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Carlo Ancelotti cerró filas con la demoledora carta que el Real Madrid remitió el lunes a la Federación Española de Fútbol (FEF), con copia al Consejo Superior de Deportes (CSD), fustigando al estamento arbitral a raíz del polémico encuentro que los blancos disputaron el sábado ante el Espanyol. «Ha pasado algo inexplicable, hablando de la integridad de los futbolistas, y lo que pide el Real Madrid es una explicación. Y me parece correcto porque no se ha hecho nada para proteger la integridad del futbolista», dijo el técnico en la previa del duelo de cuartos de final de la Copa del Rey que medirá a su equipo con el Leganés, para el que son baja Mbappé, Bellingham, Alaba, Rüdiger, Militao y Carvajal.
La comparecencia de Ancelotti tuvo como eje central la polémica desatada a causa de esa misiva en la que el Real Madrid arremete con mayor crudeza que nunca contra el sistema arbitral, exigiendo los audios del VAR del citado choque ante el Espanyol que soliviantó a los blancos por el gol anulado a Vinicius debido a una falta previa de Mbappé sobre Pol Lozano y, sobre todo, por la decisión que tomó Muñiz Ruiz de sancionar solo con amarilla una fea entrada de Carlos Romero sobre el '9' del Real Madrid, sin que Javier Iglesias Villanueva, responsable del VAR, le invitase a reconsiderarla una vez vistas las imágenes.
«Hablamos de la integridad de un futbolista y solo pedimos explicación sobre esto. Nada más», abundó Carletto en una comparecencia en la que señaló que Mbappé tiene un hematoma en el gemelo como consecuencia de la señalada plancha de Romero y que, pese a haber entrenado este martes junto a sus compañeros, no estará en Butarque el miércoles como tampoco Bellingham, que igualmente sufre un hematoma por un golpe, ni Alaba, quien estará entre dos y tres semanas de baja a causa de una lesión en el aductor de la pierna izquierda.
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«Es un momento para cambiar algo porque si no dan explicaciones significa que hay un problema y si hay un problema es que algo tiene que cambiar», continuó Ancelotti en una intervención en la que reconoció que «el trabajo de un árbitro es muy complicado» y señaló que donde mejor rendimiento sacan los trencillas es en Inglaterra, «donde tienen menos presión».
«Aquí se habla de una situación que ha pasado, de la cual hemos pedido explicaciones que todavía no han salido. Si no han salido significa que hay un problema y si hay un problema alguien tiene que arreglarlo», insistió el preparador del Real Madrid, que considera que el revuelo generado en los últimos días supone «una oportunidad para el fútbol español» de «cambiar algo», por lo que dijo compartir «totalmente» el comunicado que sacó la entidad que preside Florentino Pérez. «Aquí todo el mundo se queja y si todo el mundo se queja significa que nadie está contento », respondió a quienes argumentan que el Real Madrid es precisamente el club más indicado para lamentarse a causa de los arbitrajes que recibe.
La comparecencia de Ancelotti viene a echar más leña a la hoguera de una polémica que no cesa y que elevó considerablemente las llamas después de que se conociese el contenido de la carta de protesta que elevó el Real Madrid a la FEF y al CSD denunciando la presunta existencia de «un nivel de manipulación y adulteración de la competición que ya no puede ser ignorado» y demandando cambios inmediatos en la estructura arbitral, un viejo anhelo de Florentino Pérez.
La queja sobre ese supuesto «doble rasero con el que se arbitra al Real Madrid» tuvo una tibia respuesta por parte de la FEF que no ha dejado ni mucho menos satisfechos a los árbitros, quienes se sienten abandonados a su suerte en medio de las presiones recurrentes de los clubes, especialmente el Real Madrid. «Lamentamos el tono y la gravedad de las acusaciones que cuestionan la honorabilidad de los estamentos arbitrales», replicó el ente que encabeza Rafael Louzán poco después de que Javier Tebas, presidente de LaLiga y vicepresidente de la FEF desde la entrada del dirigente gallego, reaccionase en redes sociales recordando que el Real Madrid se opuso en 2023 a un «cambio radical en el sistema arbitral» para acercarlo al modelo inglés o al alemán.
A diferencia de Tebas, que cargó contra Florentino Pérez sacando de paso a colación la presencia entonces de Luis Rubiales en la poltrona federativa, la respuesta de la FEF fue mucho más diplomática, limitándose a defender su «compromiso con la transparencia, la equidad y la constante mejora de los mecanismos arbitrales».
No fue mucho más lejos la Federación de exigir que todas las partes «actúen con la responsabilidad y el respeto que exige el máximo nivel» del fútbol, trasladando, faltaría más, su «absoluto respeto y consideración» al colectivo arbitral. Y si bien afeó «señalamientos generalizados» como los que hace el Real Madrid, ya que dicha actitud «erosiona la credibilidad del fútbol en su conjunto» e incidió en que «deslegitimar constantemente la labor arbitral al margen de los cauces establecidos, genera un clima de desconfianza que no beneficia ni al fútbol español ni a sus competiciones», el comunicado de la FEF distó mucho de ser la defensa cerrada y sin ambages que hubieran deseado los árbitros. No en vano, subrayó que la Federación «está inmersa en un proceso de modernización y mejora estructural en todos los ámbitos del arbitraje» y que, «en esta nueva etapa de diálogo y trabajo conjunto el objetivo es avanzar contando con todos los actores del fútbol español».
Dichas afirmaciones no han sentado bien en el seno del Comité Técnico de Árbitros que preside Luis Medina Cantalejo, ahondando por el contrario en el sentimiento de indefensión que albergan. Una consideración que se ha visto recrudecida también por los castigos impuestos en los últimos días en forma de 'neverazos' y por los que se plantean medidas.
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