El emotivo abrazo de Simón y Morata en los vestuarios

Unai Simón vivió este lunes en Copenhague el momento más duro de su carrera deportiva. Un gravísimo error en una Eurocopa ante los ojos de medio mundo que adelantaba a Croacia y que le hubiera marcado durante toda su carrera de no haber sido por sus posteriores excelentes intervenciones que salvaron a La Roja de la eliminación. Sí, de la eliminación. Aitor Fernández, guardameta del Levante, explicó a este periódico lo que en ese momento estaría pensando el portero del Athletic: «Es difícil recuperarte con la sociedad tal y como está. Solo espera un error para machacarte». Y añadía como si supiera cuál iba a ser el desenlace: «Lo mejor que puede pasarle es que España pase. Si no, se lo recordarán toda la vida». Pero, sentenciaba: «Los porteros tenemos la piel dura, más que los jugadores del campo. Nos recuperamos antes que el resto. Desde pequeños nos han enseñado que esto puede pasar».

Y así pareció ser, porque Unai Simón se levantó y desde ese instante se convirtió en uno de los principales protagonistas del partido por sus meritorias intervenciones que evitaron que Croacia apartara del camino a España. Y en su camino se cruzó este lunes también Morata, al que la sospecha le acompaña desde el primer partido, el empate contra Suecia, cuando erró un gol que ya se cantaba. Pues bien, este lunes, en octavos de final, uno y otro, portero y delantero, cumplieron con su deber.

Y los futbolistas, su entrenador... Todos los componentes de esta selección que es una piña, una familia, supieron reconocerlo, sobre todo al portero. «Unai Simón ha dado una lección a todos sus compañeros», agradeció. «Tiene toda nuestra confianza, es tranquilo y ambicioso», le señaló el capitán Busquets. Todos estaban con él. Como lo estuvieron antes con Morata. Porque La Roja se ha convertido en un bloque. Y fotografías como la que ilustran esta información lo demuestran.