrió el típico 'bocadillo' ante España. Si el romanista no se recupera, gran problema para Conte, ya que Thiago Motta, su sustituto natural, está sancionado.