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Ignacio Tylko y Terence Daley
Madrid
Sábado, 18 de abril 2020, 00:45
Ríos de tinta, especulaciones y conflictos de competencias entre LaLiga y la Federación Española de Fútbol (FEF) a la hora de abordar la situación del fútbol profesional, pero los problemas de los grandes transatlánticos como Real Madrid y Barcelona son anécdotas en comparación con el ... drama económico entre los modestos. El parón de las competiciones y la posibilidad de una temporada cancelada al no poder concluirse amenazan con causar enormes daños en las divisiones inferiores en Europa, donde los clubes dependen especialmente del dinero generado por taquilla en el día del partido y de diversos patrocinadores locales, no tanto de los derechos de televisión.
Este viernes, la FEF que preside Luis Rubiales comunicó que ya ha satisfecho los pagos de las cuotas a la Seguridad Social de todos los futbolistas de Segunda División B y de la Primera Iberdrola femenina. Estos importes están incluidos en la resolución del Consejo Superior de Deportes (CSD) de ayudas para futbolistas de la división de bronce y de Tercera. Según la FEF, estos abonos, ya distribuidos, ascienden a más de 1,8 millones de euros.
La ausencia de ascensos en España hundiría las esperanzas y cuentas de varios clubes que tienen una salud financiera frágil. En Segunda, por ejemplo, es el caso del Zaragoza, un histórico del fútbol que abandonó la élite en 2013 y que es actualmente segundo en la categoría de plata, con cinco puntos de ventaja sobre el tercero a once jornadas para el final, por lo que el ascenso parecía este año posible.
Sin pronunciarse abiertamente por la posibilidad de las acciones judiciales, su presidente, Christian Lapetra, aseguró que defenderá «los intereses del club» si la temporada es anulada y el Zaragoza no asciende «Estamos hablando de cerca de 1.000 millones de euros que podrían perderse si la competición no se reanuda y eso pondría en muchas dificultades a muchos de los clubes y el Zaragoza no es ajeno a esa situación», declaró en una reciente videoconferencia de prensa. «Si la situación final es que la Liga no se puede retomar y el Zaragoza continúa en Segunda División, nos va a apretar la economía mucho más», dijo Lapetra, añadiendo que en el club maño tendrían que adoptar «medidas extraordinarias». «El ascenso es la mejor manera de financiarnos», concluyó.
La situación se hace extensiva a otros países clave en la industria del fútbol. En Italia, el presidente del Frosinone, Maurizio Stirpe, habló ya de «acciones judiciales» si su club no subía a la Serie A esta temporada. Su equipo era tercero de la Serie B (2ª división) en el momento de la interrupción de los partidos por la pandemia del coronavirus y estaba por lo tanto fuera de los dos puestos de ascenso automático. En el caso de que se considere que la clasificación final es la del momento del parón, su club no subiría. En el país transapino, del tercero al octavo de la Serie B disputan unos 'playoffs' que dan el último billete a la élite, pero podría ser imposible jugar esas eliminatorias.
Incluso en Inglaterra, tierra de la poderosa y rica Premier League, la situación es precaria en las divisiones inferiores. El pasado mes, los clubes de la League One y la League Two (la tercera y cuarta categoría) declararon que sufrirían pérdidas de unos 50 millones de libras esterlinas (57 millones de euros) si la temporada no se reanuda.
Phil Wallace, presidente del Stevenage, colista de la League Two, explicó a la agencia AFP este «desastre». «Espero daños este año», pronostica este propietario del club desde hace dos décadas. «Tenemos una afluencia media de 3.000 personas, así que perdemos entre 45.000 y 50.000 libras (entre 51.000 y 57.000 euros) por partido como locales», precisa.
«Hemos recibido un avance de dinero de parte de la EFL (Liga Inglesa de Fútbol), una suma que debíamos normalmente cobrar en agosto. Pero cuando llegue julio habrá que preguntarse qué podemos hacer», señala. Retomar los partidos a puerta cerrada privaría al club de los ingresos por venta de entradas, pero también de otros del día del partido: bares, restaurantes y patrocinadores. «Todo eso se perderá», teme
En toda Europa, en fin, los clubes están adoptando medidas para garantizar los ingresos a su personal no futbolista, sea por expedientes de regulación de empleo temporal o donativos de jugadores multimillonarios, pero ese sistema no alcanza normalmente a trabajadores de empresas subcontratadas.
La cadena de televisión alemana Deutsche Welle publicó esta semana que casi dos tercios de los 56.000 empleos de la primera y segunda división germanas, en seguridad y restauración por ejemplo, dependían de terceras empresas y no de los clubes. La abogada Verena Speckin, especialista en Derecho del Trabajo, explicó que los clubes de fútbol tienen únicamente una responsabilidad legal con los que directamente son empleados de su entidad. La gran mayoría de los clubes en Alemania no habían previsto ningún plan para ayudar a los subcontratados.
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