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Las Rozas (Madrid)
Lunes, 21 de junio 2021, 14:01
César Azpilicueta viene de ganar la Champions con el Chelsea y es suplente de Marcos Llorente, un todocampista convertido en lateral por Luis Enrique. Todavía no ha disfrutado de un solo minuto en la Eurocopa, circunstancia que podría cambiar mañana en la 'final' contra ... Eslovaquia. «Es un partido a vida o muerte», aseveró este lunes el navarro, quien no avanzó nada sobre las intenciones del míster de cara al último duelo en la fase de grupos. Todo indica que el defensa podría acomodarse en el lateral derecho y desplazar al 'colchonero' a la sala de máquinas, donde su rendimiento se multiplica. Es la hipótesis que más se maneja en Las Rozas, donde la selección convive con una curiosa mezcla de nervios y esperanza. «Es un duelo a cara o cruz. Nadie gana la Euro antes de empezar. Esto no es como empieza, sino como acaba», recordó Azpilicueta, uno de los veteranos.
El navarro trasladó en todo momento su confianza en las posibilidades de la selección sin desdramatizar su situación, asomada al abismo y sin margen de error. Entiende que entre la espada y la pared aún hay sitio para que el combinado nacional cuele su mejor fútbol, invierta la dinámica y deje atrás las dudas y los temblores. «Estamos con ganas de que llegue el partido. Nos hubiese gustado estar con seis puntos, pero no ha sido así. Pero lo tenemos en nuestra mano (la clasificación). Lo importante en el fútbol es que dependas de ti mismo y es lo que pasa ahora. Es como si fuera una eliminatoria», comentó sobre el choque ante los eslovacos, que también luchan por un puesto en octavos.
Azpilicueta no dijo nada sobre su eventual presencia en el once, que modificaría la nómina de elegidos de Luis Enrique. Se limitó a decir que trabaja para ser titular y que «depende del míster». Asumió con naturalidad los galones y el liderazgo que pueda ejercer en el vestuario, con independencia de los minutos. De hecho, su último partido con la selección data del 18 de noviembre de 2018, cuando se enfrentó a Bosnia. Ahora aguarda una oportunidad en el campeonato continental. «Nos encontramos en una situación de cara o cruz. También pasó en años anteriores y se acabaron ganando Eurocopas y un Mundial. Hay gente joven en el vestuario, pero todo es un aprendizaje. Cada uno tenemos que aportar lo máximo. Somos varios los capitanes en nuestros equipos y tenemos experiencia. Sabemos cómo actuar», dijo sobre la preparación mental.
El navarro relativizó el papel de aspirante a todo con el que una selección acude a un gran torneo, como ahora España. El propio Luis Enrique metió a La Roja en el saco junto a Francia, Italia, Inglaterra, Bélgica... Una etiqueta que, según Azpilicueta, se fabrica en el campo y luego se pega en la taquilla. «Igual Portugal no era favorita en 2016 y ganó la Eurocopa. Nosotros fuimos a Brasil después de llevarnos un Mundial y dos Euros y claro que partíamos como favoritos, pero ahora llegamos de unas fases finales en las que nos hemos llevado palos duros. Tenemos que tomarnos el partido como una oportunidad. Solo nos sirve ganar. Si lo hacemos habrá un nuevo desafío y veremos hasta dónde podemos llegar», señaló el capitán del Chelsea.
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Jon Agiriano
No dejó de repetir que hay «calidad y confianza» para esperanzarse con un futuro mejor, siempre desde el respeto al fútbol y los rivales. La manera de desactivar a Eslovaquia ocupa sus pensamientos. «Tenemos que cambiar esta situación en el campo. ¿Cómo? Siendo un equipo, fuertes, superando las dificultades. Demostrar desde el primer segundo que queremos estar en la siguiente fase en cada balón, en cada disputa, en cada acción de ataque y ser efectivos en las dos áreas». El futbolista de Zizur Mayor aseguró que el vestuario no se fija en los posibles rivales en los cruces y tampoco quiso pedir apoyo al público. «Somos nosotros los que debemos hacer que la afición nos empuje», corrigió.
Además, y como enseñanza de vida inspirada en la hazaña del Chelsea esta temporada, un equipo al que todo el mundo daba por amortizado en enero, el navarro facilitó su receta para superarse en la adversidad. «No rendirse nunca, competir hasta el final». Es la única manera de sobrevivir en la Euro.
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