Zubizarreta: «Nadie puede decir que va a sacar al nuevo Messi»

Zubizarreta, que además antes de su cargo en Barcelona trabajó como director deportivo en el Athletic Club de Bilbao (2001-2004), declaró que los responsables de los clubes tienen que dar a los jóvenes «recursos para desarrollar su talento. Tenemos que ser facilitadores para que las cosas pasen para cuando llegue el momento importante, en el que decidir si cojo a un jugador del centro de formación o a otro más experimentado de fuera», precisó.

Zubizarreta tampoco cree posible aplicar el modelo de La Masía (el centro de formación del Barcelona) al Marsella. «De los proyectos se pueden aprender cosas, pero el proyecto que tenemos que desarrollar es el del Olympique de Marsella. El Barça tiene sus necesidades y sus recursos y nosotros tenemos los nuestros. Al igual que los sistemas de juego, los modelos (de club) no se pueden aplicar de un sitio a otro al 100%. Se puede aprender, se pueden conocer otras experiencias y luego traerlo a tu lugar de trabajo y ver lo que tú tienes y lo que puedes aplicar de otros, pero al final el proyecto tiene que ser el tuyo propio».

Marsella, «un gran club»

Según Zubi, su trabajo en Marsella será «desarrollar el proyecto deportivo del OM, es decir, integrar todas las estructuras del club para alinearnos todos en el mismo objetivo, desarrollar el fútbol formativo con las estructuras necesarias desde las más físicas, como los terrenos de entrenamientos y vestuarios, hasta el número de entrenadores, ojeadores, y la incorporación de talentos, o la relación con los otros clubes de Marsella. Y ya enfocado al equipo profesional, lo más visible, es diseñar, junto al entrenador, la plantilla, la incorporación y definición de los perfiles de los jugadores que podemos incorporar, gestionar los recursos económicos que nos den para fichar y desarrollar el área de scouting profesional».

Mito del fútbol español, Zubizarreta explicó que para él, Marsella «son mis recuerdos del fútbol» de principios de los años 1990, cuando el club francés ganó una Copa de Europa (1993) y perdió otra (1991), años en los que competía con el Barcelona en el que jugaba como portero y que fue ganador de la máxima competición europea en 1992 y finalista en 1994. «Es un club con un alma y una historia muy grande, una ciudad que vive con mucha pasión el fútbol, que lo siente y vibra con el fútbol».

A Zubizarreta también le atrajo la posibilidad de desarrollar un proyecto deportivo en el Marsella «y era una gran oportunidad hacerlo también fuera de mi entorno más confortable, porque era cambiar de país, de cultura de fútbol, de idioma. Para mí era un reto también saber si soy capaz de adaptarme a todo esto en un club tan importante como Marsella», concluyó.