El período de gracia se acaba para Gianni Infantino

«La crisis está terminada», dijo Infantino, sucesor del suizo Joseph Blatter, el 13 de mayo durante el Congreso de la FIFA en México. Pero el máximo dirigente de la FIFA, a sus 46 años, quizá se precipitó. Pues desde entonces Infantino ha sido objeto de ataques desde la prensa, que tampoco olvida que él fue antiguo brazo derecho del francés Michel Platini en la UEFA.

Recientemente, el periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung afirmó que Infantino rechazó el salario que se le asignó por considerarlo insuficiente. Y esta misma semana, el también germano Die Welt indicó que el presidente de la FIFA podría ser investigado por parte de la comisión de ética. Según dicho periódico, el mandatario podría ser suspendido 90 días de forma provisional.

Según Die Welt, Infantino habría pedido la destrucción de una copia de la grabación de unos minutos de una reunión del comité ejecutivo de la FIFA en la que discutía sobre sus emolumentos. «No se ha abierto ningún proceso formal contra Infantino», indicó el portavoz de la cámara de investigación de la comisión de ética, Roman Geiser, en un correo electrónico enviado a la agencia AFP.

Geiser también señaló que «conforme a la práctica habitual, todas las reuniones oficiales se graban y se archivan. Este fue el caso de la reunión de México». Todo ello precisando que el «intercambio de correos» atañe a la destrucción de una copia de las grabaciones originales «archivadas de manera no conforme en un servidor local» y no se refiere a «la grabación oficial archivada». Ese archivo «existe y se conserva en la FIFA», añadió el comunicado de la entidad, presidida por un Infantino que aún no ha cumplido 100 días en su nuevo cargo mientras el clima a su alrededor es tenso.

De dimisión en dimisión

Al día siguiente del primer congreso que presidió, en México, Domenico Scala, presidente de la comisión de auditoría presentó su dimisión, de conformidad con la FIFA. Figura relevante de las reformas emprendidas tras destaparse el escándalo a gran escala a finales de mayo, puso en duda la independencia de los órganos de investigación interna de la instancia.

En ese 66º Congreso, Infantino hizo adoptar una enmienda que transfería al gobierno de la FIFA el poder de nombrar o de destituir a los presidentes de la comisión de ética o de auditoría. Algo que, para Scala, «priva a dichos órganos de su independencia y destruye una de las garantías esenciales de la reforma».

Durante el mismo congreso, Infantino sorprendió al mundo del fútbol con la nominación para el puesto de Secretario General de la senegalesa Fatma Samba Diouf Samoura. Esta diplomática de 51 años, que pasó los 21 últimos años en las Naciones Unidas, mantiene una amistad con el exjugador camerunés Roger Milla, pero carece de experiencia en la gestión deportiva, algo que ya le se ha reprochado, antes incluso de que asuma oficialmente el cargo el 15 de junio.

A todo hay que añadir las recientes investigaciones sobre la UEFA, en las que aparece Infantino citado en los Papeles de Panamá por unos contratos firmados en 2006, cuando era director del servicio jurídico de la UEFA y gestionaba derechos de televisión junto a dos argentinos inculpados luego por la justicia estadounidense. «Infantino es táctico, pero no es un estratega. No quiero juzgarlo todavía, tiene que pasar tiempo», estimó desde el anonimato un antiguo dirigente.