Ignacio Tylko
Miércoles, 8 de junio 2016, 17:50
Sin llegar ni por asomo a los extremos observados, y con frecuencia sufridos, en las Copas del Mundo de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, marcadas en gran medida por los retrasos en las obras y la improvisación, a dos días del inicio de la Eurocopa ... el Stade de France en Saint-Denis todavía tampoco estaba listo. Como si todo estuviera invadido por unas medidas de seguridad extraordinarias y los pequeños detalles quedasen aún por resolver.
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El gran recinto, construido para el Mundial de 1998 e inaugurado por la selección española de Javier Clemente, se hacía impenetrable. Vallado en todo su amplio perímetro y con sólo dos accesos a sus aledaños, ya con controles de seguridad y detectores de metales. Una vez dentro, llamaba la atención la zona de prensa. Los técnicos aún colocaban en las gradas todos los artilugios requeridos por los medios de comunicación, mientras unos operarios distribuían los diferentes carteles indicadores y otros pintaban puertas, ya desgastadas por el paso de los años.
Aunque para las 16:00 horas se anunciaba una comparecencia de los organizadores que comenzó con retraso, este miércoles sólo se habilitó para los enviados especiales una pequeña zona de trabajo en el centro de prensa. Sorprendió comprobar que no había impresora alguna, como si los recortes hubieran afectado también a la UEFA, un gigante lastrado por la corrupción en los últimos años y con el español Ángel María Villar como presidente interino. Ni la cafetería, y por consiguiente tampoco el restaurante, estaban aún preparados.
Para llegar a Saint-Denis desde el centro de París, la tarea tampoco resultaba del todo sencilla. Los paros en los transportes de la capital gala provocaron más atascos aún de los habituales en la ciudad y complicaron el desplazamiento al estadio en tren de cercanías (RER). Menor frecuencia de paso y finales de trayecto anticipados que obligaban a cambiar de andén y de vagones.
Sí estaba bien indicado el camino al Stade de France desde las salidas de las líneas B y D de los trenes regionales, en sus respectivas estaciones de La Plaine y Stade de France Saint-Denis, y desde la parada de Porte de París, en la línea 13 del Metro. Existía por la mañana una discreta vigilancia policial, apenas perceptible. En los pasadizos para cruzar por debajo de la carretera y acercarse más al recinto que acogerá siete partidos de la Eurocopa, entre ellos la inauguración y la final, llamaban la atención los artistas urbanos que pintaban las paredes a modo de murales para darles colorido y un mayor significado.
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