ÍÑIGO GURRUCHAGA
Corresponsal en Londres
Martes, 15 de marzo 2022, 19:14
El Chelsea ha sorprendido a aficionados e instituciones del fútbol inglés pidiendo que su partido de este sábado en Middlesbrough se juegue a puerta cerrada. Se trata de los cuartos de final de la FA Cup y el actual campeón de clubes en Europa y ... en el mundo cree, tras ser incautado por el Gobierno, que un estadio vacío sería lo mejor para la «integridad deportiva».
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La licencia con la que opera el Chelsea no le permite vender entradas desde la incautación, la pasada semana. Pueden asistir a su estadio de Stamford Bridge los abonados y quienes hayan comprado su entrada antes del pasado jueves. Cuando juega fuera, no puede tampoco vender entradas para la grada reservada para los hinchas del equipo visitante.
Antes de la incautación, el club de Roman Abramóvich, habría vendido 600 entradas de las 4.620 asignadas para el partido en el Riverside Stadium. En su comunicado, el Chelsea reconoce que su propuesta «tendría un enorme impacto en el Middlesbrough y sus aficionados», pero ha cursado la petición, «con extrema reluctancia», porque le parece «lo más justo en las circunstancias actuales».
El origen del juego del fútbol está asociado a la Copa de la Asociación de Fútbol (FA) y a la extensión de la red del ferrocarril en Inglaterra en el final del siglo XIX. La tradición de apoyar a su equipo en los partidos que juega fuera de casa es parte de la vida de los hinchas en todos los niveles del fútbol inglés. Pero al 'Boro' la propuesta de su rival le ha parecido «extraña» e «irónica».
El Middlesbrough es propiedad de Steve Gibson, un empresario local que compró el club cuando Hacienda le cerró las puertas de su viejo estadio con candado, en 1995. Lo ha guiado de la tercera división de entonces a la Premier. Está ahora en la Championship. Respondió con ira a la propuesta de los oligarcas de Stamford Bridge. «Chelsea e integridad deportiva no casan en la misma frase», dijo.
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El club de Londres retiró su propuesta tras el revuelto que había causado. Está en conversaciones con la FA. Una solución podría ser que vayan sus hinchas pero los ingresos de la venta de entradas en los próximos días los reciban el Middlesbrough y la FA. El Chelsea se queja también de que no puede ir y volver a la ciudad del nordeste, unos 400 kilómetros, con los 23.800 euros que se le permiten para viajes.
Según la BBC, el Gobierno también está enojado con el Chelsea por sus demandas. La licencia que le permite seguir operando no beneficia a otras empresas sancionadas, pero va a modificarse para dar al club más flexibilidad, con la esperanza de que la venta se cierre antes del final de marzo.
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