Ignacio Tylko
Domingo, 18 de diciembre 2016, 00:05
Zinedine Zidane, ese hombre tranquilo, positivo y de la sonrisa permanente que con su buena gestión de grupo y dejar hacer recuperó a un Real Madrid deprimido en tiempos del metódico y riguroso Rafa Benítez, está a un paso de conquistar su tercer título internacional ... del año al frente del club blanco, tras la Liga de Campeones y la Supercopa de Europa.
Publicidad
Le faltó sólo la Liga, ya que cuando aterrizó los merengues ya estaban apeados de la Copa del Rey por la alineación indebida de Cheryshev en Cádiz, pero es un registro casi impensable cuando Zizou fue presentado, el 5 de enero de este año. Pero él dice que sí se lo imaginon porque «todo es más fácil con la gran plantilla que dirige».
Si logra el Mundial de Clubes, Zidane cerrará el círculo en Yokohama. Como jugador, el astro francés conquistó dos Copas Intercontinentales: una con la Juventus, tras vencer en el estadio Nacional de Tokio al River Plate hace ahora 20 años, y en 2002 con el Real Madrid, al imponerse a losparaguayos del Olimpia de Asunción (2-0). Ya como ayudante de Carlo Ancelotti en el banquillo, los blancos derrotaron hace dos años al San Lorenzo de Almagro argentino, fruto de los goles de Sergio Ramos y Gareth Bale en Marruecos.
Campeón de tres Copas Intercontinentales, en 1960 con Miguel Muñoz de entrenador, en 1998 con Guus Hiddink y en 2002 con Vicente del Bosque, y de ese Mundialito con Carletto, para el Real Madrid es una obligación superar a los japoneses del Kashima, invitados al certamen por su condición de campeones de su país y verdugos del Auckland City neozelandés (1-2), del Mamelodi Sundowns sudafricano (0-2) y de todo un Atlético Nacional de Colombia (0-3), campeón de la Libertadores este año.
Zidane siente que crece día a día, más por lo que aprende en los entrenamientos que por el análisis de los rivales e incluso los partidos. Tanto él como sus jugadores, con el capitán Sergio Ramos a la cabeza, dan relieve a una competición bien ponderada cuando se gana y despreciada cuando se pierde. Supone prestigio, palmarés y una suculenta paga extra navideña para quien antes conquistó Europa.
Publicidad
«Este título tiene la máxima importancia para nosotros porque vinimos hasta Japón para ganarlo», sentenció Zidane este sábado. Reconoció que su equipo «ya está listo», no como en la semifinal, cuando comenzó «un poco raro» ante el campeón de la Concacaf porque acusó el viaje, el jet lag y la dureza del terreno de juego.
Aunque esta vez no llegó a decir que el pronóstico está al 50%, sí advirtió el cauteloso Zizou que «el Real Madrid va a necesitar defender bien y jugar un buen partido para ganar». Y mostró el máximo respeto para el Kashima, un rival «organizado, disciplinado, que corre mucho y tendrá el apoyo de su público».
Publicidad
Feliz de poder recuperar a Ramos, su jugador talismán y experto en finales, reconoció Zidane que la final culmina una semana tediosa en el país del sol naciente. «Es un poco aburrido al final estar todo el día metidos en el hotel, pero también es parte de nuestra profesión. Para nosotros, los técnicos, es igual porque nos encerramos y trabajamos, pero los jugadores a veces necesitan un poco más de aire», dijo en Yokohama.
Invitado y revelación
Para el Kashima Antlers ya es un éxito sonado ser el primer equipo asiático clasificado para una final del Mundialito. Hasta la fecha, sólo dos equipos africanos (Mazembe en 2010 y Raja Casablanca en 2013) rompieron con la tradición de finales entre los campeones de la Champions europea y la Copa Libertadores sudamericana.
Publicidad
«La motivación es muy grande para mí y para los jugadores», subrayó el técnico Masatada Ishii. «Claro que confío en la victoria. La Liga japonesa tiene poco más de 20 años, pero su desarrollo ha sido rápido. Quereos demostrarlo ante todo un Real Madrid», añadió el preparador de la revelación del torneo. ¿Las claves?: «Controlar el ritmo, el riesgo, y la línea de defensa».
Si venciera, el Kashima protagonizaría una de las mayores sorpresas de todos los tiempos. Y podría presumir de ser el tercer club campeón del mundo sin serlo en su ámbito continental. Semejante logro sólo lo firmaron antes el Atlético de Madrid, ganador de la Intercontinental tras la renuncia del Bayern de Múnich en 1974, y el Corinthians, que ganó como anfitrión una edición experimental, aunque luego sí se coronó en la Libertadores y el Mundialito de 2012.
Publicidad
Árbitro: Janny Sikazwe (Zambia).
Hora: 11:30 h. Estadio Internacional de Yokohama.
TV: La 1.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Los Reyes, en el estand de Cantabria en Fitur
El Diario Montañés
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.