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De gea celebra el gol de Piqué.
De Gea, de dulce el día de la transición

De Gea, de dulce el día de la transición

El toledano fue titular, observó como espectador el asedio de La Roja y tras el gol de Piqué mantuvo el triunfo con una parada en la prolongación.

Rodrigo Errasti Mendiguren

Lunes, 13 de junio 2016, 17:22

En el césped, la tan comentada «transición dulce» anunciada hace tiempo por Vicente del Bosque pareció más sencilla de lo esperado. Tras varios años de debates sobre el relevo generacional en la portería de España se produjo en Toulouse de manera exitosa. David de Gea ... fue titular después de días de dudas cuando la decisión ya la tenía tomada desde el día de la Hispanidad de 2015. Aquella noche del 12 de octubre pasado en el Olímpico de Kiev, en el lugar que España consiguió la Eurocopa que ahora defiende, el meta del Manchester United ofreció un recital con diez paradas, cinco de ella memorables. Era su tercer partido oficial con la selección. Desde entonces, el cuerpo técnico de la selección española asumió que no contar con el toledano era un lujo que no se lo podían permitir. Las noticias de la semana pasada, cuando se supo que el nombre del portero estaba en un informe policial, podían haber modificado el plan, pero la tranquilidad mostrada por De Gea hizo mantenerse a Del Bosque en su idea. Después de la comida, a las 11:30 el cuerpo técnico comunicó la alineación. El equipo esperado. De Gea era titular. Hasta antes de poco después de llegar al estadio, no se confirma la noticia por medio de la Federación Española de Fútbol.

La primera vez que lo vio la afición fue a las 14:15 horas, cuando compareció junto al resto de sus compañeros en el campo para el calentamiento. Aplaudió a la hinchada por delante de Casillas, vestido de azul como el resto de suplentes. A 800 kilómetros, en Madrid, su novia Edurne le mostró su apoyo a través de las redes sociales. Vigilado por la cámara del partido, accedió al campo entre Ramos y Piqué, uno de sus principales apoyos estos días, junto a un niño tremendamente orgulloso que sujetaba un balón. Antes de arrancar fue abrazado por Juanfran y se preparó para vivir prácticamente sólo un asedio a la meta de Cech, con el que tiene una buena relación de sus años en la Premier y al que saludó antes del duelo. Se pasó la mayor parte del encuentro en la media luna de su área viendo cómo Morata se estrellaba con el cuerpo de Cech. Apenas intervino pero fue aplaudido cuando lo hizo la primera vez por parte de una hinchada que se aburría algo, porque hizo la ola y eso suele ser mal señal.

Mirando el reloj

Durante algunos minutos parecía un espectador más. Se abría de brazos lamentando alguna ocasión de sus compañeros y resoplaba ante el cerrojo checo. El balón lo tocó poco. Se anticipó a una pelota larga hacia Krejci y sólo tuvo que hacer antes del descanso una parada. Atrapó el esférico en dos tiempos, después de que se le doblase el guante en el remate de Necid desde fuera del área. Le puso suspense pero él no cambió el gesto. Seguía tranquilo. Se santiguó y se marchó al descanso mirándose las manos. Cambió de lado en el campo pero siguió mirando desde lejos el monólogo de sus compañeros. Manos a la cabeza en el casi autogol de Hubnik en la primera jugada del segundo acto. El palo lo evitó.

En la segunda mitad sí que tuvo que mancharse cuando el propio Hubnik remató una falta lateral con la puntera junto al poste. El duelo entró en la media hora final y a la afición le vino el vértigo. Otro 13 de junio que podía ser maldito en el debut, pero Cesc, acusado de conceder excesiva pausa a todas las acciones, estuvo rápido en el primer susto de los checos en un córner defendido de modo calamitoso. Ya con Aduriz en el campo, con el viento haciendo casi imposible dominar la pelota por alto, el meta seguía con desesperación cómo las ocasiones españolas se iban por el sumidero. En especial una de Alba, tras un pase a la espalda de Silva, que después golpeó desde lejos junto al palo desviado. Con la afición animando, y ya con su amigo Thiago en el césped que marró una ocasión en posición inmejorable dentro del área, no paraba de mirar hacia atrás para ver en el videomarcador más cercano el tiempo que faltaba para evitar otro debut sin victoria en la era Del Bosque.

Gol de un gran apoyo

Al final, cuando los nervios ya atenazaban a casi todos un balón colgado de Iniesta tras una acción a balón parado lo marcó de cabeza Piqué, que se había quedado como '9' en el área. Así, gracias a un gol del central, quizá el futbolista que más le ayudó el viernes cuando se supo la noticia ofreciéndose incluso a salir con él en la rueda de prensa en la que De Gea mostró su temple, se completó la transición de modo dulce. Con victoria y con otro partido internacional más sin encajar, ya que en la prolongación demostró que tiene puños de acero ante un remate potente a bocajarro de Darida. Ya son 360 minutos y jugando de amarillo, con el '13' de su amigo ausente Juanín Mata, que le hacía usar el '12'. Y pese a ser 13 de junio, maldito en el pasado con porteros como Zubizarreta, Molina y el propio Casillas, que al terminar el partido saltó al campo para felicitarle con un abrazo. Nada puede con el tranquilo David de Gea.

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