Pedro Escartín, en el medio de la imagen. FEF

Árbitros con corbata practican el saque de banda

El VAR, el VOR, el test SDS, los cinco cambios, la pausa de hidratación...

natalia arriaga / EFE

Viernes, 12 de junio 2020, 14:54

Expertos en todas estas asignaturas son los árbitros que estos días regresan a la competición, tras el parón impuesto por la Covid-19, con las mismas exigencias físicas y técnicas que los futbolistas a los que dirigirán sobre el césped.

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El árbitro del siglo XXI ... es atleta de élite, es experto en tecnología, es un teórico del fútbol, un intérprete de los cambios. En la función que se representa en cada partido, su papel es uno de los que más ha evolucionado con el paso de los años.

Se les ve ahora, en plena forma, superando con nota la prueba SDS (single-double-single) de la UEFA, sudorosos tras correr desde A hasta D, vuelta de D a A, quince repeticiones, y resulta inevitable echar la vista atrás, a los años en que los árbitros se preparaban de otra manera. Como podían.

En el verano de 1949, hace más de 70 años, una veintena de árbitros se reunieron en Madrid, vestidos de traje y corbata, libreta en mano, sobre el césped del Metropolitano. El otro Metropolitano, el original, el de Reina Victoria. Allí les esperaba el jefe, don Pedro Escartín (1902-1998), presidente del Colegio Nacional de Árbitros, para darles un cursillo.

Ese día tocaba clase práctica sobre la Regla XV de su celebérrimo 'Reglamento de fútbol comentado', que llegó a las 39 ediciones: 'El saque de banda'. «Procedimiento: En el momento de lanzar el balón, el ejecutor deberá estar de frente al terreno de juego; tener una parte de ambos pies sobre la línea de banda o en el exterior de la misma; servirse de ambas manos; lanzar el balón desde detrás y por encima de la cabeza».

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La teoría estaba clara, pero, por si acaso, don Pedro la escenificó ante sus árbitros: se quitó la chaqueta, puso sobre el césped una tira blanca que pisó con sus elegantes zapatos de cordones y estiró el cuerpo y los brazos con el balón entre las manos, en ademán de lanzarlo hacia delante. Un gesto perfecto de saque de banda.

Los colegiados, algunos sentados sobre la hierba, la mayoría de pie, observan atentos para captar cada detalle. Sabían que les enseñaba el mejor. Jugador, seleccionador, árbitro internacional... Escartín había tocado todos los palos y tenía una fuerte vocación didáctica y divulgadora.

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La desplegó también como periodista. Fue columnista de 'Pueblo', 'La prensa' y 'Marca' y durante más de 28 años colaborador de la Agencia EFE. Sus crónicas son un manual futbolístico pero, también, pequeñas píldoras sociológicas, que hablan de una manera, otra, de entender el fútbol y la vida.

«En fútbol, como en otras facetas de la vida humana, el dinero no es todo y tanto el fútbol español como el italiano salvan su prestigio en las competiciones europeas gracias a la 'legión extranjera'. Pero esto es vivir de prestado y aparentando aquello que no es», escribía en 1991.

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«Las féminas norteamericanas batieron en la final (2-1) a Noruega con excelente fútbol. Dentro de sus posibilidades físicas», comentaba ese mismo año tras el primer Mundial femenino.

La deuda de los clubes le llevó a decir que el fútbol español estaba «tan mal que es como un enfermo que cambia de postura sin encontrar remedio» y la idea contemplada alguna vez de hacer una liga cerrada sin ascensos ni descensos, tipo NBA, le pareció «algo así como si los taurinos en España organizaran corridas de toros sin cuernos: la emoción del riesgo desaparece y el espectáculo no tiene interés».

Lo que siempre defendió fue la figura del colegiado «semiprofesional», bien pagado y atendido, pero que pudiera mantener su otro trabajo. Y apoyó con tesón, sobre todo, la formación continua de los árbitros. Lo que hace ya 70 años llamó los «cursillos unificadores de criterios». Porque un saque de banda tiene el mismo procedimiento en el patio de un colegio y en el Maracaná.

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