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1
España se subió ayer en una montaña rusa y bajó entera después de descarrilar varias veces, lamerse las heridas y ponerse de pie cuando más le arrastraba la fuerza de la gravedad. La selección demostró que tiene personalidad y que su confianza está hecha a ... prueba de balas, impermeable al desaliento. Supo divertirse, sufrir, caerse, levantarse, encajar los golpes y devolverlos con más fuerza. Empezó perdiendo de una manera estrambótica, remontó con buen fútbol y goles y luego sufrió la furia croata con dos tantos que le pusieron contra las cuerdas y le llevaron a la prórroga cuando acariciaba el pase a los cuartos de final. Lejos de acusar el mazazo, de venirse abajo, La Roja floreció y terminó llevándose un encuentro con una exhibición de juego y fe.
2
España había hecho los primeros 20 minutos casi perfectos cuando Unai Simón cometió un error de bulto. Una lejana cesión de Pedri no pudo ser controlada por el portero, quien vio impotente cómo el balón entraba en la red. Mal perfilado, la pelota le pegó en la espinillera en un defectuoso control y dio ventaja a Croacia. El alavés no se lo podía creer, su mirada lo decía todo, y tampoco Luis Enrique, quien se puso una botella en los ojos en un gesto de desesperación. Pero lejos de hundirse y de temblar, de empequeñecerse bajo los palos, el meta del Athletic se quitó el traje de villano y se puso el de héroe. Hizo dos auténticos paradones que sostuvieron a la selección y le permitieron seguir adelante. Primero sacó una mano prodigiosa en el disparo de Gvardiol y luego, en el tiempo añadido, con el 3-3 en el marcador, evitó un tanto de Kramaric que ya se celebraba en el banquillo ajedrezado. «Unai Simón tiene toda nuestra confianza. Ha hecho grandes paradas. Lo importante es rehacerse y tener una mentalidad fuerte», le alabó Busquets.
3
España disparaba con balas de fogueo en los dos primeros partidos de la fase de grupos, cuando remató 29 veces y solo marcó un gol. El problema de efectividad venía de lejos y amenazaba la solidez de su fútbol combinativo y de toque, lastrado por los fallos en los metros finales. Pero contra Eslovaquia soltó toda su rabia e hizo una 'manita' a los centroeuropeos, número que calcó ayer ante Croacia. La friolera de 10 tantos en los últimos dos choques confirma que La Roja ha resuelto sus dificultades en ataque. Una decena de aciertos convertidos por seis futbolistas diferentes es una prueba irrefutable de la implicación colectiva en la consecución de los goles. Todo es más fácil cuando se tira con dinamita, elemento imprescindible para sobrevivir en la Euro.
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Hizo un auténtico partidazo contra Eslovaquia, compromiso en el que participó en tres de los cinco goles de España, una diana incluida, por lo que su continuidad se daba por hecha en Copenhague. Pablo Sarabia salió al rescate de La Roja con un tanto cercano al descanso (m.38), que devolvió el color a las mejillas del combinado nacional y permitió respirar a Unai Simón tras su grotesco fallo. El extremo del PSG fusiló a Livakovic después de varios rechaces en el área croata. Y si el madrileño repitió -lleva dos tantos en la Eurocopa- también lo hizo Morata, quien firmó el cuarto de España en la prórroga. Control precioso y un zurdazo que entró como un obús. Finalmente, Mikel Oyarzabal apareció para sellar el triunfo en el minuto 103 con un disparo ajustado al palo derecho. Sentencia.
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El muchacho que jugó más de cinco años en el Dinamo de Zagreb y al que Croacia ofreció nacionalizarse salió en la segunda parte y resultó clave para amarrar la victoria. Dani Olmo entró por Sarabia (m.71) y aportó verticalidad y frescura. En la recta final de la primera parte de la prórroga, el catalán puso un maravilloso centro que Morata canjeó por el cuarto de la selección. Solo tres minutos después, el ahora jugador del Leipzig repitió el ritual, aunque cambió de receptor. Esta vez asistió a Oyarzabal para que el guipuzcoano cerrara la eliminatoria de octavos y abriese la puerta de los cuartos de final. Incluso le dio tiempo a estrellar un balón en el poste. Revulsivo.
6
Parece que no está y siempre aparece. Luis Enrique le dio ayer la titularidad en detrimento de Gerard Moreno y el jugador del City respondió con un gol y una asistencia. Primero puso el centro que Azpilicueta cabeceó a la red y luego recogió un pase de más de 40 metros de Pau para robarle la cartera a Gvardiol y batir por bajo a Livakovic. Ya lleva ocho tantos en 15 partidos con La Roja.
7
España supo controlar la prórroga con posesión y goles. Solo al inicio pasó apuros, pero luego recuperó el control del partido, zarandeó a los croatas y ya no les dio más oportunidades.
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