La Deportiva coge aire

Cuando todo pintaba feo, oscuro, negativo, el balón parado resolvió el problema. Andújar convirtió en alegría en una tarde gris en lo meteorológico y que pintaba a ser también así en lo futbolístico para la Deportiva.

El equipo berciano asoma la cabeza después de lograr su segunda victoria consecutiva, esta vez ante el Celta Fortuna (2-1) en un partido donde los blanquiazules resistieron estoicamente los ataques gallegos para, cuando tuvieron la ocasión, golpear y llevarse una balsámica victoria.

Los bercianos, animados por el buen resultado logrado una semana atrás en Tajonar, salieron muy dominadores. Con un once continuista, en el que Álex Costa volvía a ejercer de delantero, los de Javi Rey impusieron su ley en los primeros compases.

La Deportiva quería reivindicarse en casa, ante su afición. Álex Costa y Yeray dispusieron de los primeros disparos con cierto peligro que Marc Vidal logró detener. Pero eran una declaración de intenciones de los de Javi Rey, que querían vencer y convencer para dejar atrás el irregular inicio de curso que habían experimentado.

Pero el Celta Fortuna, que también venía de ganar - la primera victoria del curso para los gallegos -, quería aprovechar su inercia. Los celestes respondeiron tras unos primeros cinco minutos positivos de los bercianos con un doble ocasión en la que Andrés Prieto se hizo grande.

Con una presión alta, intensa y valiente, el Celta Fortuna dio la vuelta a las sensaciones de partido. La Deportiva empezó a deshacerse del balón ante la asfixiante presión gallega y el partido se teñía de color celeste tras el buen inicio blanquiazul.

El balón duraba muy poco en los pies de la Deportiva. Y el Celta Fortuna estaba, cada vez, más cómodo ante un conjunto blanquiazul donde las dudas empezaban a llegar para quedarse y atenazar a los de Javi Rey.

Andrés Prieto fue el sostén de los ponferradinos en estos minutos. El meta salvó una gran ocasión de Angelito, que ganó la espalda a la defensa de la Deportiva y trató de batir de vaselina al portero, que llegó a tocar para enviar a córner. Acto seguido, salvó una gran volea de Óscar Marcos. El Celta Fortuna estaba haciendo méritos ya para adelantarse ante una Ponferradina noqueada.

El sufrimiento de los blanquiazules era evidente. Con el balón en los pies, trataban de jugar, tocar y no rifar la pelota. Pero el Celta Fortuna estaba omnipresente, llegaba antes a cada cruce, a cada balón dividido y el horizonte blanquiazul se mimetizaba con el cielo: sólo se veían nubarrones.

Lo peor de esta situación es que no se intuía atisbo de reacción. Los nervios se manifestaban cada vez de forma más clara y asidua en forma de errores. Uno, de Markel, casi cuesta caro a la Deportiva: Andújar tuvo que derribar a Tincho justo antes de entrar en el área y, en ese libre directo, Andrés volvió a salvar a los blanquiazules. Solo el meta alicantino mantenía a flote a la nave de Javi Rey.

Las llegadas eran constantes por parte de los gallegos. La Deportiva achicaba aguas como buenamente podía. O, para ser mas justos con la realidad, Andrés Prieto era el que ejercía esa función ante un equipo berciano totalmente neutralizado ante la incredulidad de su afición.

Y a todo ello se unía que los Yeray, Borja Valle o Costa no aparecían. Era una cuestión de lógica pura y dura: si el balón no pasaba del centro del campo, los atacantes no podían participar del juego. Las caras de los futbolistas evidenciaban que el Celta Fortuna estaba disfrutando con lo propuesto mientras que el encuentro estaba siendo un calvario para los bercianos.

En los minutos finales de la primera mitad, la Deportiva parecía haber sacado la bandera blanca, pidiendo una tregua hasta el descanso. Los de Javi Rey ansiaban el final del primer tiempo para reordenar ideas y coger fuerzas después de resistir a los celtistas en una errática primera mitad blanquiazul.

Rey buscó la reacción desde el banquillo tras el paso por vestuarios. Álvaro Ramón entraba en juego en lugar de Andoni López, pero el ritmo de juego y las llegadas seguían siendo de los vigueses pero, eso sí, con mucha menor asiduidad que en la primera mitad.

Pero, más allá de que el Celta Fortuna llegase menos, lo cierto es que la Deportiva no era ni siquiera capaz de amenazar a su rival. Las llegadas bercianas eran igual de excepcionales que en la primera mitad y, más allá de no perder, lo que necesitaba el equipo de Javi Rey era ganar.

Y los pitos se escuchaban en El Toralín. Todos eran conscientes de que el nivel que estaba dando el conjunto blanquiazul estaba muy lejos del esperado. Pero aún mantenía jugadores de mucha calidad y dos de ellos se inventaron un gol. Yeray asistió para Costa que, cuando se disponía a rematar, sufrió un derribo que supuso un penalti a favor de los bercianos. Borja Valle, con solvencia y tranquilidad, anotó: la Deportiva, con nada, iba ganando.

El gol serenó, en parte, a los bercianos. El Celta Fortuna siguió dominando el balón, llegando, pero no generaba tanto peligro como antes del tanto de Borja Valle. Los de Javi Rey ganaron en confianza y seguridad para defender mejor los ataques no tan inspirados de los celestes.

Poco a poco, y a la par que un chaparrón descargaba sobre Ponferrada, llovía menos para la Deportiva. El Celta Fortuna lo seguía intentando, confeccionando buenas jugadas, pero la situación no era ni parecida a la de la primera mitad. Y, además, a la contra, los de Javi Rey sabían cómo hacer daño. Ernesto, fresco, tuvo dos buenas opciones para cerrar el partido.

Pero Andrés Prieto tendría que aparecer de nuevo. Heroico, el alicantino sacó un mano a mano claro a Escobar y su rechace, que cayó en los pies de Tincho, también iba a portería. Pero Prieto, con esta vitola de imbatible, sacó una milagrosa pierna para mantener el resultado favorable a los bercianos.

Dice el refrán que tanto va el cántaro a la fuente que se rompió. Y acabó hecho añicos. En una de las decenas de jugadas de ataque de los vigueses, Gael logró rematar un centro raso desde la derecha para igualar el partido y arrojar un jarro de agua fría al ánimo blanquiazul.

Los últimos minutos fueron de mucho ritmo, con opciones para ambos equipos, que no dudaron en buscar la victoria. Y lo encontró la Deportiva. En un saque de esquina que ofreció una sergunda opción a los bercianos, el balón llegó a la cabeza de Andújar que, con potencia y fe, la puso al palo largo para, en el 93', dar la victoria a la Ponferradina.

Así, con sufrimiento, dos héroes como Andrés Prieto y Andújar y la sensación de haber ganado en un partido donde no estuvieron a buen nivel, la Deportiva empieza a salir del fango para mirar, más de cerca, su lugar natural en esta categoría.

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