Y David (Álvarez) pudo con Goliath

El Atlético Astorga ha vencido 1-0 al equipo dirigido por Éder Sarabia en un partido de enorme trabajo de los de Lago, que se adelantaron con un histórico gol en un córner que bota David Álvarez y remató Ivi Vales en el primer palo y que dispusieron de numerosas ocasiones para ampliar su ventaja. Pero supieron sufrir e, incluso, resistir a un penalti en contra para seguir soñando.

Con ilusión y mucho ímpetu, el Atlético Astorga salió a vivir y prolongar su sueño. Los maragatos tenían muy claro su plan de partido: presionar la salida de balón del Andorra, replegar rápido en cuanto los de Sarabia superasen esa primera línea y ser verticales en ataque.

El Andorra dominaba la posesión y el tempo del partido. Pero no conseguía generar peligro. El equipos astorgano, muy solidario y ordenado, sabía que tenía que esperar su momento y trabajar mucho ante un rival que exige mucho a nivel defensivo.

Los de Lago mandaron el primer aviso. En una jugada muy rápida, los astorganos enviaron un centro raso al área donde Javi Amor remató alto en la primera gran ocasión del partido.

Mientras tanto, el Andorra acumulaba hombres en ataque y encerraba a los maragatos, que intentaban salir con balones largos y verticales. Las líneas juntas y el bloque bajo marcaban la defensa maragata, que estaba funcionando bien.

En campo rival, los de Lago arriesgaban para robar. Y el Andorra para mantener intacto su plan. Y eso les conllevó llevarse varios sustos. Javi Amor volvió a tener tras un robo y asistencia de Albertín, pero remató mordido. Un minuto después, la tendría Ivi Vales, que estampó su disparo contra el cuerpo de Ratti.

Esa valentía astorgana tendría su premio en el minuto 21. David Álvarez botó un córner muy cerrado al que Ivi Vales remató y el balón se coló en la meta de Nico Ratti.

No bajó su intensidad el conjunto maragato que, con el gol, vio refrendada su apuesta. Albertín y Javi Amor volvieron a disponer de claras ocasiones ante un Andorra negado, que se chocaba una y otra vez contra la defensa verde, muy sólida y solidaria.

Sólo un remate de Manu Nieto a centro de Iker Benito generó cierta inquietud a un Sergio que preveía una tarde ajetreada y que, en la primera mitad, apenas tuvo trabajo. Al descanso, Astorga soñaba: su equipo ganaba 1-0.

Los astorganos salieron con la misma actitud a la segunda mitad y, en la primera acción de la reanudación, tuvieron dos acercamientos peligrosos. El Andorra, sin embargo, se estiraba, adelantaba líneas, y trataba de generar más peligro a un cuadro maragato que no estaba sufriendo en exceso.

De hecho, la primera gran ocasión de la segunda mitad fue verde. Javi Amor ganó un balón en la medular, abrió para Peláez y el capitán puso un gran centro al segundo palo que Ivi Vales remató flojo y al centro, a las manos de Ratti.

Y es que el Astorga se lo creía y se crecía, jugando a las mil maravillas. Volvió a tenerla el cuadro maragato, al que le estaba faltando puntería. Una pared entre Peláez y Davo acabó con un centro raso del lateral que David Álvarez, en boca de gol, estrelló contra un Ratti salvador para el Andorra.

Pero los pirenaicos iban a tener la suya. Y llegó en un inocente penalti provocado por Álvaro Martín en un contragolpe. Pero era un día marcado en rojo en la historia del Atlético Astoga y Iván Gil mandó fuera el lanzamiento. El sueño seguía más que vivo.

El equipo de Lago siguió luchando y teniendo sus oportunidad, con un David Álvarez espectacular que lideró al equipo en todo momento. A los puntos, como se dice en el mundo del boxeo, la victoria era claramente astorgana, pero había que seguir sufriendo.

Porque el Andorra volvió a tenerla en un centro lateral de Álex Calvo que Scheidler remató fuera en boca de gol. Pero el sueño seguía vivo de un equipo que se estaba dejando el alma para mantener la ventaja y estar en el bombo del próximo martes para recibir, ahora sí, a un Primera División.

Aguantó, sufrió y celebró. El Atlético Astorga es el humilded, el pequeño, que da la sorpresa de esta ronda de la Copa del Rey, supera al Andorra y ahora sueña con otra gesta. La fiesta, el sueño copero, tiene un nuevo episodio histórico en La Eragudina.