Disturbios en Bilbao antes de la final de Copa

Cientos de aficionados tomaron literalmente la calle, hasta el punto que la Policía Municipal tuvo que cortar el tráfico en el cruce de la calle con Doctor Areilza y también con Alameda Urkijo. Para entonces, tres coches se habían visto atrapados en un semáforo. Mientras la conductora del primero llamaba para pedir ayuda, los jóvenes que rodeaban el vehículo lo zarandeaban y lo regaban de cerveza, sin permitir que avanzara. Al fondo, desde María Díaz de Haro, la Policía Municipal desviaba el tráfico mientras recibía el aviso de lo que estaba sucediendo unos pocos metros más adelante. Pocos minutos después, la Brigada Móvil de la Ertzaintza tomaba posiciones en el cruce con María Díaz de Haro para disolver a la multitud. Algunos aficionados respondieron con violencia: comenzaron a lanzar botellas y a volcar contenedores de basura y vidrio.

En un primer momento, el dispositivo de antidisturbios pareció retirarse, lo que calmó algo los ánimos. En realidad, los agentes habían optado por entrar en Licenciado Poza por un lado en vez de directamente, por el callejón que rodea la parroquia del Corpus desde María Díaz de Haro, el mismo acceso en el que se dieron los incidentes y la carga en la que murió Iñigo Cabacas de un disparo con una pelota de goma.

Se ha dado la circunstancia de que en el momento en el que entraban los agentes de la Brigada Móvil, en ese acceso de Lcienciado Poza había decenas de jóvenes bebiendo, sentados en el suelo. La aparición de la Policía ha provocado una primera carrera a la que han seguido el lanzamiento de bengalas, petardos y botellas por parte de algunos aficionados, que también han prendido fuego a uno de los contenedores.

Los agentes de la Brigada Móvil han tratado de despejar la calle, empujando a los alborotadores hacia doctor Areilza, pero al final han acabado por retroceder poco a poco, hasta el cruce con María Díaz de Haro, donde han recibido la orden definitiva de retirarse. Una joven ha resultado herida al impactarle en la cabeza un botellazo lanzado contra la Ertzaintza

Estos incidentes llegan dos días después de la multitudinaria despedida en Lezama, que el Gobierno vasco cifró en 8.000 personas, antes de que el Athletic partiera hacia Sevilla. Tras el rechazo de las instituciones, se esperaba una menor concentración en la despedida de la Real en el día de ayer, pero no fue así. Los aficionados txuri-urdin también llenaron Zubieta.