Entre el terror y la historia

Se espera un partido muy táctico. Así lo mandan sus técnicos. Fútbol solidario, organizado y casi lineal. Markku Kanerva dirige a Finlandia. Es un obseso del método. El que fuera maestro de escuela ha hecho un equipo a su imagen y semejanza. Hans Backe dirigía a la selección en 2016 y no ganó ni un partido. La Federación cambió al técnico y el cielo se abrió. En la fase de clasificación sólo tuvo que hincar la rodilla ante Italia. Acabó segundo por delante de históricos como Grecia. Por fin jugará esa Eurocopa que se les negó en 2008 cuando perdió en el partido definitivo ante Portugal en Oporto. La Finlandia actual es como un equipo de club, un grupo de amigos. Así se definen ellos. Y sobre todos ellos sobresale Teemu Pukki. El delantero del Norwich anotó diez de los dieciséis goles en la fase de clasificación. Tal es su repercusión que está implicado en el 69 por ciento de los tantos de Finlandia. Llega maltrecho, con una lesión en ligamento del tobillo que le ha traído a mal traer, pero estará para formar línea de ataque con Joel Pohjanpalo.

Enfrente se encontrará Dinamarca, que tendrá a su favor disputar el choque en Copenhague. Kasper Hjulmand, que se hizo con el banquillo tras la destitución de Age Hareide pese a llevar al equipo al éxito, cuenta con una generación de futbolistas que crece sin cesar. Tanto que han alcanzado la fase final sin perder, hito sólo conseguido por Bélgica, Italia, España y Ucrania. La selección nórdica se perdió la Eurocopa pasada y han cogido fuerzas para esta. El valencianista Wass, el portero Kasper Schmeichel (Leicester), Christensen (Chelsea) o Pierre-Emile Hojbjerg (Tottenham) son los referentes de un grupo de titanio.

El Parken Stadium acogió un partido de impactos. Cuando pasen los años la estadística reflejará que un 12 de junio de 2021 Finlandia consiguió su primera y sorpresiva victoria en la Eurocopa. Pero el imaginario colectivo recordará que un danés heló al mundo. Te guste o no el fútbol. Christian Eriksen se desplomaba a falta de tres minutos para el descanso.

Y eso que tenían todos los motivos del mundo para pegarse una fiesta de campeonato. Una vida entera esperando un hueco en la aristocracia del fútbol y en el primer paso ya recibieron los honores. Phojanpalo fue condecorado como Sir. Un gol de cabeza que le convertía en leyenda.

Finlandia hizo el partido que se le esperaba y le valió. Se atrincheró atrás y dejó que Dinamarca llevara el peso del juego. El equipo vencedor jamás se puso nervioso. Esperó su ocasión. La tuvo y no falló. Todas las ocasiones fueron danesas. Sin acierto. Sin claridad.

El fútbol volvió con una ocasión clara de Jensen, el recambio de Eriksen. La defensa de Finlandia seguía retrocediendo. Así lo ordenaba su entrenador. Venid, venid, aquí os esperamos. El valencianista Wass, por la banda derecha, enviaba un centro delicioso que ningún danés acertó a rematar. Era el minuto 59. En ese momento la televisión reflejaba que Dinamarca había disfrutado de dieciocho ocasiones ante la portería de Finlandia por cero del rival.