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Quizá, en ocasiones, la palabra 'leyenda' se utiliza muy a la ligera. Pero en el caso de Yuri es un término que, incluso, se queda pequeño en comparación con los méritos del brasileño y la trascendencia que ha tenido en la vida reciente de la Deportiva.
Este miércoles, El Toralín ha acogido un partido, pero no era un partido más. Y eso que no había tres puntos en juego, un ascenso ni un título por disputar. Era un día de disfrute, de celebración, de agradecimiento y de reconocimiento a la figura más importante que ha tenido el club berciano.
Deportiva y Pontevedra, los dos clubes españoles más especiales en la vida de Yuri, se han enfrentado en una fiesta para despedir al 'mago' ponferradino. Pontevedra fue la ciudad que le abrió las puertas del fútbol español y Ponferrada fue el lugar en el que Yuri echó raíces, encontró su hábitat y deleitó durante 15 temporadas a los aficionados blanquiazules.
Con la presencia de muchos amigos del brasileño, como su hermano Igor de Souza y su primo Charles, ambos exjugadores del Pontevedra, excompañeros de Yuri y la presencia también de los hijos del eterno '10' de la Deportiva, todo transcurrió en un ambiente festivo, especial, con una grada entregada a su capitán y goleador durante tantos y tantos años.
Yuri vistió la camiseta blanquiazul por última vez, portando ese brazalete que defendió con tanta bravura y calidad durante tantos años, en un día especialmente emotivo para el brasileño, que seguirá ligado a la entidad berciana dentro de su secretaría técnica.
Antes del partido, con el '10' a la espalda y la capitanía reflejada en su bíceps izquierdo, Yuri recibió un cariñoso homenaje de los dos clubes de su alma, que le entregaron un obsequio. Y durante el encuentro, todo estuvo dedicado al 'mago de Maceió', también el gol que Jürgens anotó en el tramo final de la primera mitad.
En la segunda mitad, Yuri cambiaría de camiseta. De granate y acompañado - como capitán - de su primo Charles, el brasileño jugaría tras el descanso con el Pontevedra. Una dupla goleadora, sin duda, que lograron el empate a favor de los gallegos con un tanto de Charles.
De blanquiazul, en esta fiesta, no faltaron grandes amigos de Yuri como Fran o Jonathan Ruiz, que quisieron estar en este día tan especial para la afición ponferradina.
En los minutos finales, Yuri, Charles y también Igor se vistieron de blanquiazul en un tramo de partido donde el Pontevedra dio la vuelta al marcador (1-2) pero los dos hijos de Yuri, Lyam y Aryán, se encargaron de remontar (3-2) un choque donde Yuri firmó su adiós como mejor sabe: con gol (4-2).
Pero el resultado (4-3 final) era lo de menos y el objetivo estaba más que cumplido: decir adiós como se merece a la mayor leyenda que ha tenido nunca la Deportiva.
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