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Daniel Panero
Viernes, 3 de marzo 2023, 19:26
El Barça se marchó este jueves del Estadio Santiago Bernabéu a vueltas con el estilo. El ADN culé, ese en el que la posesión de la pelota está por encima de todo, saltó por los aires después de un partido en el que los de ... Xavi Hernández lograron llevarse el clásico jugando a todo lo contrario. Del tiqui-taca habitual se pasó a la renuncia del cuero, a replegar filas en busca de salir con vida y a cazar una de las pocas ocasiones que se presentaran. El plan funcionó a la perfección y el cuadro azulgrana sabe que ahora tiene un nuevo registro listo para cuando sea necesario.
«El estilo de Simeone es lícito, pero aquí no se entendería jugar con once atrás», dijo Xavi el 5 de febrero de 2022 antes de un partido contra el Atlético de Madrid. Ese día el técnico de Tarrasa trazó una línea que parecía que nunca iba a sobrepasar, la de que su equipo no fuera protagonista dentro del terreno de juego. Esa barrera se la saltó este jueves en el Bernabéu y lo hizo con todas las de la ley. Su equipo disputó un choque de guerrillas en el que tan solo tuvo un 35,3% de la posesión de balón, la cifra más baja para los culés desde que existen registros, y en el que terminaron realizando solo dos remates a portería.
Esta nueva mutación del Barça responde a las necesidades del guion. Xavi siempre ha defendido aquello de que «si tienes la posesión, el rival no te puede marcar», un planteamiento que ante el Real Madrid, y sin Pedri en la sala de máquinas, entrañaba demasiados riesgos frente a la velocidad de los Vinicius, Valverde y compañía. La solución para evitar esa sangría fue la de dejar atrás el libreto y adentrarse en lo desconocido. Xavi emparejó de nuevo a Araujo con el extremo brasileño, redujo los espacios al rival con un bloque bajo y, lo más sorprendente, decidió saltar la línea de presión de los de Ancelotti con balones largos cuando fuera preciso para evitar pérdidas innecesarias.
Ese planteamiento fructificó, pero fue contra natura para un Barça que siempre ha predicado lo contrario. El primero en reconocer el cambio de rumbo fue Xavi, que aseguró en rueda de prensa estar «satisfecho con el resultado, pero no tanto por el partido». El entrenador azulgrana, pese a ello, no consideró que hubiera ninguna traición al estilo, sino más bien una necesidad de adaptarse al encuentro ante un gran Real Madrid. «No hemos jugado así, sino que el rival nos ha llevado a jugar así. No hemos traicionado ningún modelo. Hay que defender bien también porque forma parte del juego», concluyó.
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