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Ignacio Tylko
Miércoles, 8 de junio 2016, 09:43
Francia, en alerta máxima desde los ataques yihadistas perpetrados el pasado noviembre en corazón de París y los alrededores del Stade de France en Saint-Denis, se abre por tercera vez al mundo para acoger un Campeonato de Europa de selecciones nacionales, el primero con ... 24 combinados nacionales en lugar de los 16 que competían en las fases finales desde la edición de Inglaterra 1996.
Mayor cantidad en detrimento de la calidad de un torneo que, según sus críticos, se asemeja a Eurovisión, y en el que España busca su cuarta corona, lo que le permitiría ser la única capaz de encadenar tres éxitos consecutivos y desempatar al frente del palmarés con la poderosa Alemania. Doble reto para el renovado, pero todavía estiloso y vistoso, equipo de Vicente del Bosque, quien salvo sorpresa dejará su cargo tras un certamen que se abre el 10 de junio, con el duelo entre los anfitriones y Rumanía en el Stade de France, inaugurado precisamente por la 'La Roja' antes del Mundial de 1998, y se cerrará el 10 de julio en el mismo escenario.
En medio de unas inusitadas medidas de seguridad, con un despliegue de más de 90.000 agentes que elevará el gasto en esta materia hasta 24 millones de euros, los galos acometen un proyecto único que permite a los dirigentes de la UEFA extender aún más la popularidad de su deporte, ganarse el apoyo de más federaciones y obtener pingües ingresos al admitir la presencia de países de segunda o tercera fila como Albania, Islandia, Irlanda del Norte, País de Gales e incluso Eslovaquia, que ni por asomo podrían soñar con poder competir en la fase final del gran torneo continental. La ampliación permite que no falte ninguna de las grandes clásicas, salvo Holanda, a la que siempre se añora por su contribución al llamado «fútbol total» en la década de los setenta, con el desaparecido Johan Cruyff como gran estandarte.
«Hay riesgo»
«Esta Eurocopa representa un riesgo», ha confesado una y otra vez el ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve, desde que se extendió el estado de emergencia en el país, hace un par de meses, y sabedor de que el Estado Islámico tiene al fútbol entre sus objetivos al tratarse quizá de la mayor plataforma social y mediática existente. La principal dificultad para organizadores y fuerzas de seguridad será garantizar la protección no ya en el interior de los estadios sino, sobre todo, en las zonas reservadas para los hinchas, situadas en los centros de las nueve ciudades sede y destinadas a la retransmisión de los partidos en directo a través de pantallas gigantes.
El peligro latente del terrorismo hace distinta a una Eurocopa que, además, sale a escena en plena crisis de las instituciones que rigen el deporte rey. El huracán de la corrupción destruyó a su paso las altas esferas de la FIFA, y también de la UEFA. Tanto es así que el Michel Platini, icono del fútbol francés y expresidente de este organismo, no podrá entregar el trofeo, la Copa Delaunay, debido a su inhabilitación de cuatro años por un controvertido pago de 1,8 millones de euros por parte del suizo Joseph Blatter, quien fuera máximo dirigente del balompié universal durante 17 años. Ángel María Villar, presidente de la Española y presidente interino de la UEFA, presidirá la inauguración y la clausura de la Eurocopa y premiará a los campeones.
Varios aspirantes
En Francia nació la competición en 1960, cuando la extinta Unión Soviética conquistó el primer título tras una fase final con sólo cuatro equipos, y el país vecino albergó también la edición de 1984, en la que la gran selección tricolor de los Platini, Giresse, Tigana y Luis Fernández ganó el primero de sus dos títulos al imponerse a la España de Miguel Muñoz en el parisino Parque de los Príncipes (2-0). Dirigidos por Didier Deschamps y pese a sufrir ausencias destacadas como las del castigado Karim Benzema, los organizadores parten entre los principales candidatos de un torneo sin favorito claro.
Los otros dos principales aspirantes, según las casas de apuestas, son España y Alemania, dominadores del fútbol mundial en los últimos años y con tres títulos cada una. Del Bosque ya no puede contar con estrellas de la generación de oro como Puyol, Xavi Hernández, Xabi Alonso o David Villa, y debe tomar la histórica decisión de relegar al veterano y discutido Iker Casillas para darle los galones a David de Gea. El ejército de Joachim Löw, gran admirador y seguidor de la escuela española del tiqui-taca, no parece con el nivel del Mundial de Brasil 2014, pero con la 'Mannschaft' siempre hay que contar.
Del Bosque concede muchas opciones de éxito a Inglaterra, que se paseó durante la clasificación al ganar todos sus partidos. Los inventores del fútbol son, curiosamente, los únicos entre los cinco grandes europeos que jamás conquistaron el cetro continental. Tampoco hay que desmerecer a la eterna Italia, lastrada por las bajas, la joven Bélgica, líder del escalafón mundial, o la Portugal de Cristiano Ronaldo. Su estado físico es una incógnita, pero ansía, igual que le ocurre a Leo Messi con la 'Albiceleste', ese entorchado de selecciones que lustre su historial.
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