España, muy agraciada en el sorteo de la Eurocopa

Por primera vez, la fase final se disputará en doce sedes de otros tantos países, en el marco de las celebraciones del 60º aniversario de la competición. El torneo se inaugurará con un Italia-Turquía, el 12 de junio en el Estadio Olímpico de Roma, y concluirá 12 de julio, con la gran final en el imponente Wembley londinense.

La Roja, que partía como cabeza de serie, tendrá un camino en teoría bastante asequible hacia el cruce de octavos de final, más aún si se tiene en cuenta que acceden al primer cruce los dos primeros de cada uno de los seis grupos y, además, los cuatro mejores terceros. Sólo una hecatombre, por lo tanto, noquearía al equipo de Luis Enrique en la primera fase.

«Aparentemente ha estado bien el sorteo, pero los entrenadores somos cagones y nunca nos fiamos. Al principio respiras pero nunca se sabe», dijo el recientemente reelegido seleccionador, tras conocer la suerte de los bombos. «Nos ha ido bien, a priori. Hemos evitado a los más fuertes pero al final en una Eurocopa todo son finales y nada es fácil», añadió, por su parte, el director deportivo, José Francisco Molina.

España se estrenará en San Mamés, el lunes 15 de junio, ante el combinado nórdico, al que ya ha superado en la reciente fase de clasificación, con un cómodo triunfo en el Santiago Bernabéu (3-0) y un discreto empate (1-1) en Solna. Cuartofinalista del pasado Mundial, Suecia siempre compite bien desde el punto de vista táctico. El balance histórico deja siete victorias españolas, cinco empates y tres derrotas, con 25 goles a favor y 16 en contra.

El siguiente enemigo, también en La Catedral, será la Polonia de Robert Lewandowski, que está en el mejor momento de su carrera, el sábado 20 del mismo mes. Con la base aún del equipo forjado para la Eurocopa celebrada en Ucrania y en su país en 2012, los polacos eran los mejores rivales posibles del segundo bombo, junto a Suiza. Históricamente, a España se le da bien este adversario, al que ha vencido en ocho partidos, con un empate y solo una derrota. 27 goles marcaron los españoles en esos choques y apenas ocho marcaron los centroeuropeos.

Y el último compromiso de la primera fase, previsto para el miércoles día 24 también en San Mamés, se jugará ante un rival por definir que saldrá de las eliminatorias de la repesca que enfrentan en marzo a Bosnia e Irlanda del Norte, por un lado, y a Eslovaquia y la República de Irlanda, por el otro. España, por cierto, aprovechará esas fechas reservadas para la repesca para disputar dos amistosos de tronío frente a Alemania y Holanda y perfilar así la definitiva lista de 23 convocados para la gran cita continental.

Si acaba líder de grupo, el camino de España hacia la final pasaría por Glasgow, frente a un tercero de grupo, Roma y Londres. Si fuera segunda, iría por el lado de Copenhague, San Petersburgo y también Londres, escenario elegido desde semifinales. La sencillez de la primera fase impide la posibilidad de dejar fuera a algún enemigo de enjundia a las primeras de cambio y augura cruces complicados.

De la mano del técnico gijonés, España ansía hacer borrón y cuenta nueva tras el fiasco de la pasada Copa del Mundo, donde fue apeada en octavos por Rusia, y dejar atrás de igual forma el sinsabor que produjo la eliminación ante Italia en la última Eurocopa y la todavía más dolorosa despedida del Mundial de Brasil, donde el combinado de Vicente del Bosque ni siquiera fue capaz de superar la fase de grupos después de un ciclo glorioso con dos títulos continentales consecutivos y, entre medias, la Copa del Mundo de Sudáfrica.

El técnico asturiano ha iniciado precisamente su nueva etapa como timonel con el desplazamiento a Bucarest junto al presidente de la Federación, Luis Rubiales, y Molina. Una primera toma de contacto para conocer 'in situ' la magnitud del desafío europeo después una fase de clasificación cerrada con brillantez por su excolaborador Robert Moreno, ahora parece que enemigo irreconciliable. Luis Enrique evitó hablar más sobre el catalán pero insistió en que la suya es la única verdad.